Un chico que estaba terminando su secundaria, su nombre era Antony, junto a su amigo de la infancia Kotori, se propusieron terminar la secundaria lo antes posible para así poder obtener un trabajo que les permitiera ayudar en el apartado económico. Ellos habían permanecido en la secundaria con notas regulares, pero la popularidad no era lo suyo. Siempre fueron apartados de sus compañeros.
Era el penúltimo día de clases. Él siempre tenía una fuerte intriga por saber ciertos datos sobre un pozo viejo que se encontraba en la parte de atrás de la secundaria, hasta que ese día se propuso investigarlo. En el momento en que Antony se iba acercando, su amigo Kotori lo llamó rápidamente, pues habían repartido pastel y no quería comer sin su amigo. Antony corrió rápidamente hacia Kotori sin mostrar señales de interés hacia el pozo.
Llegó la hora de salida. Antony había dejado la idea de saber qué había en ese pozo y decidió convencerse de que era algo realmente estúpido... al menos para él. Al llegar a casa, Antony se quedó dormido hasta las 10:00 p.m. En ese momento, se despertó sudoroso y muy asustado tras tener una horrible pesadilla relacionada con una niña que no había visto en toda su vida. Rápidamente, se le vino a la mente aquella imagen del pozo viejo de la secundaria. Sin embargo, no aguantó más la intriga y, a esa hora de la noche, decidió llamar a su amigo Kotori. Con un tono muy asustado, su amigo le contestó:
Kotori: Antony, ¿qué pasa?
Antony: Kotori, no te había dicho esto, pero, desde que estoy en la secundaria, siempre he tenido la duda de saber qué es lo que hay en el pozo.
Kotori: ¿A qué te refieres? ¿Al pozo que está en la parte de atrás de la escuela?
Antony: Exactamente. Desde que vi ese pozo, no he dejado de tener pesadillas en las noches. Para ser franco, siempre me suceden los sábados y domingos.
Kotori: Ahora que lo mencionas, a mí también me ha estado pasando eso, pero me sucede los miércoles y viernes. Esto es algo extraño.
Antony: Realmente hay algo muy raro en esto. Propongo que nos reunamos a las 2:40 a.m.
Kotori: Está bien, Antony. Creo que hasta entonces voy a descansar porque acabo de vomitar. Ese pastel estaba más dulce de lo normal.
Antony: Sí, es verdad, estaba muy dulce. Realmente estaba horrible. Creo que la profesora Liseth nos dio ese pastel tan dulce para que tengamos un recuerdo de ella. Ja, ja, ja.
Kotori: Es un buen punto. Ja, ja, ja. Bueno, nos vemos.
Antony: No llegues tarde... o más bien temprano, no lo sé.
Kotori: Ja, ja, ja. Adiós.
Pero en eso, el ambiente estaba muy pesado, como si alguien tratase de esconder algo realmente peligroso. Antony se asustó mucho. Miró a su alrededor y, al ver al espejo...