Todo Por Fingir

La decisión

Los días siguientes a la conversación en la cafetería fueron un torbellino de pensamientos para Emily. La propuesta de Lucas, aunque inusual, no dejaba de dar vueltas en su mente. ¿Podría ella, una doctora con una agenda caótica y cero experiencia en farsas románticas, aceptar algo así? Las dudas y excusas se acumulaban, formando una barrera que la mantenía inmóvil.

Era su día de descanso, y mientras disfrutaba de un café en la sala de estar de su departamento, Sofia irrumpió con su energía habitual.

—¡Buenos días!— dijo Sofia mientras se dejaba caer en el sofá junto a Emily. —¿Qué tal va tu día de descanso?—

Emily suspiró y miró su taza.

—He estado pensando en algo... extraño— comenzó, con tono dubitativo.

Sofia arqueó una ceja, claramente intrigada.

—¿Algo extraño? ¿Cómo de extraño? ¿Tipo te hiciste un tatuaje o adoptaste un gato?—

Emily soltó una pequeña risa antes de soltar la bomba.

—Lucas Ferrer me pidió que sea su novia falsa.—

El silencio que siguió fue breve pero intenso. Sofia, con los ojos muy abiertos, se incorporó de golpe.

—¿¡QUÉ!?— gritó. —¡¿Y POR QUÉ NO ME LO DIJISTE ANTES?!—

Emily se encogió de hombros, como si intentara minimizar la situación.

—No estaba segura de cómo decírtelo. Ni siquiera sé si voy a aceptar. Es una locura. No lo conozco de nada, y además, podría interferir con mi trabajo.—

Sofia la miró incrédula, claramente frustrada.

—Emily, por el amor de Dios, ¡te pidió que fueras su novia falsa, no que contrabandearas órganos!— Exageró con dramatismo. —¿Qué más excusas tienes?—

Emily enumeró con los dedos.

—Uno, no lo conozco. Dos, esto podría complicar mi trabajo si alguien se entera. Tres, ¿y si es un psicópata?—

Sofia soltó una carcajada.

—¿Un psicópata? Emily, es Lucas Ferrer, dueño de uno de los hoteles más prestigiosos del país. Si fuera un psicópata, ya lo sabríamos. Además, ¿has visto sus fotos? ¡Es prácticamente ilegal ser tan guapo!—

Emily negó con la cabeza, pero no pudo evitar reír.

—Sofia, esto no es una novela romántica. Es la vida real. Y en la vida real, estas cosas no terminan bien.—

—¿Y qué tienes que perder?— insistió Sofia. —Mira, si resulta ser un desastre, puedes salir corriendo. Pero si resulta ser... no sé, divertido o hasta lucrativo, ¡entonces vale la pena!—

Emily tomó un largo sorbo de café mientras procesaba las palabras de Sofia. Después de varios minutos, suspiró y tomó su teléfono.

—Está bien. Le mandaré un mensaje. Pero si esto termina mal, serás mi cómplice.—

Sofia levantó ambas manos en señal de inocencia.

—Acepto mi destino.—

Emily escribió el mensaje, su corazón latiendo más rápido de lo normal. Finalmente, lo envió:

"Hola, Lucas. He decidido aceptar tu propuesta, pero con condiciones. Hablemos de los detalles."

Antes de que pudiera guardar su teléfono, Sofia añadió con una sonrisa maliciosa:

—Además, esto te sirve para el programa en Boston. Ya sabes que te pidieron mejorar tu imagen personal. Tener un novio "perfecto" podría sumar puntos.—

Emily la miró fijamente, como si acabara de recibir una revelación.

—¿Tú crees?—

—Por supuesto. Es el tipo de cosas que valoran en esas entrevistas. Te verías más estable, más confiable. Y vamos, ¿quién no querría contratar a alguien que "sale" con Lucas Ferrer?—

Emily negó con la cabeza, aunque sabía que Sofia tenía un punto.

POV de Lucas

Lucas estaba en su oficina, concentrado en los papeles legales que Matteo Carlisle, su mejor amigo y abogado, le había traído para revisar. Matteo hablaba sin parar sobre cláusulas y contratos, mientras Lucas intentaba mantenerse enfocado.

—... Y por eso necesitas firmar esta parte antes del jueves. ¿Lucas? ¿Estás escuchando?— preguntó Matteo, chasqueando los dedos frente a su cara.

El teléfono de Lucas vibró en la mesa. Al ver el nombre de Emily en la pantalla, su atención se desvió por completo. Tomó el dispositivo, leyó el mensaje y, por primera vez en mucho tiempo, una sonrisa genuina apareció en su rostro.

—¡Lo hizo!— exclamó, interrumpiendo a Matteo.

Matteo lo miró, desconcertado.

—¿Quién hizo qué? ¿De qué hablas?—

Lucas levantó el teléfono como si fuera un trofeo.

—Emily aceptó ser mi novia falsa.—

El abogado soltó una carcajada tan fuerte que tuvo que apoyarse en la mesa.

—¿En serio? ¡Eso es increíble! No pensé que alguien te diría que sí. Digo, considerando que eres tan...— Matteo hizo un gesto vago con las manos. —... bueno, tú.—

—¿Tan qué?— preguntó Lucas, entrecerrando los ojos.

—Tan serio. Tan "todo el mundo quiere estar conmigo pero yo no quiero a nadie". Este es un cambio interesante— bromeó Matteo, dándole una palmada en el hombro. —¿Y qué le vas a responder?—

Lucas miró su teléfono, repitiendo el mensaje de Emily en su cabeza. Por alguna razón, sentía un leve nerviosismo. Eso no era normal en él.

—Le diré que venga mañana a mi oficina para hacer un acuerdo— respondió, intentando sonar tranquilo.

Matteo se rio de nuevo.

—¿Estás nervioso? ¡Lucas Ferrer, nervioso por una mujer! Esto hay que celebrarlo.—

Lucas lo fulminó con la mirada, pero no pudo evitar sonreír un poco.

—Cállate, Matteo. Mejor ayúdame a pensar en los términos del acuerdo.—

—Claro, pero solo después de que admitas que esta situación es lo más emocionante que te ha pasado en años— dijo Matteo, levantando las manos en señal de rendición.

Lucas negó con la cabeza, pero su sonrisa permaneció. Había algo diferente en todo esto, algo que no podía explicar.

POV de Emily

Emily había terminado de escribir el mensaje cuando Sofia, con una sonrisa maliciosa, se sentó junto a ella.

—¿Ya lo mandaste?— preguntó Sofia, con ojos brillantes de emoción.

—Sí. Ahora toca esperar.—

Sofia la miró con una mezcla de envidia y admiración.




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