3.

El sultán se encontraba en sus aposentos mientras leía unos documentos que un pashá le había traído, cuando su criada personal entró.

— Mi sultán — hizo una reverencia a modo de saludo. — los concubinos para su harem ya están aquí, Emir pashá está con ellos afuera de sus aposentos para que usted los conozca.

Jimin sonrió, llevaba casi tres días esperando a aquellos chicos y nuevamente dando una sonrisa a Berat Kalfa, dio la orden para que el pashá entrará con los chicos.

Segundos después, entró Emir pashá con los concubinos, quienes venían en una fila detrás del hombre.

— Mi señor — hizo una reverencia, los treinta y siete chicos hicieron lo mismo.

Park miró a todos, su mirada quedó fija en uno en específico, un chico de cabello hasta la altura de las orejas, de las cuáles colgaban pequeños pendientes que se les dio a todos, algunos de sus músculos se marcaban un poco en la camisa algo suelta que traía, alto, guapo y bastante hermoso.

— Acércate — dijo mirando a aquel chico.

El pelinegro se acercó al sultán e hizo otra reverencia en respeto.

— ¿Cómo te llamas? — preguntó.

— Me llamó Jungkook, majestad..  — respondió el chico aún con la mirada en el piso.

Aquel chico cautivó a su majestad, poseía una belleza exótica.

— ¿Cuántos años tienes, Jungkook? — volvió a preguntar. — levanta la cabeza y mírame.

Jungkook hizo caso y miró al sultán, quedó anonadado, la belleza de su majestad era.. exquisita, cautivadora y a la vez tenía un aire provocativo.

Él sabía para qué estaba allí, sabía que tenía que complacer al sultán, ellos tenían una función, el chico que lograba convertirse en favorito del sultán, se quedaría en el palacio y gobernaría junto a él, disolviendo así el harem, además de que si lograban embarazar al sultán Jimin, tendrían más posibilidades de convertirse en su esposo y quedarse con él.

— Tengo dieciochos años, mi señor — habló mientras su mirada estaba en los bonitos ojos grises del mayor.

Ya tenía su elección para esta noche, Jungkook pasaría la primera con él, ya lo decidió.

— Puedes retirarte con los demás chicos, Emir pashá, el concubino Jungkook se quedará aquí un momento conmigo — le habló al hombre que de inmediato acató la orden del sultán y salió con los demás chicos, no sin antes hacer una reverencia.

Berat Kalfa sonrió levemente, sabía que su señor ya tenía la elección hecha.

— Berat Kalfa, prepara a Jungkook para está noche — le ordenó a su criada.

El menor no pudo evitar sorprenderse y a la vez emocionarse, rápidamente se arrodilló y tomó el borde del vestido del sultán, el cuál besó, cómo le habían enseñado.

— Muchas gracias, su majestad, muchas gracias — agradecía repetidas veces el de cabello negro. — prometo no defraudarlo, haré lo necesario para complacerlo, no lo defraudaré, mi señor.

El mayor sonrió y le ordenó levantarse, orden que acató de forma rápida.

— Ve a prepararte, Berat Kalfa te dará una vestimenta y joyas adecuadas — miró al muchacho, no podía dejar de mirarlo, era hermoso.

— Si, majestad — hizo una reverencia para luego salir con la jefa del harem