Alya
El tener el libro que por mucho tiempo busque, es algo irreal.
Magnificó.
Genial.
Saber que una pareja más se unirá a la lista de mis expectativas, hace que me emocione, mas de lo que ya me encuentro.
Abro el libro y comienzo con la lectura, en donde me sumerjo en un mundo de fantasías, y esperanzas muertas y vivas.
Olvidando así, mi vida real, y viviendo una muy lejos de esta.
En el primer capítulo, narra Sophie, en donde se describe como una chica risueña.
También explica sobre cómo es la vida en Dynasty y cómo fue que conoció a Greg, su pareja actual.
Que envidia.
Sigo mi lectura hasta que llego al capítulo 5, que es narrado por el mismísimo Gregorie Feiraha.
Que apellido... ¿Quedara con el mío?
-Alya Anderson de Feiraha... -grito por la emoción que causa en mí.
-Que bien se escucha mi apellido con el tuyo, Evangeline. -dice Greg observándome con una sonrisa.
-¡Lo se! Hasta a mi me gusto. La manera en cómo se pronuncia es hermosa.
-Sin duda... Alya Anderson Feiraha -susurro para sí mismo-, muy buena elección.
-Es genial, espera... ¿me has llamado Evangeline?
-Así es.
-¿Por qué?
-Porque eso eres para mí, un amor inalcanzable, una estrella que aún a la distancia amare por siempre y para siempre, mi amor por ti trasciende la realidad física y se convierte en el amor más puro que pueda existir. Se que es tonto porque tu eres real y yo soy ficticio, pero... tan solo déjame amarte aun a la distancia, permíteme ser el dueño de tus pensamientos, ser el único que pueda tener tu corazón, ¿me permites ser eso y más? -pregunta con temor y siento como una grieta se hace dentro de mi pobre corazón.
-No puedo... porque no estás aquí.
-Pero estaré en tus pensamientos, serás tú la única persona que tendrá mi corazón. -dice con un dolor reflejado en sus ojos verdes.
-No puedo... -susurró- Sophie... ella te ama, y ella está a tu espera, ¡ella si puede estar contigo, no yo!
-¡Pero yo no la amo! Fui creado para hacerlo, pero no puedo, y ella tampoco, ahora ella está al lado de alguien que, si sabe valorarla, cosa que por mas que intente no pude hacer, porque todo el tiempo tu eres la dueña de mis pensamientos. -Niego- Si Alya, llevo una vida buscándote, años soñando contigo, imaginándome una vida a tu lado, y cuando escuche tu voz... ¡Dios solo sabe lo que causaste dentro de mí! Las emociones fueron tantas que no sabría explicarlas si me lo pides.
-No eres real. -digo con la voz quebrada.
Suspira. -Lo sé, y no sabes como odio no serlo.
-Greg... -lo busco, y al no verlo una vez más, comprendo que solo fue mi imaginación tonta. - Ilusa.
Cierro el libro, me acuesto en la cama, apago la luz, me tapo, y mi almohada es testigo de todo lo que siento.
No eres real, no puedes ser real.