A ti, querido espectador, me gustaría hacerte una simple pregunta ¿Quién eres?, por mi parte he pensado mucho al respecto, tal vez soy aquello que mis padres dicen que soy, o puede que sea lo que la sociedad dice que soy, incluso puede que sea lo que yo mismo creo que soy, hace no mucho tiempo yo creía saber la respuesta a esta pregunta, pero justo ahora ya no estoy muy seguro. Tal vez para ti esta pregunta sea absurda y muy fácil de responder, pero para alguien como yo, que nació y creció siendo un simple esclavo, resulta ser mucho más complejo; antes pensaba que sería un esclavo hasta el día de mi muerte, al igual que mis padres; y así habría sido de no haberlo conocido, pues desde aquel suceso mi vida cambio por completo, deje de ser quien era para convertirme en algo más, aunque aún no estoy muy seguro en qué, pero lo que sí sé es que ya no soy un simple esclavo, y jamás lo volveré a ser.
Y seguramente ahora tienes más preguntas que respuestas en tu mente, así que permíteme contarte mí historia, para que tanto tú como yo podamos despejar nuestras dudas.
Todo comenzó en una celda, donde dos esclavos se conocieron, ella había nacido siendo una esclava, pero él hacía poco que había sido capturado, por lo que se sentía confundido y devastado, así que ella lo consoló y reconforto; así fue como ellos se enamoraron y con el tiempo consumaron ese amor engendrando un hijo, al cual llamaron Leo. Tanto mi madre como mi padre me amaban demasiado, y durante ocho años fuimos una feliz familia, pues a pesar de nuestras condiciones nos teníamos mutuamente, pero fue en mi octavo cumpleaños que yo desarrolle estas extrañas habilidades, las cuales mis padres se esforzaron por esconder, pero fue en vano, pues no paso mucho tiempo antes de que nos descubrieran y asesinaran a mis padres.
Fue entonces que, a la edad de ocho años y tres meses yo me volví huérfano, y mi destino parecía estar sellado; viaje de un lugar a otro, viendo lo peor que la sociedad tenía para ofrecer, en algunos lugares era visto como un simple conejillo de indias, donde realizaron todo tipo de experimentos conmigo, en otros lugares no era más que una herramienta, la cual podían usar como quisieran. Habían pasado algunos años desde que me separaron de mis padres, pero fue suficiente para que perdiera todo deseo de vivir y toda esperanza en el mundo, ya nada me afectaba ni me importaba, era solo un cascaron vacío.
Hasta que, pocos después de mi onceavo cumpleaños, me llevaron a una celda junto con muchas personas con habilidades; fue ahí donde lo vi, escondido en una esquina llorando y sujetando un peluche como si su vida dependiera de ello, era un pequeño que recientemente había sido separado de sus padres; su cabello era negro y rizado, su piel un poco morena y sus ojos eran color miel; aún no sé exactamente porque pero me acerque a él para consolarlo, y desde entonces me convertí en su protector, su guardián, su hermano. Esa fue la decisión más importante en mi vida, que cambiaría por completo mi destino, aunque yo aún no lo sabía.
Desde este punto comenzare a narrarle la historia con mayor detalle, pues considero que en ese momento yo deje de ser un esclavo, y mi vida se volvió un poco más complicada.