Toda una vida ( Trilogía Destino #3) (2014)

CAPÍTULO 3

—Mamá que ya no tengo cinco años, suéltame—Lucía llevaba casi cinco minutos abrazando y besando a su hija como si fuera un bebé.

—Para mí siempre serás mi niña así que te aguantas. ¿Todo bien por casa?—preguntó enarcando una deja.

—Creo que tienes algo que contarme porque lo que me he encontrado no es muy normal.

—¡Cariño! Ya estás aquí—Álex llegó hasta su hija y repitió el mismo proceso que su esposa—¿Qué te has encontrado en casa que no es muy normal?—Lucía mediante señas le dijo que su padre no estaba al tanto de nada, así que le tocaba inventarse algo.

—Nada grave, que cuando llegué estaba el agua cortada—mintió—Luego me di cuenta que la llave de paso estaba cerrada ¡Soy un desastre!

—Pero ya está todo correctamente ¿No? Si quieres podemos ir a echar un vistazo para ver si algo más falla.

—¡No!—hablo más alto de lo que pretendía—No hace falta, sólo era eso.

—Bueno chicas os dejo, me voy, tengo una reunión en una hora. Ven mañana a comer y pasamos el día juntos como en los viejos tiempos—dijo mientras se despedía de su esposa.

—Sí claro, aquí estaré. Me encanta recordar viejos tiempos—finalmente Álex se fue y quedaron madre e hija solas.

—Ahora sí me vas a explicar todo mamá ¿De qué va esto?

—Siéntate, es largo de contar. Sólo quiero que no me interrumpas y escuches hasta el final y después contestaré a todas tus dudas.

—De acuerdo, intentaré no interrumpirte—ambas se sentaron en el sofá.

—Como ya sabes cuándo te fuiste, Dan estaba muy mal, estaba metido en la droga y con el paso de los años tocó fondo. Mientras fue menor de edad, tenía que vivir bajo la tutela de Andrea y su marido, pero casi nunca pasaba por casa, y cuando lo hacía era o para discutir con quién se encontraba o para robar, dinero, joyas o cualquier objeto de valor para venderlo y conseguir dinero.

—Eso…es… es horrible—Nerea no daba crédito ¿Qué había hecho su amigo?

—Espantoso. Cuando cumplió la mayoría de edad, fue mucho peor. Se sentía con derecho de decir y hacer su santa voluntad, pero se equivocó. Andrea y sus otros hijos hablaron con él de todas las maneras posibles, querían que entrara en razón, que reconociera que tenía un problema con las drogas. Pero en lugar de recapacitar, les robó a todos y cada uno de ellos. Desde entonces no se han visto más.

—¡Pobre Andrea! Y yo siempre que la llamaba le preguntaba por él pero ella nunca me dijo nada—tenía los ojos vidriosos.

—No le dijo nada a nadie, yo sé todo esto por boca del propio Dan. Clara y yo fuimos a verla muchas veces pero ella decía que no sabía nada de él. Lógicamente nosotras sabíamos que había algo más pero nos daba reparo en sonsacarla de esa manera.

—¿Y cómo es que tú llegaste hasta él?

—Intentó robarme a la salida del banco. Pero estaba tan colocado que no sabía quién era yo realmente. Obviamente me negué a darle un céntimo, se puso violento y la policía lo detuvo.

—¡¿Cómo?! Robarte a ti—cada vez se sorprendía más de lo que escuchaba.

—Sí, estuvo detenido una semana. Tu padre no sabe nada de esto y quiero que siga siendo así. Después llamé a Clara y entre las dos intentamos ayudarlo. Nos costó Dios y ayuda pero más tarde, ingresó en un centro de desintoxicación. Él no quería, de hecho se escapó varias veces. La última vez que se escapó—Lucía cogió aire—Atracó un supermercado junto a otras tres personas—Nerea se quedó boquiabierta tras esa revelación—Llevaba una navaja y apuñaló a dos personas.

—¿Y qué pasó con ellos?—susurró la chica.

—Afortunadamente ambos sobrevivieron, pero a Dan lo mandaron a la cárcel estuvo unos cuantos años, pero lleva dos años en libertad condicional. Le quedan unas semanas para cumplir su condena. Hacer lo que hizo le cambió, reaccionó y supo salir adelante. Salió de la droga, que era lo que queríamos y desde entonces está en un grupo de ayuda a drogodependientes. ¿Sabes? Las veces que iba a visitarlo, siempre me preguntaba por ti.

—¿Preguntaba por mí? Yo pensé que me odiaba después de todo lo que le dije la última vez que nos vimos, le dije cosas horribles.

—Y él a ti también. Sé lo que pasó antes de que te fueras, estaba muy avergonzado por su comportamiento, quería volver a verte y mira, se ha cumplido. Cuando le dieron la condicional, no quería volver a casa de Andrea, no sabía con qué cara presentarse, entonces recurrí a tu casa, espero que no te haya molestado.

—Después de lo que me has contado—se puso de pie y empezó a deambular—Eso es lo de menos. Mamá, debiste contarme esto mucho antes, yo os hubiera ayudado y tal vez él no hubiera llegado a ese espantoso punto.

—No hija, una cosa es el cariño que le tengo y otra muy distinta era contarte todo e interferir en tu futuro. Tú eres mi prioridad y espero que lo entiendas.

—¿Has pensado en contárselo a papá? Después de todo, ya no hay peligro, lo hecho, hecho está.

—No, se pondría hecho una furia y volvería a mandarlo a la cárcel. Y más si se entera que su hija, la niña de sus ojos, comparte piso con él. Es mejor que así sea, sólo lo sabemos Clara, Dani tú y yo. Y si no hubieras regresado tampoco lo hubieses sabido nunca.




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