En un lugar muy extraño, si, totalmente diferente, se encontraban los hermanos, Cantor'in y Teresa, junto a Juan y Santiago, el lugar era una especie de ciudad mitológico, totalmente diferente, a su alrededor todo es como un paraíso, justo como Martha contaba en sus historias a sus hijos.
-Señores, bienvenidos a la Cámara de Alham, este lugar fue creado por el mismo Belatco Sanharats, con el fin de poder transmitir la esencia del guardián a sus futuras generaciones. - dijo Teresa mientras se dirigía a Juan y Santiago.
-Pero.. Cómo es que ustedes…. - Santiago se mostraba un tanto confundido.
-A través de los años, recibimos el privilegio de poder utilizar algunos artefactos que pertenecieron a dichosa familia. - Replicó Cantor'in
- Espera… Realmente estoy confundido. - dijo Juan con gestos de no saber que estaba sucediendo. - a todo esto ¿quién es Belatco? - Preguntó
- Ah, así que realmente no saben mucho. - Respondió Teresa. - Ha hecho bien tu madre.
- Creímos que sería correcto que ustedes lo supieran, pero no de nuestra propia boca, a nosotros no nos concierne hacerlo. - dijo Cantor'in. - Es más.. Ni siquiera Martha, su madre, tenía la opción de hacerlo. - continúo.
-¿A qué te refieres? - Preguntó Santiago.
- Verás. - dijo Teresa. - Hace miles de años existió el primer guardián, era una mujer, amable y muy respetada. Su nombre era Noelia, ella no era poseedora del tan renombrado apellido, "Sanharats", de hecho, ella no poseía ningún apellido. Mucho antes de que sucediese la primera guerra, a sus 18 años ella conoció a Mauricio, un valiente humano que influyó mucho a que los otros hombres de la tierra se unieran a la batalla por la libertad de tales. A Noelia por ser mujer, muchos no la tomaban en serio cuando se hablaba de ir a la batalla, pues nadie conocía su poder, sin embargo, Mauricio era fiel a su causa, y no le importaba dar su propia vida a cambio, ambos se enamoraron con el pasar del tiempo, Noelia tomó el apellido de Mauricio, Mauricio Sanharats, a partir de allí, se estableció de que cualquier heredero de sangre debería conocer su destino a partir de los 18 años, para que pudieran ser formados como cualquier otro humano y así aprender su valor.
- Y ustedes hace un mes que cumplieron sus 18 años, ¿no es así? - Replicó Cantor'in.
Olvidaba mencionarles que Santiago y Juan son gemelos, ambos tenían una conexión muy fuerte, Tim no suele hablar mucho de ello, pero cuando eran unos niños, eran 2 seres muy terribles, incluso Martha no sabía qué hacer con ellos, por poco y le daban vuelta a todo.
-Si piden observar su antebrazo izquierdo, notarán que la marca tiene el mismo patrón(como un círculo de fuego). - dijo Teresa. - Es muy extraño que eso pase, pero bien, todo es posible. - dijo mientras suspiraba fuertemente.
-Bien, ¿quién quiera entrar primero? - Preguntó Cantor'in.
Mientras tanto, en el cuartel general de la FEEC…
-¡Hay que ser tontos para dejar que eso pase! - exclamó Tobias. Había recibido la noticia de que los Literia, los cazadores del sector #21 habían tomado la iniciativa de proponer al Concilio de que ellos fuesen los encargados de dirigir la unidades de rastreo y defensa, lugar que actualmente ocupaban los Arcón. Esto se debía a que las otras familias no simpatizaban con las políticas de Tobias, quien era fuertemente criticado.
-Tobias, está bien, encontraremos la manera de resolver esto. - dijo Arturo Lonhar, quien era miembro del Concilio.
- Tu más que nadie, sabe que esto no lo hago por mi. - su rostro estaba enrojeciendo, realmente estaba furioso.
-Lo sé. - dijo Arturo, - Se que lo haces para proteger a Helena y Gabriel(el hijo menor).
-No solo a mis hijos, a los de todos. - Respondió Tobias.
La Familia Literia, quienes no eran muy amigos de los Arcón, ellos tenían principios muy extremos con respecto a la educación y preparación de los siguientes cazadores, hubo un tiempo en donde ellos estuvieron a cargo, y muchos chicos murieron intentando probar ser dignos de estar en las líneas de cazadores, ellos creían que sólo de esta manera podrían formar excelentes guerreros, capaces de defender la tierra. Fue una época muy difícil y sangrienta.
En nuestra querida Academia algo muy diferente a los primeros días estaba pasando, y es que al parecer todos habían llegado por propia cuenta.
-Hoy llegaste muy temprano.¡ No lo puedo creer! - exclamó Carlos.
-Si, lo mismo podría decir de ti - Contestó Tim. - Lo extraño es que no estés con tu hermana. - dijo mientras miraba a su alrededor como si esperara ver a alguien en especial.
-Si no te conociera, diría que estás perdido. - dijo Carlos de una manera sarcástica.
-Perdón ¿decías? - Preguntó cómo si no estuviese prestando atención.
-No, nada. No dije nada. - Respondió Carlos evasivamente. - "Realmente si que esta perdido" - pensó.
Se escuchan los pasos lentos de alguien que venía con una sonrisa muy especial y bien motivado, por supuesto.
-Jóvenes ilustre. ¿Pero que hoy no quisieron ser acompañados? - dijo Mared tan extravagante.
- Hoy te ves muy feliz. - dijo Tim.
- Bueno. - Mared suspiró. - el día anterior, ayer para ser más preciso. Tuve uno de los mejores días en lo que va de este año.
-Ah no me digas que es porque estuvistes organizando todo eso del trabajo en equipo con mi hermana. - Replicó Carlos.
- Carlos, mi querido y futuro cuñado. - dijo mientras soplaba sus uñas. - Hay niveles, y seguro este podría ser uno. ¿No lo crees? - Tim no dejaba de reír con disimulación, le parecía gracioso las expresiones que Carlos hacía.
- Bueno, eso es indiscutible. - dijo Tim. - Hay momentos, estoy seguro que tu Mared, ni querido amigo, a eso te referías. Incluso yo, hace poco tuve uno. - dijo entre suspiro, como un adolescente enamorado.
-Cochinos, ¿de que están hablando? - interrumpió Raquel a lo que Tim se puso nervioso pensando que Helena venía tras ella.