Por primera vez, mis ojos se llenan con la imagen de la fachada de la gran mansión en la que mis nuevos dueños viven. Por fuera, ya puedo ver la grandiosa modernidad que contiene en su interior, manifestando belleza a través de sus costosos y minimalistas muebles.
La pared frontal es completamente lisa y está bañada en la más blanca pintura que se pueda comprar, pues refleja la luz del sol como si de un espejo se tratase. Respecto a la altura de la pared, podría tratarse perfectamente de un hogar con tres distintos pisos, uno con más lujo que el anterior.
La entrada está bloqueada por una brillante puerta alta y ancha fabricada con la más fina madera oscura del mercado. A los lados de la puerta, hay paredes en las que resbala agua sin parar y, junto a la zona donde el agua termina su recorrido en la fuente, hay unos pedazos de terreno delgados y largos de césped verde y abundante.
Mis amos abrieron las puertas del auto para que pudiéramos salir de él, pues finalmente llegamos a mi nuevo hogar.
Una vez sobre el suelo frente a la gran casa, pude observarla con más detenimiento. Poco a poco, mis ojos absorbían mayor cantidad de asombro y emoción de la imagen a la que le había puesto mayor acumulación de atención, pues mi ser estaba extasiado por la hermosa vista.
El hombre metió su mano en el bolsillo derecho de su pantalón carmesí y de él sacó un conjunto de tarjetas entrelazadas con un anillo metálico; se acercó a la entrada, tomó la tarjeta color negro del alboroto de llaves bidimensionales con forma rectangular y la acercó al cerrojo que bloqueaba la puerta. Inmediatamente, la puerta realizó un corto sonido, indicando que la puerta se había abierto; acto seguido, tomó con fuerza la chapa y efectúo un movimiento circular para que la puerta no impidiera el paso.
Finalmente, pudimos entrar a la casa. El interior es aún más espléndido que el exterior. Podía distinguir minimalismo a donde quiera que vea: Escaleras casi flotando, bardas de vidrio, muebles con formas geométricas y perfectamente enserados y pintados, pinturas y adornos abstractos y un sin fin de aditamentos que me llenaban de conformidad.
"Bienvenido a casa, Faithful.", mi dueño me dio la bienvenida y de paso, dándome mi nombre. No sabría decir el significado del nombre, pero al menos, suena bien y en poco tiempo lo adoptaré sin problema alguno.
Mi padre, si es que ahora lo puedo llamar así, me llevó a la cocina, sacó un traste de su despensa especial para perros. Escrito en la parte delantera decía: "Faithful"; "Parece que ya esperaban mi llegada desde hace tiempo...", pensé, sintiéndome especial por primera vez.
Tomó también un saco de croquetas para perros de raza mediana y colocó unos gramos dentro de mi recipiente hecho para comida. Al cesar el movimiento de muñeca para servirme alimento, inmediatamente acerqué mi hocico a las crujientes croquetas y comencé a comérmelas rápidamente, pues mi hambre estaba a niveles estrafalarios.
Mientras comía, mis dueños se sentaron en la península de la cocina e iniciaron una charla que definiría su futuro...
—Tenemos que idear un plan. —Mi padre fue directo al grano, tenían que organizar algo sin demora.
—Lo sé... ¡¿Por qué nuestra vida debió ser tan dura?!
—Yo también estoy alterado por ese motivo, pero debemos mantener la mente clara, cariño.
—¡Me es imposible! Maldito Reprosacrismo. Estaba perfecto el sistema económico de antes, el capitalista. ¡Este sólo mata a personas inocentes para el beneficio de los demás!, ¡es inquietante!
—Pienso igual... Sin embargo, no hay nada que ahora podamos hacer para cambiar nuestra realidad. Debemos dar un hi...
—No digas más... Tengo una idea para evitar nuestro deber para ser padres.
—¿Cuál es?
—Lo único que corrobora si ya realizamos el deber o no es un pedazo de ,....
—Sí, pero ¿qué planeas con eso?
—Podríamos modificarlo para no tener que realizarlo.
—No sabría decirte si tenemos un éxito asegurado... ¿Por qué no sólo no lo registramos?
—Es demasiado riesgo, ¿No recuerdas lo que le sucedió a Emily? Descubrieron que contrajo un hijo al mes de embarazo y lo asesinaron sin su permiso. Ellos siempre investigan a todas las parejas de la ciudad.
—Tienes razón; pero si nos descubren, probablemente nos den la misma represalia.
—Eso si nos atrapan, pero tengo fe en que pasaremos desapercibidos.
—Supongo que habría menos probabilidades de ser atrapados...
—Es por eso por lo que sería un mejor plan.
—Perfecto. Debemos darnos prisa. Mañana iremos al Centro para la Rectificación de la Ley del Tributo Reproductivo Socioeconómico.
—De acuerdo. Espero esto funcione finalmente.
Me fue posible oír parte de la conversación; por desgracia, no entendí exactamente a lo que se referían. ¿Cuál era el sistema económico del Reprosacrismo y en qué consistía? ¿Cuál es el deber que los padres deben cumplir? ¿Cuál es el Centro para la Rectificación y para qué quieren ir?, preguntas y preguntas emergían desde dentro de mi cabeza; por otro lado, las respuestas ni si quiera eran visibles a la distancia.
Al menos, puedo deducir que ese sistema es lo suficientemente injusto como para querer erradicarlo o por lo menos evadirlo. ¿Qué tan desagradable sería aquel "DEBER"?