Todo lo que no puedo decirte.

Prólogo.

Llegaste a mi vida en mi peor momento. Antes de conocerte estaba rota por dentro, y desde el primer momento en que te conocí supe que tú eras especial.

Tal vez nunca pude tocarte físicamente, ni besarte o abrazarte como anhelaba, pero que nuestro amor haya sido a través de la distancia no lo hace menos especial.

Aún con todo el dolor dentro de mi pecho, aún con toda la tristeza que me invade en este instante, no me arrepiento de conocerte.

Te amé, te amo y siempre te amaré.

Nunca creí que podía ser capaz de enamorarme por completo del alma de otra persona, que podrías convertirte en mi pilar fundamental. Imaginar que te iba a querer como si fueras el amor de mi vida.

Es solo que el amor a veces no es suficiente, no cuando hay tantos problemas a nuestro alrededor que son mucho más grandes que nosotros.

Planeamos tanto un futuro juntos, que ahora busco la forma de poder seguir sin ti.

Ni siquiera pudiste despedirte de ti como lo merecías, como yo lo merecía, como nuestro amor merecía. Sé que las circunstancias te obligaron a separarte de mí, y no puedo ni imaginar lo mucho que estás sufriendo por mi causa, aunque digas que estás bien. Sé que me amabas y que esto te duele, quizá más de lo que me duele a mí.

Quizá en otra vida podremos querernos tanto como quisimos.

O quizá en otro momento de nuestra vida cuando seamos más adultos, más maduros, más libres nos volvamos a encontrar.

Y quizá allí pueda darle un punto final a este amor.

Aunque lo único que puedo hacer ahora es dedicarte este libro deseando que llegues a leerlo para que así sepas que yo todavía te sigo amando como la primera vez y para que no olvides nuestra historia, que, a pesar de ser dolorosa, es mi historia favorita.

Hasta pronto, amor de mi vida.




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