Todas mis Navidades

Todas mis Navidades.

Ninguno de los dos podía describrir lo que estaban sintiendo, tres años habían parecido un siglo en cuanto sus ojos se encontraron. Las palabras habían abandonado a Denise cuando vio a aquel rubio entrar por esa puerta de madera que conducía a la pequeña sala donde se encontraba el árbol de navidad, Bastian llevaba consigo incontables regalos, lo que de inmediato capto la mirada de todos los niños del lugar, pero al parecer el generoso hombre que había logrado esas sonrisas estaba en shock. 

— Bastian, que gusto tenerlo aquí — Dijo la directora amablemente sin obtener ninguna respuesta por parte del hombre, que desde que habían entrado no había dado ni un solo paso más — ¿Será acaso que ustedes son amigos? — Preguntó la mujer, al darse cuenta de que hasta la misma Denise había dejado de respirar normalmente, de hecho, parecía que estaba a punto de hiperventilar. 

— No — Respondió rápidamente la pelinegra, apretando más a la pequeña contra su cuerpo a la cual estaba cargando, claro, siempre cuidando no hacerle daño. 

— Si — Dijo Bastian, él no mentiría, porque de hecho no lo quería, encontrarla y ver por sus propios ojos era lo que más había deseado, así que no podía fingir que no la conocía cuando seguro la miraba como en aquellos tiempos. 

— Oh, no lo sabía — Dijo la mujer asombrada, ya que no sabía que la pelinegra conociera a personas como los Lemaire, así que suponía debía dejarlos solos — Bien, deben querer ponerse al día así que los dejo conversar, iré con los niños — Quienes habían salido corriendo a la otra habitación, donde podrían la inmensa cantidad de regalos, pero aquello simplemente asusto a Denise, ya que no quería estar a solas con él. 

— Directora... — Pronunció la joven, esperando que la mujer mayor la escuchará, pero no había sido posible, porque no había pasado ni un segundo cuando la mujer ya no se encontraba en la habitación. 

— ¿Tanto odias la idea de estar a solas conmigo? — Preguntó el rubio dolido por la reacción que había tenido Denise al verlo y al comprender que ahora estaba a solas con él. 

— Tanto tiempo, Bastian — La pelinegra simplemente evadió la pregunta, no deseaba responderla ya que claramente lo que sentía era lo contrario a odio. 

— Lo sé... Denise... — No lo puedo evitar, poder pronunciar ese nombre mientras la veía le había traído la misma sensación de hacía años, cuando se habían conocido, cuando se habían enamorado. 

— No sabía que eras tú — Dijo ella mirándolo directamente a los ojos, esos que había extrañado con locura. 

— No tenías por qué saberlo, yo tampoco sabía que estabas aquí — Las palabras salían de sus bocas forzadamente, ya que ninguno de los dos sabía por dónde comenzar o que decir, había pasado tanto que no sabían si aun merecían saber el uno del otro. 

— ¿Cómo has estado? — Se atrevió a preguntar ella, intentando sonreír logrando más bien una mueca como de dolor. 

— Mal — Bastian no dudo en decir lo que sentía — Llevo cuatro navidades sin la mujer que amo — Volvió a decir, intentando corresponder la sonrisa de Denise, aunque tampoco lo había logrado — ¿Y tú? — Preguntó, teniendo la fuerte esperanza de escuchar que ella también lo había extrañado. 

— Sobreviviendo... — Murmuro ella, mirando hacia la pequeña chimenea que mantenía la habitación caliente — Es lo único que debo decir — Afirmó, esperando que su deseo de lanzarse a sus brazos no fuera tan obvio — ¿Por qué no trajiste a tu esposa? — Esa frase había dolido como mil cuchillos, pero tenía la duda clavada en lo más profundo de su corazón y sin pensarlo preguntó. 

— No tengo — Bastian ni siquiera lo pensó, no quería malentendidos, la tenía allí, cerca de él y no pensaba dejarla escapar porque sabía que su conversación estaba tomando un rumbo muy sombrío, y que al parecer ella no deseaba responder con sinceridad. 

— ¿Entonces porque el señor Lemaire no vino contigo? — Denise se atrevió a preguntar, aunque sinceramente ese hombre no le importaba en los más mínimo, su único recuerdo de él era el de un hombre amargado y malvado. 

— Aunque viviera él no habría venido — Respondió el rubio dando un paso hacía la mujer, quien por inercia dio uno hacía atrás. 

— Lo siento... — Susurro ella, ya que creyó que al ser una familiar Bastian estaría desecho. 

— Yo no — Respondió el rubio, tomando por sorpresa a la mujer — Si no fuera por él, tú y yo no estaríamos así, si él no te hubiera amenazado no habríamos perdido tanto tiempo — Dijo dolido y desesperado, por ver como ella huía de él sin ninguna consideración. 

— No tuve opción, lo siento... — Fue lo único que ella logro formular. 

— No, no lo haces — Dijo él en tanto al fin lograba alcanzar a la pelinegra — Si de verdad lo sintieras no estarías huyendo de mí — En ese momento Denise ya no pudo más, estaba harta de fingir que estaba bien cuando no era así. A ella también le habían dolido todos esos años, a cada momento extrañaba poder estar junto a él y desear que nunca se hubiesen separado. 

— No sé qué quieres... — Susurro ella, desviando la mirada. 

— Si lo sabes... — Dijo él fuerte y claro, tomando el mentón de la pelinegra para conectar sus miradas — Te quiero a ti — Afirmo — Cometí el más grande error de mi vida al no buscarte hasta debajo de las piedras y lamento eso con él alma, pero, ahora que volviste a mí no pienso dejarte ir nunca más — Aseguró, provocando que los ojos de la pelinegra se llenarán de lágrimas. 

— Siento tanto haberte dejado, el miedo me invadió en ese momento y no supe que hacer, cuando reaccioné ya te había dejado y no tuve cara para buscarte — Dijo ella sin dejar de llorar. 

— Muñeca, no llores, nada de eso fue tu culpa — Había extrañado aquel apodo como no tenía una idea, así que sus ojos se llenaron a un más de lágrimas, invitando a Bastian a consolarla con un inmenso y cálido abrazo, ya que lo que menos quería era verla llorar, pero, un pequeño bulto que dormía entre los brazos de Denise se lo había impedido, además se había robado toda su atención. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.