Capítulo 7

Antonio observaba el sobre en sus manos era tan sencillo y blanco, en su centro estaba grabado el sello de un hospital privado de la ciudad y a su lado el nombre de Isabella London. Se dispuso a abrirlo, pero fue detenido por la mano de Isabella que se lo quito para esconderlo entre su ropa. Regresó a ver a la joven y cuando quiso quitárselo Melanie lo detuvo.

-Es privado no puedes abrirlo como si fuera tuyo. – Le decía Isabella a Antonio. – Y tu Lucas no puedes coger las cosas de otros. – Le dijo a Lucas quien los observaba pasivamente.

-Ya habías acudido al médico antes, por eso el sobre con tu nombre. – Le preguntaba curiosamente Antonio hacia Isabella que estaba resguardada detrás de Melanie.

-No es de tu incumbencia. – Fue lo único que Isabella dijo antes de ser interrumpida por un ruido a lo lejos del túnel.

-Nos quedamos mucho tiempo, debemos salir de aquí. – Hablaba despacio Antonio mientras dirigía a los jóvenes hacia una escalera en la pared del lugar.

Todos los jóvenes se dirigieron hacia la escalera bajo el ruido de disparos que se escuchaban a lo lejos y que hacían eco en el lugar. Subieron y llegaron hasta el estacionamiento del hospital y comenzaron a correr hacia el auto de Antonio. Al subirse nadie dijo nada y Antonio se dirigió hacia la salida de la ciudad a un lugar seguro. En ese momento el teléfono de Melanie sonó y respondió la llamada.

-Tienen que salir de la ciudad hasta que se calmen las cosas, no tiene mucho tiempo no sabemos cómo lograron rastrearla ni porque estaban en el hospital, pero es un baño de sangre. – Sofía le hablaba a su amiga conteniendo las lágrimas y el coraje al ver tal masacre y no poder hacer nada al respecto. – Mi tío ya está enterado y activó el protocolo 6, escucha esto no es igual al año pasado, no van a descansar hasta verla muerta. – En la base donde se encontraba Sofía podían ver las cámaras de seguridad del hospital y reconocieron a los responsables. - Me tengo que ir por favor cuídense mucho, las quiero demasiado. – Y se cortó la llamada dejando a Melanie consternada y con una enorme responsabilidad.

Melanie guardó el celular y comprendió que no era igual al año pasado, esta vez tenía que tomar riendas propias y sobrevivir junto con Isabella.

No se lo perdonarían si le ocurría algo, no les importaba si eran familia o no.

Regreso a ver a Isabella y esta comprendió que tenían que hacer, así que cuando estén en un lugar fijo tendrían que alejarse de los jóvenes. Para Isabella la responsabilidad de no morir era grande, ya que cuando se trata de su prima es muy débil.

-Ante todo, siempre juntas. – Isabella le hablaba en susurro a Melanie.

-Y los enemigos morirán por jodernos la vida. – Le contestó Melanie sujetándola de la mano.

Antonio y Lucas estaban viendo en un mapa la ubicación de la casa refugio cuando se percataron de la hora decidieron parar para comer y cargar gasolina.

-Quieren comer alg.. – Lucas fue interrumpido por Melanie.

-Lucas cállate, expliquenos donde mierda estamos, porque había un puto tunen en la habitación y que pasó en el hospital. – Melanie le hablaba a Lucas esperando respuesta por parte de ellos.

-Como les dije es un refugio, sobre el túnel lean la historia del hospital y sobre lo que pasó en el hospital nosotros tampoco sabemos. – Hablaba Antonio sin intimidarse por Melanie.

-Porque creo que nos ocultas algo. – Isabella observaba a Antonio.

-Al parecer ambos guardamos algo, no lo crees Isabella. – Le respondió a Isabella.

-Nosotras no escondemos algo y que digas esas cosas solo demuestra que ustedes ocultan algo. – Respondía Melanie observando su teléfono.

Ninguno de los cuatro jóvenes dijo alguna palabra, hasta que llegaron a una estación de descanso en la mitad de la carretera. Era algo pequeña, tenía para cargar gasolina, baños y un pequeño supermercado. Los jóvenes bajaron junto con las chicas y ellas entraron al comprar agua.

Al entrar al lugar se dieron cuenta que estaban solas y era su momento para escapar, aunque no corrían peligro con los jóvenes, pero ellos con ellas si lo hacían. Al ver que no estaban cerca salieron del supermercado y corrieron por la carretera que conocían perfectamente, pasados unos minutos llegaron a una casa escondida entre los árboles del mismo color de los mismos demasiado pequeña para ser vista desde lo lejos sin acercarse. Se identificaron e ingresaron al lugar dejando atrás el peligro que las acechaba y a los jóvenes del mismo.

-En este momento me explicas qué rayos hacías en el hospital y que era ese papel que guardabas como tu vida. – Le hablaba Melanie a su prima tomando asiento en el sillón de la sala.

-Me desmaye por deshidratación, el médico lo dijo. –Isabella le respondió abriendo el cajón del mueble y sacando dos celulares de repuesto.

-Claro y los dinosaurios vuelan. Isabella crees que soy estúpida, tu vida corre peligro y estas así como si nada. Que contenía el sobre. – Le hablaba casi gritando Melanie a su prima.

Isabella al no tener salida, optó por contarle la verdad.

-Son unos exámenes de una clínica al otro lado de la ciudad. – Le contestaba no siendo directa con la joven.