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Segunda parte: Asterismo - Capítulo 6.

Capítulo 6.

 

Justo antes de que el despertador empezara a sonar, Holmes se levantó de la cama. Como de costumbre no lo apagó, en lugar de ello esperó a que sonara, eso le motivaba.

Caminó por la habitación y tomó el cepillo de dientes, entonces escuchó el teléfono:

- ¿Sí? ¿Aló?

- ¡Holmes! Al fin contestas.

- Ah, hola, Marien, ¿pasó algo?

- Pues claro, no llamo para saber cómo amaneciste. Encontré lo que buscabas, lo del grupo.

- ¿Sí?

- Si, son un par de chicos de Saldana; son jóvenes y guapos; tocan múltiples instrumentos y uno de ellos tiene una voz muy potente. Son perfectos, tienen la energía, el carisma…

- ¿De Saldana, dices?

- Si, de Saldana. Ya sé que está lejos, pero…

- No, no es eso. Es solo que es una ciudad pequeña y apartada, ¿Cómo los encontraste?

- Sabes que tengo contactos, ¿Por qué no confías en mí?

- Si no confiara no te pediría que me ayudes.

- Eso es porque soy tu asistente.

- Lo eres porque confió en ti.

- Claro, como sea. ¿Qué harás?

- Pues debemos reunirnos y hablar de esto a detalle, ¿Te parece?

- Sí, claro. ¿A qué hora?...

Holmes terminó la llamada y se dirigió a la ducha. Se sentía motivado. Confiaba totalmente en la intuición y el talento de Marien; ella era buena en su trabajo, y le facilitaba las cosas. Era posible que realmente hubiese encontrado lo que habían estado buscando.

 

Sin decir palabra, Holmes miraba la foto con atención.

- No vas a decir nada? – Marien le observaba con gesto de interrogación.

- ¿Quién te envió esto?

- Javier Montés, es un amigo y está en el medio.

- ¿Y si es confiable?

- Pues obviamente sí. No te habría dicho sobre esto si no. Ya deja de hacer eso, solo dime si te interesa y que haremos.

- Perdón, Marien, gracias por el esfuerzo…

Holmes se quedó en silencio varios segundos. 

- …¿Crees que debería ir?

- Claro, no estás haciendo nada, y esto es prometedor, alguien podría adelantarse…

Holmes bajó la foto.

- Dijiste que era confiable.

- Lo es, pero uno nunca sabe. Esto es justo lo que pediste, ¿Por qué le das tantas vueltas?

- Tienes razón.

Holmes se quedó pensando por varios segundos, después discutió los detalles con su compañera, y decidió que viajaría dos días después. No sabía que esperar, pero tenía el presentimiento de que todo saldría bien.

 

Saldana era una ciudad más pequeña de lo que recordaba, Holmes ya había estado ahí un par de veces antes, algunos años atrás. Se dirigió al hotel en donde había reservado, llegó con facilidad. Se duchó y se puso una camisa de un tono oscuro, quería parecer serio, pero no demasiado.

Tomó un taxi y fue hasta la dirección que Marien le había conseguido. El lugar era un pequeño bar en el centro de la ciudad; había un vigilante, y el cartel de la entrada anunciaba que habría música en vivo.

Ya adentro, Holmes observó el lugar, era más amplio de lo que parecía, tenía varias mesas, y un pequeño escenario. La iluminación era excelente. Sonaba música rock. Se dirigió a la barra y esperó. El barman se acercó, y él pidió solo una cerveza, quería mantenerse lo más sobrio posible.

Había pasado casi una hora cuando un chico delgado subió al escenario. Se puso a organizar los equipos, dos chicos más aparecieron unos minutos después. Hicieron prueba de sonido, todo estaba bien. Luego, el primer muchacho tomó el micrófono, se paró frente al escenario y dijo:

- ¿Qué tal? Buena noche. Hoy mis compañeros Cristian, Eduardo y yo, interpretaremos algo de música para ustedes, espero lo disfruten.

Algunas personas aplaudieron. Se escucharon murmullos.

El joven dejó el micrófono, fue atrás y tomó un bajo, el  más alto de los tres pasó al frente con una guitarra. El otro ya estaba en la batería. La música empezó a sonar.

El sonido resultaba medianamente bueno, aunque la acústica del lugar no era la mejor. Holmes escuchaba con atención. Apenas el vocalista empezó se sintió motivado. El muchacho tenía un registro amplio, su voz era fuerte, pero tranquila, y sonreía mientras cantaba, todo resultaba bien. El muchacho del bajo también sonreía, parecía disfrutar plenamente lo que hacía; él se movía ligeramente, cerraba los ojos y, por momentos, pronunciaba algunas líneas de la canción. Tenía un gran manejo del instrumento.

Terminada la canción, pasaron a interpretar una segunda y una tercera. Después anunciaron que tomarían un descanso. Se escuchaban los aplausos entusiastas del público.



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En el texto hay: juventud, amorlgtb, musica y romance

Editado: 02.02.2020

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