No dejo de pensar que es real.
Que por fin la veré.
Al llegar a casa, ella le dice a la mujer que irá hacia su recamara, a lo cual ella le dice un: Está bien.
Puedo notar la felicidad en su voz cuando grita y abraza el libro con fuerza.
—Por fin te tengo. —dice en un susurro.
Por favor, abre el libro.
Quiero verte.
Necesito verte para confirmar que ere tu.
—Bueno pues, nuestro momento ha llegado, pero primero necesito darme una ducha. —escuchamos como sale y entra a tres habitaciones, mientras tararea una canción que enseguida conozco.
Pero necesito decirte algo
But I need to tell you something
Mi corazón simplemente no puede ser fiel por mucho tiempo
My heart just can't be faithful for long
te juro que solo te haré llorar
I swear I'll only make you cry
Tal vez cambiaría por ti algún día
Maybe I'd change for you someday
¿A quien le romperás el corazón mi Evangeline?
Sigue cantando, y yo solo me quedo escuchando su hermosa voz.
Lo que más llama mi atención, es la manera en como canta aquella canción.
Lo hace con mucho sentimiento.
Como si realmente viviera todo lo que describe.
—¿Cómo te sientes? —dice Sophie sentándose en la letra e.
—No sabría describir todo lo que siento en este momento. —admito en un susurro. — ¿Qué tal si no es ella? ¿Quizás la he confundido? Te juro Sophie que, si es así, me dejo de llamar Greg. No me perdonaría el confundirla. No a ella.
—Tranquilo, estas muy nervioso. —dice en medio de una carcajada. —Veraz que todo saldrá bien, solo no te pongas a sobre pensar las cosas.
—Es que... tu mas que nadie sabe lo mucho que anhelo el momento en el que la deba de conocer finalmente.
—Lo ves, si en dado caso te llegaras a equivocar al confundirá, está bien, todos lo hemos hecho en algún momento de nuestra vida, y realmente no creo que sea tan malo... —la interrumpo.
—¿Qué no es malo? ¿De verdad? —asiente— Para ti podrá ser la cosa más pequeña del mundo, pues como sea tu conociste al amor de tu vida desde que eras pequeña, en cambio yo, no sé si es como en mis sueños aparece.
—¿Qué sentiste cuando la oíste hablar?
—Yo... —suspiro— Sentí mi mundo temblar, sentí que todo se detenía, y solo estábamos ella y yo, sentí que en ese momento era el hombre mas feliz del planeta literario, y así me siento, pero, la idea de que en verdad me equivocara, provoca una opresión en mi corazón, y no creo poder soportar que no sea ella.
—Tu realmente estas enamorado de Evangeline. —dice sonriendo.
—MI Evangeline, nadie más tiene derecho a llamarla así, ni tú, ni nadie más, solo yo. —le dejo claro.
—Jajaja, olvidaba lo posesivo que te volvías cuando de ella se trata.
—Deberías comenzar a recordarlo todos los días. Por ella me convierto en todo.
—Así es que, si ella te pidiera que fueras un perro, ¿te convertirías en uno? —pregunta con curiosidad.
—E incluso en una cucaracha, si es lo que quiere y es feliz.
—Me alegro que por fin la hayas encontrado. Todos en algún momento de nuestras vidas merecemos ser felices al lado de la persona que realmente amamos. —termina con eso y se va.
Suspiro mientras me recargo la letra u, y comienzo a pensar en lo que ha sido mi vida en los últimos 10 años.
Todo ha tratado en fingir amar a alguien que realmente no amo, ni amare.
Fingir sonrisas cuando estoy mal, decir que estoy bien, aparentar que nada me afecta, que no me lastiman las palabras de los demás, y cuando llega ese momento en el que ni yo mismo sé que es lo que siento, me mata.
Me mata el saber que no puedo llorar como lo deseo, el saber que no debo sentir porque solo fui creado para amar a quien ellos quieren que ame, el saber que llegará un día en el que nos tiren a la basura, porque para eso fuimos creados.
Pero también me mata la sola idea de que en algún momento todo lo que llevo guardando desde que me crearon, salga a la luz, y ya no lo soporte.
Me pierdo en mis pensamientos cerca de 1 hora, y regreso a ellos cuando su voz hermosa llega.
Escucho como dice cosas que para muchos no tienen sentido, pero para mí, es lo más importante.
Después un fuerte grito me sobresalta provocando que caiga.
—¡AH! ¡MAMA HAY UNA CUCARACHA EN EL CLÓSET! —grita.
—¡ASESÍNALA! —grita la voz que ahora reconozco que es de su madre.
—¡Hay no! ¡Me da asco! —chilla.
—¡Alya! —se escucha como entra a la habitación— ¿Qué te puede hacer una cucaracha?
—Volar y asustarme.
—Dame una de tus chanclas. —ordena.
—Uy, es tu hora querida chanclita. —dice con una voz divertida.
—Alya deja de jugar y dámela si quieres que me deshaga de la cucaracha.
Se la da, y unos segundos después se escucha un azote.
—Listo. ¡Valla! Milagro que te duchas temprano.
—Lo hice, porque necesito comenzar el libro, y por lo tanto no te permito ninguna interrupción. Ninguna. —advierte.
—De acuerdo, entonces te dejo. —sale de la recamara.
A este punto ya me encuentro más nervioso que la cucaracha que han asesinado.
—Bien, vamos a elegir las canciones... ¡Listo! Ahora sí. —toma el libro entre sus manos, y lo abre....
¡Dios de todos los personajes ficticios!
Si es un sueño por favor no me asesines.
Me quedo estático cuando su imagen aparece en mi campo de visión.
Es ella.
Todas las veces que soñé con ella se quedan cortos al verla, pues no hay palabras para describir lo hermosa que es.
Es un ángel, el cual me llevara a la gloria, o a la misma ruina.
Pero yo estoy dispuesto a todo con tal de estar a su lado.