The New Sultan Of The Empire [kookmin].

14.

 

El Haseki del sultán se encontraba en sus aposentos mientras hablaba con las criadas que estaban a su servicio.

— Adelante — dice al haber sentido unos par de toques en las puertas mientras tomaba un poco de té.

Vió como Berat Kalfa entró junto a una concubina, supuso que el chico era el nuevo criado para su hijo Mehmed.

— Valide Sultan — saludo la Kalfa mientras pellizcaba de forma suave el brazo del niño a su lado para que saludara.

— ¿Cuál es su nombre? — preguntó de forma suave.

— Emir/Dorian — respondieron Berat Kalfa y el joven concubino al mismo tiempo, el bello muchacho pelirrojo se acercó al Haseki y se arrodilló frente a él.

— Imperatrice Jungkook, per favore lasciami tornare a casa mia, per favore [Emperatriz Jungkook, por favor déjeme volver a mi casa, por favor] — suplicó el joven entre pequeños sollozos.

Mientras tanto, Berat Kalfa se disculpaba debido al comportamiento del chico.

— ¿Entonces, te han dado el nombre de Emir? — habló mirando el hermoso rostro del joven, era hermoso. — Berat, ¿No encontraste un nombre más adecuado que le hiciera justicia a la belleza de este niño? — miró a la mujer que se encargaba de las criadas en los harem de sus hijos. — Mirak será tu nombre — con una de sus manos, tocó la barbilla del niño.

— Pero yo no quiero ser Mirak, yo ya tengo un nombre.. —.

— Antes eras Emir y antes de eso Dorian, desde ahora, eres Mirak— sonrió levemente. — ¿Hay algún problema? ¿Acaso tu nombre cambiará quién eres?.

— Yo seré Dorian siempre.. —.

— Pon atención, será el primer consejo que te daré — acarició suavemente la mejilla de Mirak. — un hombre ejerce muchos títulos y roles en su vida, y es distinto en cada etapa — Jungkook entendía perfectamente lo que sentía aquel chico, ser separado de tu familia, para luego ser vendido por criminales a un mercado de esclavos, que te lleven a un lugar del que no quieres formar parte. — primero es un niño, un hombre, un padre, si es inteligente y un devoto súbdito de Alá, podrá ser sultán.

Mirak miraba al Haseki frente a él con lágrimas en sus ojos, no quería estar ahí.

— Lo que importa es que actúes de acuerdo al rol que te toca interpretar.. Se feliz, hijo, el futuro está delante de ti esperando, si sabes obedecernos y ser leal, te aseguró que ese futuro será esplendoroso, ¿Has entendido? — el tono suave pero a la vez amenazante, era demasiado notorio en su voz. 

—¿Quindi non tornerò a casa mia? [¿Entonces, no volveré a mi hogar..?] — preguntó desanimado.

— Aún tienes mucho que aprender, Mirak — suspiró profundamente. — primera lección, Non tornerai a casa [No volverás a tu hogar].

Lo último destrozó el corazón del joven concubino, pero debía saberlo, él jamás volvería a su hogar, jamás.

Ahora pertenecía al harem del príncipe Mehmed..

 




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