Todo lo que deseamos

Capítulo 7

Nick

Sentía que en cualquier momento iba a morir.

El entrenamiento había durado más de lo normal, habíamos estado haciendo abdominales, levantamiento de peso y mínimo unas 50 vueltas a la cancha. Me tiré en el pasto tratando de recuperar la respiración cosa que obviamente no lograba.

Al poco rato llegaron Víctor y Axel quienes me ayudaron a levantarme para que nos dirigiéramos a las bancas a lado de la cancha y tomar agua.

— ¿Has vuelto a hablar con ella? —preguntó Víctor refiriéndose a Harriet cuando notó que había desviado la mirada hasta el grupo de porristas que estaba entrenando en una esquina de la cancha.

— ¿De qué hablas?

—De que noté que hace unos días hablaban muy pegaditos — se refiere al día del estacionamiento.

—No estábamos… Ella tiene pareja.

— ¿O sea que regresarías con ella después de todo lo que paso? —soltó con enojo —Nick, sabes perfectamente que a ella le vale un pepino si tiene o no pareja cuando se trata de ti —no contesté nada a lo que dijo y él tampoco decidió comentar algo más.

Estuvimos entrenando por otras horas más que hasta me di cuenta que el equipo de las porristas ya no estaban cuando nosotros nos estábamos dirigiendo a las duchas.

Cuando terminé de vestirme comencé a caminar hasta el gimnasio de la escuela, ni siquiera había notado en que momento Víctor y Axel comenzaron a seguir mi camino hasta que llegamos.

En la mañana me había encontrado a Florence a lo que conversé un poco con ella y me pasó el horario de Padme ya que supuso que sería difícil ponerme de acuerdo en cualquier cosa con ella y más si nunca sabía en donde estaba.

— ¿Qué hacemos aquí? —preguntó muy confundido Axel.

Ignoré su pregunta y empecé a caminar a las gradas. Había varias personas a los alrededores incluyendo al equipo femenino de voleibol que jugaba en medio de la cancha, miré a cada una de las chicas en busca de Padme hasta que mis ojos se encontraron con los de una chica que estaba en el centro de la cancha y me estaba saludando con la mano y yo por extrañeza le devolví el saludo

— ¡Mónica, no te desconcentres!

Escuché como una chica de cabello corto y negro con flequillo gritó dirigiendo el balón que casi le golpeaba en la cabeza a la que hasta ahora la recordaba –era la misma chica de aquella fiesta- de no ser por otra que lo golpeo de regreso hasta cruzar la red de por medio y fue cuando mis ojos se desviaron y la encontré.

Vi a Padme del otro lado de la cancha. Estaba gritando unas indicaciones para las de más, indicaciones que ni siquiera me moleste en escuchar ya que estaba muy distraído en detallar como el uniforme de short negro y camisa del mismo color le quedaba a la perfección, y observar como su cabello que estaba recogido en una coleta caía por su espalda agitándose en cada movimiento.

En la espalda de la playera venía estampado el número 24 y de frente una imagen de un puma ya que esa era la mascota de la escuela y de ahí el color de todos los uniformes.

La vi dando un último golpe al balón hasta darse cuenta de mi presencia y hacerme lo que parecía una cara de fastidio, por mi parte le agité la carpeta que llevaba en la mano hasta que la vi decirle algo a la chica que casi golpeaba a Mónica y esta asintió para que después viera como Padme salía de la cancha para acercarse a mí.

Padme

Me concentraba en cada uno de los movimientos que mis compañeras hacían para después indicarles sus errores y hacer que los mejoraran, al parecer ese era mi rol como capitana.

Trataba de ser precisa en mis tiros a pesar de estar muy cansada y con la respiración agitada, con Adriana a mi lado era más sencillo de trabajar, entendía mis miradas y cubría los espacios que le indicaba.

— ¡Mónica, no te desconcentres! —la escuché gritar justo cuando el balón iba a cruzar la red antes de que ella le pegara y lo mandara para el otro lado… o mejor dicho, a la cara de Mónica, pero por suerte Gia había logrado desviarlo antes de que la golpeara.

Estuve a punto de gritarle algo a Harriet hasta que seguí su mirada a algo que veía en las gradas y me encontré con el chico que hasta ahora hacia una pesadilla mis días. Lo vi agitar lo que parecía ser una carpeta en sus manos a lo que hice una cara de fastidio.

—Cuida la delantera de todas y más la de Mónica, ahora vuelvo —le indiqué a Adriana hasta que vi que asintiera y fue que salí de la cancha.

— ¿Qué haces aquí, Parker? —cuestioné agitada al chico que tenía enfrente.

—Creí que los deportes te aburrían —fue lo primero que salió de su boca.

—No me gustan —respondí a lo que él ladeo la cabeza —Era esto o meterme con las porristas —admití.

—No te imagino como porrista.

—Exacto.

Hasta apenas había notado que venía acompañado de un chico pelirrojo y un moreno que después de un rato me di cuenta de que era ese chico Víctor.

— ¿Cómo sabias que estaba aquí, ni siquiera…?

—Florence —me cortó al instante al igual que contestando mi pregunta.

— ¿Qué estás haciendo aquí?



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En el texto hay: cliche, romance, cliche juvenil

Editado: 04.07.2024

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