Todo está bien, John

Capítulo 10: Atrapado en una novela de Suspenso.

Ok, antes de leer este capítulo sepan que modifiqué el 8. Algo pequeño que si les da paja ir a fijarse es simplemente que cambié el hecho de que Grace y Evelyn nunca se demostraron afecto, que sí llegaron a tener algo juntas. Literal sólo borré un párrafo, jaja. Bueno, eso(?)
 

(Pensé que nadie me leía por acá, por eso no dí una explicación sobre mi ausencia, para la próxima aviso ): )

Scott Romero
Junio de 2007.                                        

Cuando desperté ésa mañana pensaba que sería un día como cualquier otro. Lo máximo que esperaba era algún tipo de interrupción por parte de los padres de Evelyn; un caso que no me interesaba lo suficiente, hasta que tuve esa cita con mi ex- esposa. Ahora, 
su desaparición parecía  relacionada con el asesinato de mi hija, y  si no actuaba rápido ella podía obtener el mismo destino. No le deseaba a ninguna chica el pasar por lo que pasó Juliet, ni a la más cruel y malvada. Aquello fue algo atroz.

Nadie puede saber que ellas están relacionadas si no quiero que me alejen del caso.

Ahora mismo me encontraba frente a la casa de mi primer sospechoso: El profesor John Lambert. Lambert tenía una casa bonita, tengo que admitirlo. Aunque con lo desaliñado que normalmente suele andar probablemente la belleza del lugar se debía al buen gusto de su difunta esposa. Pintura color crema impecable, tejas terracota, puertas francesas y un jardín verde con sillas de madera barnizada; en conjunto el lugar se veía sofisticado.

Qué bueno que Elara Lambert estaba muerta, para no tener que ver cómo un policía llega a su hogar a hacerle preguntas a su marido sobre una puberta desaparecida con la que él  tenía una fijación muy peculiar. Si lo que decía la rubia Samett era verdad, qué bajo había caído John Lambert al fijarse en una niña.

Me acerqué hacia su entrada y toqué el timbre. Las cuatro estaciones de Vivaldi se reprodujo con mi contacto y me pareció cuanto menos curioso que no tuviera el típico «Ting-Ting» que tenían la mayoría de las casas. Luego de esperar unos segundos, el profesor abrió la puerta.

—Hola—dijo y me miró confundido—, ¿puedo ayudarlo en algo oficial?

—Sí—afirmé—, estoy aquí para hacerle unas preguntas sobre la desaparición de Evelyn Samett, ¿tiene un momento?

—¿Sobre Evie?—preguntó con preocupación, haciéndose a un lado para facilitarme el paso hacia su hogar—. Claro, pase, por favor.

La casa de John Lambert también era bastante estética por dentro: buena iluminación, cerámicas que aparentaban perfectamente ser un piso de parqué y nada fuera de lugar, todo ordenado e impecable. El hombre me invitó una taza de café que rechacé, no tenía tiempo que perder, ya había perdido demasiado. ¿Qué papel jugaba él en la desaparición de la chica Samett?

Y si estaba relacionado con el asesinato de mi Juliet... El infierno sería poco comparado con lo que le haría sufrir.

Nos sentamos frente a frente, separados en medio por una mesa de tamaño mediano, cada uno en un sillón, en su sala. Quería verlo a la cara cuando me respondiera. No se me podía pasar ningún detalle sobre su lenguaje corporal si quería definir si mentía o no.

Lambert no lo sabía, pero yo guardaba una grabadora en el bolsillo de mi abrigo que ahora mismo estaba activada; la usaba siempre que interrogaba a alguien, para después escuchar la conversación más tranquilo en mi estudio. Luego anotaba los puntos más importantes en mi libreta y cuando lo volvía a interrogar marcaba en qué se contradecía con su nueva versión. Reproduciría la cinta una y otra vez hasta exprimirla de tal manera en que ya no tuviese nada más para aportarme.

—¿Qué relación tenía con Evelyn Samett?—interrogué.

— Bueno...—vaciló— es la hija de mi mejor amigo de la infancia, pero—hizo una pausa—, creo que si usted esta aquí no es para escuchar solo eso, ¿no es así?

Bueno, tiene un punto a favor, me gusta que quiera ir directo al grano.

— Veo que estamos en sincronía, profesor.

—No hay que perder el tiempo. —Me miró fijamente— No pienso hacer su trabajo difícil cuando no sabemos dónde está Evelyn. Quién sabe si no le sucedió algo. —Cerró los ojos y negó con la cabeza como quien dice «Dios no lo permita». Yo solo me limité a observarlo expectante. Vamos, John, escúpelo de una vez— Conozco a esa mujer, ¿por eso está aquí, no? Es una víbora.

— Dio en el clavo—confirmé—. Así que... ¿Por qué no me cuenta lo que está pasando?

— Romero... —Hizo una pausa— espero mi sinceridad sea tenida en cuenta, porque voy a contarle mi mayor secreto. — Anunció con semblante fúnebre.

Su mayor secreto...

Me incorporé en mi asiento, dejando de lado mi antigua posición relajada. Incliné mi cuerpo hacia adelante para escucharlo con atención, como un niño al que se le narra un cuento. Mi corazón empezó a golpear fuerte, porque en una parte recóndita de mi cerebro se albergaba la esperanza de que confesara ése crimen sin resolver ocurrido quince años atrás.

Pero mi lado racional sabía que alguien  que comete ése acto tan perverso y sale impune no le confesaría el asesinato al jefe de policía, que además es el padre de la víctima.

El hombre tragó pesadamente.

—Sí, estoy enamorado de Evelyn Samett—confesó—. Pero nunca me atreví a tocarle un solo cabello. Entiendo que está mal y que esto me convierte en una persona espeluznante, — Los ojos del profesor de cristalizaron— pero no puedo evitarlo. He luchado tan fuerte contra estos sentimientos.

En realidad, no esperaba que el tipo admitiera abiertamente que le calentaban las adolescentes, que era un pedófilo. Pensé que lo negaría de manera rotunda, pero lo confesó en nuestra primera conversación. Algunas lágrimas se escapaban por sus ojos, pero yo no estaba allí para consolarlo.

—¿Por qué mencionó a la madre como su principal acusadora?—señalé.

El hombre sacó un pañuelo de tela del bolsillo de su pantalón y se sorbió la nariz. Se veía como un tipo débil y patético.



#3159 en Detective
#944 en Novela policíaca
#9746 en Thriller
#5495 en Misterio

En el texto hay: obsesion, asesino serial, suspenso

Editado: 05.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.