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Bueno se podría decir que en último mes estuve saliendo con Aiden y antes de que puedas juzgarme déjame contarte sobre su matrimonio todo raro con la rubia.
Resulta que todo salió de la nada de la estúpida cabeza de Aiden para hacer que su madre fuera feliz durante sus últimos meses con vida, y digo últimos ya que a Doña Milagros Clark no se le hacían quimioterapias por petición propia. Él le comenta a Faith de su plan y ella accede gustosa, en el plan no estaba el enamorarse perdidamente del otro, cosa que Faith antes no contempló. Ellos se casan y luego proceden a vivir con Milagros, ella muere y Aiden junto con su esposa se van a Alemania a intentar ser felices pero fue complicado ya que él no la amaba.
—Eres un puto.
Le dije en su cara en pleno picnic bajo la sombra de un frondoso árbol en lo que suena la versión en vivo de aquella canción de Ricardo Montaner pero en las voces de un grupo de chicos realmente guapos. Tan enamorados leí. Aiden en vez de encabronarse se carcajea conmigo.
—Y tu eres realmente preciosa.
Él toma una de las fresas de Topper para cubrirla de un chocolate que compró y dármela a la boca.
—¿Eres consciente que estoy lo suficientemente capacitada para alimentarme sola sin tu ayuda?
—Lo sé pero es esta mi mejor muestra de amor.
Le acepto su gesto aunque por dentro me sienta realmente rara. No sentía felicidad, disgusto o furia. La mejor definición sería extraña y rara, como si ya mis sentimientos estuvieran sepultados.
Aiden descansa su mano en mi cachete en lo que me ve fijamente, antes este simple gesto me habría descolocado y ahora no siento nada. Que mierda es ya ser una anti-amor.
—¿Estás dispuesta a estar conmigo, Alesk?
—¿Lo dudas?
—Puedo notar que aún lo sigues amando a él. —. Temblé y quise decir no pero terminé asintiendo.
—Perdón…
Él meneo su cabeza a ambos lados restándole importancia.
—¿Segura que quieres olvidar por completo a Mikael?
Quiero ya no amarlo de este modo en que lo hago porque me duele, duele saber que él a mí me olvidó mientras que yo seguía como una idiota a su espera solo por cumplir a una promesa que a él le valió tan poco. Y no es que me duela que haya continuado sabiendo que yo salí con Luke y un colega, lo que me arde es que me vio la cara de idiota ante sus amigos, ante el jodido de Charlie López. Fui una tonta.
—¿Prometes no romper mi corazón? —. Y fue mi lado más vulnerable el que argumentó en esta oportunidad.
—Antes que me parta un rayo que mentirte o jugar con lo más preciado que tengo en mi vida, solo quiero que estés dispuesta a mi y solo a mí.
—Solo si tú estás dispuesto a mi solamente.
—Cariño, soy tuyo desde hace tres años.
—¿Tan poco? —. Alcé una ceja viéndole.
—Me tomó un poco entender que te quería, compréndeme un poco.
—Lo haré. —. Y por primera vez le dedico una sonrisa sincera.
•••••
2 meses después.
2 meses de relación y aún no se cómo sentirme al respecto.
Hay momento donde amo estar con Aiden, dónde siento que ya no necesito a nadie que no sea a él o momentos donde amo salir con él y con mis amigas. Pero hay otros momentos dónde no puedo mirarlo a la cara sin odiarlo, sin recordar lo mal que me hizo sentir antes de que aceptase que me amaba, antes de todo el caos.
Erick está al tanto de la relación y aunque al principio le enfadó muchísimo decidió verlo todo con otro ojo fingiendo que Aiden nunca me cuidó y que aquel trecho de diferencia de edad que nos separa no existe. Lo sé, el Erick Sallow muy moderno él. Y puede que lo vean apresurado y todo eso pero convivo más en casa de Aiden que en mi propia residencia al igual que Lisa que vive ya prácticamente con Paul Anderson.
Es más, justo ahora estamos desayunando en el jardín trasero en completo silencio. Él leyendo en su iPod no se que cosa y yo pegada en la laptop estudiando algo para psiquiatría.
—¿Y como te preparas para ese parcial, amor?
¿Miento si digo que esa palabra no me da escalofríos? Me recuerda mucho a algo.
—Bueno… creo que después de este parcial voy ameritar de una inscripción en el psiquiátrico de la ciudad.
—¿He dicho que eres muy divertida?
—Pues eso cambia siempre que te digo tus verdades.
Mi relación con él en ocasiones se basa en pelear como unos mismos perros y gatos y aunque la mayor parte del tiempo no lo soporto lo quiero y aprecio muchísimo. Tenemos una buena convivencia y una buena comunicación, mis amigas lo adoran, mi padre raramente lo acepta pero yo no me siento bien.
Él me cuida tanto que no permite que otras personas que no conozca me traigan a la casa, él prefiere ir por mi así tenga que salir de una junta realmente importante. Y si, el monigote de mi supuesto novio abrió una sucursal de su empresa en Massachusetts y así hacerse cargo de ella desde aquí sin la necesidad de regresar a España o Alemania.
—Te quiero y ve por ese parcial, lo vas a aprobar porque mi novia es la mujer más inteligente en toda la universidad y la más guapa.
Él besa mi frente y entra de nuevo a su Ferrari para partir a la empresa. Todas las demás cuchichean acerca de mi relación con Aiden pero me importa realmente poco, les pasó por un lado para ir con mis amigas.
—Alguien vino muy feliz, eh.
Rodeo la mesa para pasar al lado de Lisa.
Ella y yo a las semanas nos hablamos porque nos extrañábamos mucho y como ya no podía continuar con el secreto les conté sobre Aiden y nuestro pasado.
—Este fin de semana cumple Kendrick, ¿Van a mi casa? Haremos un asado y estaremos en la alberca. —. Nos invita amablemente Helen.
—Gracias por tu invitación, querida Helen, y cuenta con la presencia de Hamir y la mía. —. Le responde Belén.
—Es fiesta y estoy segura que a Paul le agradará pasar tiempo con los chicos y además de conocer a Aiden…—. Ellas me ven mientras que yo con todas mis fuerzas trato de evadir su mirada.
Editado: 20.01.2025