The pain of the warrior: Leo

IV

Aumente la densidad de mi brazo derecho, lo suficiente para poder lanzar la mesa sobre Claude, para después recudir la densidad de mi cuerpo lo suficiente para aumentar mi velocidad. En menos de dos segundos llegué a la puerta, justo frente a los dos individuos que habían entrado; no les preste mucha atención ya que mi objetivo era tomar el arma.

Sujeté el arma rápidamente, reduje mi densidad aún más para poder pasar a través de ambos sujetos y, estando justo en la salida, les apunté, solo en ese momento fui capaz de ver a las personas contra las que me enfrentaba; ambas eran mujeres, una chica que parecía tener la misma edad que yo y una mujer que lucía bastante pequeña y delicada. Teniéndolas en la mira pude notar el miedo en sus ojos, así que aproveché el momento para disparar al techo que estaba justo sobre sus cabezas, para después emprender mi escape.

No fui capaz de dar más de dos pasos antes de sentir como una extraña fuerza sujetaba todo mi cuerpo, no era capaz de mover un solo musculo y por más que lo intentara no podía emitir ni el más mínimo sonido, era como si una extraordinaria habilidad sujetara cada célula de mi cuerpo, pero sin causarme daño alguno. Me levantaron en el aire y fui nuevamente llevado al interior de la casa mientras giraba, para encontrarme frente a una chica con una mirada asesina; con una mano sujetaba los escombros del techo y con la otra me sujetaba a mí.

En mi vida me había encontrado con todo tipo de personas, las cuales tenían miradas muy aterradoras, pero ninguna de ellas se parecía a lo que estaba viendo en ese momento, era como si ante mi estuviera el animal salvaje más peligroso del mundo preparándose para atacar, dispuesto a asesinarme con un solo movimiento. Ese sentimiento de perdición que me era tan familiar recorrió todo mi cuerpo, haciendo que por mi mente solo cruzara un pensamiento <<Lo lamento hermanito, al final no fui capaz de cuidarte>> y ante mi aparente final pude sentir como si un par de lágrimas brotaran de mis ojos.

Durante un par de segundos, que me parecieron una eternidad, mire a esa misteriosa chica directamente a los ojos preguntándome en qué manera terminaría con mi vida, pero ese espantoso momento fue milagrosamente detenido por la voz de Claude.

+ ¡Meredith, espera! + sus palabras sonaron casi divinas para mis oídos, pues significaban que viviría un poco más, aunque con una persona como ella vigilando escapar sería algo casi imposible.

+ ¿Claude?, no entiendo ¿Qué está pasando aquí, conoces a este chico? + esperaba que la voz de la joven fuera como la de un salvaje, pero contrario a mis expectativas su voz era bastante melodiosa y tranquila.

+ Es el joven que rescatamos de las Bandanas rojas, lo traje aquí porque le prometí salvar a su hermano + respondió Claude apurado.

+ Entonces ¿Porque nos atacó? + pregunto nuevamente la joven.

+ No estoy seguro, pero si entramos podremos resolverlo +

+ Claude + a un lado de Claude la mujer que acompañaba a la joven empezó a hablar, con una mirada que helo mi sangre e inconscientemente me hizo tragar saliva, era una mirada casi tan sanguinaria como la de la chica, dejando en claro que se trataba de una madre y su hija +, aunque estoy ansiosa por escuchar sus excusas, quisiera que antes me dijeras ¿Quién va a limpiar este desastre y reparar mi techo? +

+ Yo me encargare de eso + le respondió Claude con una clara expresión de miedo y voz temblorosa.

+ Bien, eso creí + sus palabras fueron acompañadas de una sonrisa que causo aún más miedo en Claude.

Terminada la conversación la joven puso los escombros a un lado y, aun sin soltarme, todos fuimos hasta la sala donde la mesa continuaba en el suelo. La mujer volvió a mirar a Claude y este se apresuró a reacomodar el lugar. La mujer fue a preparar té mientras Claude me explicaba la situación e intentaba tranquilizarme.

+ Leo, no tienes nada de que temer, esta es la chica que estaba buscando de la cual te había hablado, y la otra persona es Magenta, una gran amiga mía, ¿Entiendes? + al calmarme y escuchar toda su explicación no pude evitar sentirme como un completo idiota + Ahora Meredith te va a soltar, por favor mantente tranquilo + después de eso hizo un ademan y la joven me soltó.

+ Lo lamento, + fue lo primero que pude decir + apresure mis conclusiones y termine por causarle un gran problema + le decía mientras entregaba el arma que seguía en mis manos.

+ Tranquilo nadie salió herido, pero tendrás que ayudarme a limpiar o Magenta nos matara a ambos + yo asentí y él sonrió +. De igual manera no es conmigo con quien debes disculparte… + al momento entendí a lo que se refería y volteé a ver a la joven.

+ Lamento mucho haberle disparado, espero que pueda perdonarme + le dije a la joven, quien simplemente sonrió.

+ Esta bien, + hizo un ademan para restarle importancia + solo ten más cuidado, por un segundo pensé que eras un ladrón o algo por el estilo y estuve a punto de darte una buena lección +

Ahora que estaba más en calma puse más atención en la joven, tenía unos ojos tan azules como el cielo, una piel blanca notablemente bronceada por el sol, con cabello negro y un cuerpo que, si bien era delgado y bien proporcionado, no estaba carente de musculatura; sin duda era una persona bastante peculiar, casi tanto como su habilidad.

La mujer se unió a nosotros y pude notar que no era mayor de 35 años, bastante delgada, con un cabello desordenado que hacía juego con su ropa, y un par de lentes gruesos muy llamativos; traía consigo una tetera y varias tazas; nos sentamos a beber té y platicamos un poco.

+ Ahora que todo se ha resuelto déjame presentarme, me llamo Magenta, soy amiga de Claude + su voz y mirada eran completamente diferentes a como lucía hace unos minutos.

+ Yo me llamo Meredith, un placer conocerte + su saludo fue breve pero educado y amable.



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En el texto hay: distopia, accion, super poderes

Editado: 27.07.2021

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