The Stylist

Cap.4 El Estilo De Una Asesina -parte 1-

    Existen 2 términos generales para referirse a una persona que ha cometido el acto de tomar la vida de alguien, en otras palabras, matar o asesinar.

    Asesino u homicida.

    También hay otras formas de catalogar a una persona que toma la vida de alguien más en función de las circunstancias.

    Por ejemplo, alguien que mata por dinero es llamado sicario.

    Por ejemplo, alguien que mata a su propia familia de sangre es llamado parricida.

    Sin embargo, después de analizar los detalles y atenuantes de cada una de las maneras en que una persona que mata otra puede ser catalogada, ella no sintió que alguna fuera precisa para definirla.

    Ella no mataba por dinero, así que no era una sicaria.

    Ella no mataba por accidente, así que no era una homicida.

    Ella no mataba porque quería hacerlo o porque lo disfrutara, así que no era una asesina serial, psicópata, sociópata o cualquier otro adjetivo diferente que pudiera existir.

    También existían otras maneras de llamar a las personas que asesinaban gente como resultado del cumplimiento de su deber laboral.

    Por ejemplo un soldado.

    Por ejemplo un policía

    Pero ella no era un policía, y definitivamente no era un soldado.

 

    - Tráigame una malteada de chocolate y una rebanada de pastel de chocolate –

 

    - En seguida –

 

    Si se preguntara que personalidad tiene alguien que se dedica a asesinar, lo popular sería nombrar una lista de características como: despiadado, apático, maligno, mentalmente trastornado, antisocial, sanguinario, cruel, etc., etc., etc.

    Pero a decir a verdad, todas esas palabras no se aplicaban ella.

    En lugar de ser despiadada, más bien era apacible.

    En lugar de apática, era usualmente muy entusiasta.

    En lugar de maligna, era muy considerada.

    En lugar de estar trastornada mentalmente, sus pensamientos eran de lo más comunes y corrientes.

    En lugar de antisocial, era bastante amistosa.

    En lugar de cruel y sanguinaria, era inusualmente dócil y tranquila.

 

    - Aquí tiene su pedido, que lo disfrute –

 

    - Gracias –

 

    Si se tratara de dibujar la imagen e impresión de como luce un ser que tiene como profesión el matar personas, cosas usuales como personalidad taciturna o expresión facial estoica serían los principales adjetivos, también está por ejemplo el poseer una especie de aura peligrosa, vestir de negro y moverse en las sombras.

    Pero ella era alegre y expresiva.

    Pero ella tenía un semblante amigable, le gustaba vestir prendas claras y caminar bajo el sol.

 

    - Disculpe, puede darme mi cuenta –

 

    Con tono suave, la chica sentada en aquella cafetería le habló a la mesera del establecimiento, comió el bocado final de su pastel de chocolate, bebió el último sorbo de su malteada que también era de chocolate y lamió sus labios para saborear el último rastro dulce en su boca.

    Después de pagar en la caja, la chica salió y comenzó a caminar por aquella ciudad.

    Tenía 14 años, a pesar de hacerse llamar a sí misma “moruna” en realidad su piel era blanca, su cabello naturalmente castaño claro y sus ojos eran color café.

    Vestía un coqueto y juvenil vestido color salmón sin mangas, con poco escote y que le llegaba un poco sobre la rodilla, este diseño dejó apreciar bastante bien la silueta de su cuerpo que aunque seguía en desarrollo, ya era muy femenino.

    Llevaba su cabello suelto sobre sus hombros descubiertos, su rostro no tenía una pisca de maquillaje así que su lindura natural se apreciaba tal cual, usaba unas zapatillas blancas de correa y en su mano izquierda llevaba una cartera sencilla color perla. Como único accesorio tenía puesto un delgado cinturón negro alrededor de su cintura.

    La chica caminó entre la gente sin llamar más atención que la de una simple hermosa adolescente que pasea por la ciudad al atardecer.

    Caminó por la calles sin rumbo fijo aparente.

    Caminó lentamente y con expresión tranquila por casi media hora, y cuando la tarde ya estaba en transición de convertirse en noche, entró en un edificio, más específicamente se dirigió al estacionamiento subterráneo.

    Usando el ascensor fue a la parte más baja, y en el preciso momento en que entró al nivel vio a una chica peleando con 3 hombres.

    Incorrecto, una vez que miró mejor, se dio cuenta que se trataba de un chico, pero su rostro era tan hermoso que se confundió por un instante,

 

    - Oye niño, vete de este lugar, tengo un asunto que tratar con estas personas –

 



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En el texto hay: conspiraciones, asesinas, estilista

Editado: 24.04.2020

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