Todo lo que calle

Mi pensar

A veces pienso que el amor no es para mí. Me pregunto si realmente soy tan mala como para que las personas que quiero a mi lado, de forma sentimental, no sientan lo mismo por mí. Me atormenta la idea de que solo quieran mi cuerpo y no mi corazón.

He llegado a cuestionarme si lo que siento es amor o simplemente una pequeña obsesión. Una obsesión nacida de una infancia carente de amor paterno, una necesidad de llenar un vacío con cualquier persona que se cruce en mi camino. Alguien que se aferra a las personas equivocadas, que no entiende qué es el amor. Esa soy yo. Una persona que no sabe lo que significa el amor propio, alguien que busca ser amada sin antes aprender a amarse a sí misma.

Muchas veces me he preguntado por qué el amor no me sonríe. Por qué las relaciones de los demás parecen durar y las mías no. Y entonces entendí que el problema soy yo. Mi inestabilidad, mi forma extraña de ser, esa que atrae a algunos y repele a otros. Me he dado cuenta de que solo transmito la sensación de ser alguien para una noche, no para una vida. Y quizás todo esto me ha enseñado una lección: no soy alguien que merezca una relación amorosa, sino alguien que muestra lo que no se debe buscar en una pareja. ¿Raro, no?

Pero yo lo veo así. Siempre ha sido así, y de algún modo me he acostumbrado. Sin embargo, no puedo evitar preguntarme: ¿habrá alguien capaz de entender a alguien como yo? ¿Alguien que escuche todas mis historias fallidas de amor y no salga corriendo? ¿Alguien que vea lo rota que estoy y aun así decida quedarse a mi lado? ¿Que recoja cada pedazo de lo que soy y me ayude a reconstruirme?



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En el texto hay: solo cosas

Editado: 27.03.2025

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