Titulo sueños inalcanzables

Capitulo 13

Diana:

Después del  funeral, tras haber enterrando a nuestra madre, necesito estar sola, por ello, decido de  ir a la playa porque el sonido de las olas me relajada. Paro un taxi, nada más subir le indico el lugar donde quiero ir.

Cuando llego a la playa, camino por la orilla del mar sintiendo el agua acariciar mis pies. De pronto me paro en seco, encontrándome con algo que jamás me hubiera  imaginando tener que presenciar. 
Me quedo  asombrada al ver a mi hermano con Verónica en actitud cariñosa. Confundida me pregunto, si se supone que Verónica es la novia de Derek, ¿qué está haciendo con Yeray?

Cuando mi héroe me ve  seguidamente se aparta de ella para acercarse  donde estoy yo. 
Él intenta  contarme lo sucedido:

—Princesa, escúchame, lo que acabas de ver es un mal entendido, creo que me he dejado llevar por un impulso, pero yo no voy a  tener nada con Verónica y lo sabes. Nunca saldría con una chica cómo ella. — Mientras me cuenta lo ocurrido,  yo me quedo mirando a  Verónica la manera en  la cual  me está observando con una sonrisa burlona,  lo cual me hace de sospechar de que ella solo quiere hacerle daño a mi hermano,por lo que me guardo  para mí las sospechas que tengo sobre ella.

Más tarde mi hermano me lleva a casa. 
Al  llegar a casa, veo a Kiko, sin darme cuenta lo observo con detenimiento mientras habla con mi hermano. 
Yeray se acerca  a él diciéndole algo bajito al oído  mientras  Kiko me  mira  con un brillo en sus ojos. 
Después mi héroe se aleja de él , me da un beso en la frente en modo de   despedida, enseguida se va  y me quedo sola con el chico que me gusta.

Al marcharse mi hermano, me quedo a solas con Kiko, es algo que estaba esperando, pero ahora mismo no sé si estoy preparada para mirarle a los ojos. Noto como mi cuerpo tiembla, incluso llego a sentirme torpe casi no atino ni a hablar tres palabras seguidas. Sus manos envuelven las mías, su mirada me traspasa y por algo que desconozco, siento un fuego empujarme hacia sus labios. Es la primera vez que alguien me besa de esta manera tan tierna, sus aterciopelados labios me abrasan, su mano me quema en la zona de mis riñones donde me tiene sujeta. Deseosa y algo torpe, intento prolongar más este momento tan mágico en el cual me encuentro y no es sueño. 
Después se aparta de mi mientras me mira con esa mirada que me vuelve loca .Inmediatamente le pregunto:

—Kiko, ¿porqué me miras de ese modo —no me responde, sólo me mira, si sigue mirándome así perderé el control.

—Porque eres muy linda peque —-al escucharle hablar tan bajito y dulce sin apartar sus ojos de los míos, enseguida me sonrojo, me limito a sonreírle.

—¡Ah! gracias —  se queda mirando a mis labios todavía rojos tras el beso  creo que me va a besar otra vez. 
Kiko me está besando por segunda vez ,sus besos son mi perdición , comienza a hablar.

—Peque, disculpa mi atrevimiento, pero es que las ganas ya me estaban superando. Tú, te has convertido en una persona especial para mí. Nena, estoy loco por ti, no sé que me has hecho para mirarte con otros ojos, y dejar atrás ese cariño que creí sentir como si fueras una hermana para mí. — Mis mejillas están ruborizadas al oír  sus palabras, no quiero despegarme de Kiko, necesito estar más tiempo con él, así. Acariciando suavemente mi cuerpo por encima de mí ropa, probando la dulce miel de sus labios.

Pena, que Kiko se haya tenido que ir. Pero su compañía y su declaración ha hecho que por unos instantes me olvide del dolor de haber perdido a mi madre. Pero esa espina no se puede sacar tan fácilmente. Y de nuevo vuelvo a derrumbarme en un llanto por haber perdido para siempre a mi madre.

Pasan los días y poco a poco voy haciéndome a la idea de que ya no volveré a ver a mi mamita linda. 
Kiko ha venido a visitarme todos los días, trayéndome chocolate y un ramo de flores. Pero la mejor noticia que me han podido dar, ha sido Yeray. Me ha dicho que está haciendo lo posible por ir a vivir juntos. 
La idea me llena de felicidad, pronto volveré a vivir con mi héroe.

Cuando abro  la puerta veo a mi padre  con una sonrisa maliciosa, lo cual desganada lo hago pasar a  casa. 
Él se queda observando a sus  alrededores cómo si estuviera buscando a alguien.
En ese instante se  gira a  donde estoy, comienza a hablar:

— Hija, ¿te gustaría vivir nosotros?  Podrás  ver a Yeray  todos los días cómo antes. — Ese es mi sueño, volver a vivir con mi héroe.
Me quedo pensando unos minutos.

— Me gustaría vivir contigo sobretodo con mi hermano eso es lo único que me importa, estar cerca de él ,ya haré las maletas ,ya vuelvo  enseguida.

Subo  a mi habitación y preparo todo , sin olvidar de escribir una carta para Adela porque  sé que estará preocupada ,de inmediato comienzo a escribir:

«Tía Adela voy a vivir con  mi padre, también con Yeray , aunque mi padre está  raro lo sabes  que ese hombre no lo quiero pero hay algo algo positivo   estaré con mi hermano bueno no te preocupes de mi cuando llegaré a la casa de mi padre te llamaré  y te voy a visitar al salir de instituto, te quiero mucho gracias por todo 
Firmado por tu sobrina»

Al terminar de escribir la carta, la dejo en mi mesita, salgo de mi habitación bajo las escaleras,  y salimos de la casa que ha sido mi  hogar.

Mi padre me ayuda con las maletas dejándolas atrás en el maletero. Yo tomo asiento en el asiento del copiloto. Si no fuera porque quiero estar con mi hermano no estaría en estos momentos sentada junto a este hombre que a pesar de ser mi padre, nunca lo ha demostrado.

Cuando llevamos un rato en carretera siento mis ojos como si me pesaran lo que hace que caiga en un profundo sueño.

No recuerdo nada, estoy como mareada y tengo ganas de vomitar. Miro a mi alrededor, todo está medio oscuro, no se escucha nada salvo la voz de mi padre y otros hombres. Comienzo a golpear una puerta de hierro frío gritando ayuda. Solo pasa un hombre alto, inmediatamente me asusto de su aspecto tan demacrado. Pregunto cómo puedo debido al miedo que me invade qué hago en este lugar.
Ese hombre solo sabe reírse y con las mismas se marcha dejándome sola y llorando del mismo pánico que siento.
Rebusco en mi pantalón mi teléfono, para llamar a mi hermano, al parecer se me ha debido de perder. Maldigo mientras lloro mirando por una pequeña ventana qué me va suceder y porqué mi padre me ha traído a este lugar.



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Editado: 13.01.2021

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