The Project 99

Capítulo 1

Somnolienta, abrí lo ojos

No tenía idea de la hora, ni tampoco conciencia del lugar donde me encontraba, apenas y con suerte recordaba mi nombre. Sin embargo lo primero que podía pensar es que Rose había salido de fiesta y aún no había llegado. 

Me senté en el borde de la cama retirando las frazadas que me cubrían, tenía un inmenso dolor de espalda, culpa de las horas que pasaba entrenado. Mamá me había advertido pero había omitido el consejo. Me levanté y arrastré los pies descalzos por el asqueroso piso del departamento. Rose decía que debía barrer más seguido, aunque también ignoraba sus recomendaciones. 

Cruce por la habitación y me sumergí por el pasillo, pasando por el gran espejo. Llevaba una gran sudadera que me quedaba tres tallas más grandes, y el pelo enmascarado como un nido de ratas. 

Me arrimé  al frigorífico de la cocina, abriendo con una mano mientras con la otra me rascaba la pierna, mis ojos se pasearon por el frigorífico vacío, cogí una botella de agua y cerré la puerta con un empujón de pie. Me encamine al armario de los vasos y saque uno. Lo analice, comprobando que estuviera limpio, cuando, súbitamente, un sonido provocó que me sobresaltara. Así tanto el vaso como la botella se deslizaron entre mis dedos. 

   –¡Mierda!, Mierda, mierda… –Me arrodille para ver el desastre y, con una maldición me enderece nuevamente–. van a asesinarme… 

 

Era ese sonido, estaba harta de él, sus tonos agudos me explotaban los oídos como una bomba de fabricación casera, no era la primera vez que pasaba pero seguramente tampoco iba a ser la última. 

Siempre la la misma hora 12 de la mañana, sonaba ese desagradable sonido, nunca me iba a acostumbrar, sabía que esto de la tecnología no nos iba a traer nada bueno, pero por lo que veo era la única paranoica. 

 

El desagradable sonido no paraba y me tape los oidos como pude, necesitaba ir a por tapones, por lo menos disminuyan el sonido. 

En el camino uno de los vidrios se introdujo en la planta de mis pies, por lo que me eche atrás sostenerme de la mesada, y contuve un chillido. 

 

Rose tenía razón al decirme que no andara descalza por el departamento, no me gusta admitirlo, pero tenía razón. Siempre

 

Comencé a brincar en dirección al baño, agarrándome, en el recorrido,de todo aquello que fuera soporte suficiente para no montar otro desastre otra vez. 

No recordaba que el baño estuviera tan lejos.  

Al llegar pegué un manotazo al interruptor de la luz y me senté en el suelo intentando quitar los vidrios de mi pie con una diminuta  pinza. 

 

Tome una respiración honda, para enfocarme en el delgado hilo de sangre salía, dirigí las pinzas al vidrio intruso y con un tirón, arranque el fragmento, soltando un alarido, deje caer las pinzas con un tintineo. La sangre empezó a brotar a la vez que insultaba en alto, cogí el primer trapo que encontré y me lo puse en el pie, mirando el desorden que he creado me dispuse a recoger y limpiar. 


De pronto una oleada de gritos que oyeron desde el exterior del departamento, era el colmo de los colmos. 

¿Que era tanto alboroto? ¿un concierto? o un accidente 

Me obligue a mi misma a recomponerme para salir del baño y deslizarme por el departamento, hasta llegar a un pequeño balcón que daba con la calle principal.

Deslice lentamente las cortinas blancas dispuestas a abrir las puertas del balcón, olvidando el dolor de los cortes divisé  a  dos coches chocando entre sí en medio de la calle. 

 

Horrorizada ante la escena, deje de respirar por un momento y fue apenas unos segundos más tarde que recaí en un hecho más grave ; no tan solo dos autos, eran muchos vehículos destruidos, tantos que no podía contaros. 


Era un verdadero caos, las personas corrían desesperadas por las aceras, ¿Que estaba pasando? 

¿Dónde estaba Rose?, debía avisarle que no tomara esa calle o se encontrara en medio de un embotellamiento o peor aún, un rebelde movimiento del gobierno, eso parecía, tenía que apresurarme para avisarle. 

Apenas pude sostenerme al mirar aquella máquina volando a unos metros encima de las personas, disparandoles, dejándoles sin vida; despojandome de espaldas me arrastre hacia atrás con los codos, entreabriendo los labios, dispuesta a liberar un grito más agudo que ese asqueroso sonido. 

Se parecía a un dron, pero era más grande, tenía diferentes colores rojo, azul y verde  y giraban como un ventilador, se movía ágilmente entre las personas disparando a personas indefensas e inocentes, ¿Dónde estaba el ejército en ese momento?, o ¿eran parte de esa desagradable broma?. 

Corrí rápidamente a la habitación, recorrí el dormitorio sin prestar interés a las cosas insignificantes como los calzones o medias rotas que estaban en el sillón, me apresure en tomar el celular y marque el número de Rose, Tras un tono me envió al buzón de mensaje. 

   –¿Rose!, Algo jodido esta ocurriendo fuera, ¡Hay drones fuera del edificios disparando a las personas!, ¿por favor no vuelvas? –Un sonido de platos partiéndose me distrajo por un instante ; solo podía significar que me habían localizado —No olvides que eres mi mejor hermana, cuidate mucho. Por favor no vuelvas, me tengo que ir. Te amo

 

No podía rendirme.  No ahora 


 



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En el texto hay: ciencia ficion, romance, accion

Editado: 08.04.2024

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