La preparatoria, o como me gusta llamarla "La Jungla". Un lugar lleno de depredadores protervos, llamados chicos populares, una abundante vegetación, mejor conocida como adolescentes llenos de alborotadas hormonas, exóticas aves a las que llamaremos los habituales, aquellos invisibles, que solo están allí, pero nadie nota ni les importa su presencia, y por ultimo están los abundantes ríos, aquí entro yo, aquellos que vamos por la vida con nuestra propia corriente, lejos de todo el caos y peligros.
Camino por los pasillos de la escuela, como si fuera la puta dueña de todo el lugar, mis botas militares negras, mis shorts y mi sudadera con la capucha sobre mi cabeza, mis manos entre los bolsillos y mis ojos enfocados en el frente, sin desviar la vista del camino, mientras podía sentir una que otra mirada sobre mi.
Pose mis ojos en el letrero de la biblioteca escolar, y entre sentándome en unos de los pupitre mas alejados del frente posible.
-¿Tu otra vez Kiara? Es la tercera detención que recibes esta semana. -Dice la señora Tolero, la bibliotecaria, al verme llenar.
No dije nada, tire mi mochila a un lado del asiento y permanecí con la cabeza baja, la detención eran aproximadamente treinta minutos, así que tomaba ese tiempo libre para leer, en mis manos sostenía un libro que apenas iniciaba.
Devoré pagina tras pagina, hasta que el timbre del almuerzo retumbo en cada parte del salón, me levante, tomando mi mochila con mis pertenencias dentro y caminando fuera.
-¡Kiara! -Escucho una voz tras de mi en el pasillo. Me detuve y gire para encontrarme con la única persona que me caía bien, Mónica, estábamos juntas desde prescolar, era mi mejor amiga, ella exclusivamente era quien me comprendía, aun en mis mas locos pensamientos.
-¿Donde estuviste toda la mañana? -Me cuestiona caminando junto a mi. -En detención. -Contesto.
-Es la segunda detención esta semana. -Me reclama.
-No, te equivocas, es la tercera. -Bromeo.
-No te tomas nada enserio. -Responde riendo ligeramente. -¿Y esta vez en que problema te metiste? -Continua preguntando.
-Hey, sabes que...
-Tu no buscas los problemas, los problemas vienen a ti. -Me interrumpe.
-Exacto. -Digo entrando a el comedor.
Tomamos nuestras bandejas, y caminamos juntas hasta una de las mesas. -Me dirás que ocurrió. -Insiste sentándose frente a mi.
-Golpeé a Marcus. -Le contesto.
Debo aclarar que al igual que en mis demás contratiempos, este fue en auxilio de una indefensa ave exótica, o un habitual. Mejor conocido como Paul Wyler.
Marcus era uno de los bully mas odiados de la escuela, molestaba a todo aquel que fuera inferior y simplemente por el hecho de que era el capitán del equipo de baloncesto. Si, si, un depredador.
-¡¿Golpeaste a Marcus?! -La cara de sorpresa de Mónica era evidente, nunca nadie se atrevió a enfrentar a Marcus, excepto Jefferson, un chico que un año atrás dijo en medio de toda la escuela que Marcus la tenia pequeña, y toda una semana asistió con la nariz rota, un suceso que hasta el día de hoy hace que nadie enfrente a Marcus, pero Kiara. (Esa soy yo). No va a permitir la violencia.
-Estas loca. -Dice Mónica.
-¿Que querías que hiciera? Estaban a punto de romperle todo lo que se llama cara a el pobre Paul. -Le explico. -Solo golpee ligeramente sus bolas haciendo que se retorciera.
Flashback
Mientras recorría los pasillos, unos gritos desesperados hicieron que me detuviera justo en el baño de chicos, quizás muchas no se atreverían a entrar, pero a mi me dio igual.
Camine dentro y encontré a tres chicos acorralando a uno en una de las esquinas. Un acto un tanto injusto. -Valla, valla. -Dije cruzando mis manos sobre mi pecho, haciendo que todos giraran a ver quien había interrumpido y notara que aquel chico era Paul.
-¿Que haces aquí estúpida? Sal ahora. -Me ordena Marcus pero no obedezco. -¿Estas sorda? -Pregunta acercándose a mi.
-No, escucho perfectamente. -Aclare.
-¿Entones que diablos haces todavía aquí? -Se acerca a mi rostro y dice con furia tratando de asustarme.
-Bueno, vengo a llevarme a este pobre chico el cual tienen acorralado. -Respondo señalándolo con el dedo índice.
Una carcajada de burla estallo en cada uno de ellos. -No lo creo. -Me contesta burlándose de mi.
Lo mire con furia, y sin pensarlo patee con todas mis fuerzas en su entrepierna, haciendo que callera de rodillas al piso, retorciéndose de dolor. Los dos chicos que estaban junto a el quedaron en shok, los muy estúpidos no hicieron nada.
Tome a Paul del brazo, halándolo y corriendo con el, a toda velocidad por el pasillo.
-Idiotas, vallan a buscarla. -Escucho a lo lejos la voz de Marcus.
No nos detuvimos, en solo cuestión de segundos los otros dos estaban detrás de nosotros, Solté el brazo de Paul, y este huía junto a mi, cruzando pasillos, bajando y subiendo escalones, sin rumbo.
Giramos en una de las esquinas y nos detuvimos inmediatamente al ver el señor Hurtado, el subdirector, y con quien no me llevaba para nada bien, ya saben, por ser tan problemática.
Levanto una ceja el vernos ahí, unos segundos después llegaron tras nosotros Marcus y sus dos compañeros.
-Buenos días señor Hurtado. -Saluda Marcus y mi mirada de odio solo buscaba fulminarlo, era la estrella de la escuela y la preferencia de maestros y personal, así que sabia que podía manipular a cualquiera para lograr librarse de la culpa.
-Buenos días Marcus. ¿Se puede saber que buscan fuera de sus aulas? -Pregunta interrogándonos a todos con la mirada, principalmente a mi.
-Increíble pregunta Subdirector, lo estábamos buscando precisamente a usted. -Inicia. -La estudiante Kiara. -Agrega mirándome. -Me agredió físicamente.