En un lugar alejado de todo, en un lugar sombrío y solitario hay una vieja casa de dos pisos, con las maderas rechinando, las puertas carcomidas por el tiempo, con todo debilitándose, aunque pareciese que en un principio estuviese abandonada, no es así, en una habitación de esa descuidada casa se encuentra una niña, una niña que se llama...
"TINA"
Vestida con un vestido negro, con cabello desordenado, aquella niña solitaria estaba en esa casa por razones que nadie conoce, solo estaba ahí, en esa habitación oscura, en mal estado, con agujeros en sus débiles paredes de madera, ella veía siempre por la ventana el horizonte, aunque todo era igual de desolado, un día una fuerte tormenta azotó esa debilitada casa, Tina simplemente se acurrucó entre las sábanas de su habitación, ya que, habían pasado tantas tormentas que está no seria diferente a las demás, pero algo pasaba, algo revoloteaba en la cabeza de aquella niña, ella al abrir sus ojos vio una bella mariposa, que volaba en cerca de ella, Tina se levantó de aquella cama y siguió a la mariposa, el animalito simplemente se paró en la ventana de la casa, la niña curiosamente se acercaba a ella, y vio que voló y voló hasta alejarse, Tina observo la ventana, y vio que entre tantas gotas de agua que caían violentamente, entre esos relámpagos y truenos que caían y sonaban, había algo, simplemente era algo diferente a lo que había visto anteriormente, se veía una luz destellante, parecía un jardín, aunque ella no podía distinguirlo perfectamente, de pronto un gran relámpago iluminó la habitación acompañado de un fuerte ruido, Tina retrocedió y asustada se acurrucó de nuevo entre las sábanas, era raro, pues, habían pasado muchas tormentas anteriormente y ninguna la había asustado tanto, ella solo pensaba en lo que vio en esa ventana, sentía que debía ir, que debía ver, que debía llegar.
Pasaron minutos, aunque realmente aquí el tiempo podría considerarse algo singular, ya que aunque pase y pase, todo es igual, Tina se levantó, la tormenta había cesado, ella de nuevo miró, y a pesar de su búsqueda no encontró aquél brillante jardín, o eso pensó en el principio, después de observar detenidamente, ahí estaba, era muy destellante, ella se preguntaba "¿Cómo no vi ese jardín antes, si yo veía el horizonte desde aquí?"
Pero, eso no importaba en ese momento, ella por fin lo encontró, ¿Qué debía hacer ahora?, ¿Irse?, ¿Quedarse?, Eran preguntas que ella se hacía en ese momento, ¿Qué decidiría?.
Ella comenzó a caminar, a la puerta de su habitación, era raro, pues jamás había tenido la necesidad de salir, pero lo hizo, abrió la puerta que con dificultad se podía mover, el pasillo que llevaba a las escaleras era muy pequeño, muy descuidado al igual que el resto de la casa, caían gotas de agua debido a la tormenta que había pasado, ella comenzó a caminar, el suelo de madera rechinaba en cada paso, Tina se sentía nerviosa, se preguntaba en diversas ocasiones si había tomado la decisión correcta, ella se sentía insegura, pero eso no fue factor para que ella regresara, continuó, continuó caminando hasta llegar a las escaleras, en ese momento una ráfaga de viento movió la casa, Tina se sujetó de una de las podridas maderas, después de unos segundos todo volvió a la normalidad, o eso era simple vista, Tina sentía que algo no marchaba bien, pero, llegó a las escaleras, eran varios escalones, algunos estaban en muy mal estado, ella no estaba segura de que los escalones no se rompieran.
Ella bajó poco a poco, tenía nervios y temerosa siguió con el segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo, y... Crash, el noveno se rompió, ella cayó al suelo desde el noveno escalón, al décimo tercer y último escalón haciéndose daño, ella miró su rodilla, estaba sangrando, entre algunas lágrimas y mucho dolor que sentía, se levantó, cuando observó al pasillo, vio a una niña exactamente igual a ella, "¿Cómo era posible?" Se preguntaba Tina al ver a esa niña que parecía un reflejo exacto a ella, aquella niña solo la miraba, y entre los ruidos que provocaba la casa y goteras, se escuchó una voz, "Ven" decía una voz algo tierna, y muy suave.
Tina no respondió, "Ven, vamos, estas lastimada, yo te cuidare" dijo esa dulce voz, aunque a Tina en vez de tranquilizarla la inquietaba, "¿Por qué no vienes?" Preguntó esa niña, Tina se acercó a la puerta de salida en ese momento, la niña desapareció y apareció repentinamente frente a ella, asustandola.
Aquella niña había cambiado, tenía una sonrisa muy macabra y los ojos brillantes, aunque lo demás era igual, Tina estaba agarrando la puerta, pero estaba paralizada del susto, esa niña dijo con una voz un poco indistinguible, "¿Te vas? ¿No te quedarás?" Tina, abrió la puerta...
Comenzó a correr lo más rápido que podía, el suelo gris y rocoso sonaba en cada paso que ella daba, cuando volvió a mirar la casa, el descuidado hogar se caía en pedazos.
Tina sabía que no había vuelta atrás, continuó corriendo hasta llegar al jardín, era hermoso, con flores brillantes, pasto suave, y un aire tan fresco y limpio que ella se impresionaba ya que, jamás había respirado algo tan puro, Tina sonreía, gritaba de felicidad, se sentía liberada, se sentía diferente, algo que simplemente no podía sentir estando en esa casa.
Su vestido cambió de un color negro a un color blanco con hermosas flores, ella se tumbó en el pasto, miraba el despejado cielo, ella sonriente cerro sus ojos, y con unas palabras de felicidad dijo:
"Al fin".
"TINA"
Creado Por: Jack C. Domínguez.
Portada por: Viviana Michelle.
GRACIAS POR LEER.