Tormenta [almas perdidas]

Capítulo 7

Veneno

Nicklaus.

Entrenar con Powder siempre significa que debemos dar todo de nuestros.

Mera, por otra parte, siempre intenta que nos mantengamos en forma, aunque no estemos entrenados como los repartidores de muerte ellos realmente son soldados bien entrenados y que no le tienen miedo a nada, pero bueno, en Nuevo Orleans casi no existen amenazas tan letales como para tener ese nivel de entrenamientos.

Mientras que el filo de nuestras espadas cocha y nuestros cuerpos se mueven como rayos cada que uno de los dos empuña el mango de cuero que nos protege del hierro podemos sentir como la rivalidad crece entre nosotros. Somos mejores amigos desde que llegue. Ella apenas era una vampira que por lo que llegue a entender fue abandonada en medio de la guerra de hace uno par de siglos atrás pero ahora bajo el cuidado de Mera, Powder es mucho más fuerte y temeraria —claro que no tanto como lo es Darleen— por que como ella no creo que existan dos iguales. Tan solo mirarla a los ojos es como estar viendo hacia el vacío porque no puedes ver absolutamente nada.

Mientras nosotros seguimos riéndonos cada que uno se tropieza, pero al instante se pone de pie para seguir con nuestros encuentros amistosos, nuestra atención cae en el sonido de la voz de Mera platicando con alguien. Pero cuando la figura con la que está hablando se revela puedo sentir como la envidia de Powder crece, ella quiere ser mucho mejor que Darleen en muchos sentidos, todos estos años que llevamos entrenando siempre dice que ella no sabe como comandar a un ejercito que no sabe nada y que por eso ella quiere ser mucho mejor para que Mera la pueda mandar a Londres y así poderles demostrar que tan buena puede ser ella al mando de un ejecito.

—¡Otra vez! —me grito la peli azulada.

No me negué pues yo también quiero demostrarle que tan bueno puedo ser.

—Como quieras —sisee.

Nuestros movimientos son bastante seguros. Cada que las hojas de nuestras espadas cochan se puede escuchar el roce, cada que nuestras extremidades se rozan nos lanzamos al otro lado del campo. Pero no nos detenemos, ambos somos bastantes agiles, nos gusta arriesgarnos, somos bastante rudos cuando se trata de demostrar quien puede ser mejor y por lo regular por uno o dos golpes siempre termino ganándole, pero creo que está vez vamos a terminar cincuenta/cincuenta lo que pocas veces logramos, ya que jamás nos dejamos ganar.

Tal vez nuestro bien desempeño en el campo fue lo que llamo su atención de las dos, Mera, aun sigue hablando con ella mientras que la mirada de Darleen nos sigue a ambos como si tuviera estudiarnos a la perfección. Su falta de expresividad no nos deja observar que es lo que pasa por su cabeza o por su cara, a penas y nos dedica tiempo ya que su tiempo por lo regular siempre debe de ser valioso ya que desde que llego solo una vez la he visto en acción y eso fue bastante desagradable.

—¡Basta! —nos grito Mera desde el otro lado— ¡Ambos venga hasta aquí!

Dejamos lo que estamos haciendo para ir hasta nuestro encuentro.

No note en que momento Darleen y Dimitri se quitaron se desarmaron y se retiraron su gabardina de cuero. Darleen simplemente se quedo con su playera de tirantes al igual que Dimitri. Ambos dejando expuestas todas y cada una de sus cicatrices que los hacen lucir mucho más malos de lo que ya se miran a simple vista.

Dimitri no miro de arriba abajo descaradamente.

Pude notar como el desprecio de Darleen me atravesó el corazón con una flecha cubierta de veneno.

—Para ser un guerrero, un repartidor de muertes, no están preparados —sentencio la platina.

—¡¿Qué?! —ambos reprochamos.

—Lo que escucharon. Piensan mucho antes de atacar y, para estar seguro de lo que uno hace debe de dejar la mente en blanco dejarse llevar por adrenalina —le hizo una seña con la cabeza a Dimitri. No dudo de que ellos tengan mucha más experiencia, pero por las sonrisas en sus labios siento que nos dan a terminar de humillar— reglas, para ser un buen asesino deben seguir reglas que los mantendrán con vida. La única y la más importante que deben tener en cuenta es que ustedes ¡jamás serán una maldita presa porque ustedes siempre serán los cazadores! —dicho eso los golpes comenzaron a llover. Pareciera que ambos tienen bastantes cosas que descargar, realmente son dos depredadores a punto de matarse.

No puedo despegarle los ojos de encima.

Son como dos llamas tan potentes que no puedes deducir en que momento será que el otra podrá caer a causa del otro. Y no son golpes amistosos como los míos y los de Powder, realmente ellos si se están haciendo sangrar y eso ya es algo bastante humillante para mí no se para mi mejor amiga, pero realmente y ya no quiero seguir mirando, aunque quiero seguir mirando porque son magia. Después de observar como casi se terminan de matar siendo amigos me quedo muy claro que no siempre se debe ser amable o precavido cuando se trata de luchar.

Sus palabras razonaron por mi cabeza «ustedes siempre serán los cazadores no las presas».

En cuento se separaron note que de todos lados tiene manchas de sangre, de las comisuras de sus labios, la nariz y de otras partes. Dimitri escupió sangre al igual que Darleen tocio pero las risas que traen entre ellos dos deja mucho de qué hablar. Hasta la mirada de Darleen volvió a caer sobre nosotros, sentí como me comenzaba hacer pequeñito bajo su mirada oscura tan penetrante que provoca que los huesos me tiemblen.

—Powder —la llamo— para querer ser mejor que yo debe de aprender que no siempre debes impresionar a un superior para tener su aprobación —soltó con seriedad— no siempre te darán el diez que busca, porque siempre te tendrá que humillar miles de veces hasta que lo hagas por tu propia cuenta y te aprendas a superar a ti misma como persona y no queriéndote parece a alguien que claramente siempre será mejor, ¿quieres ser mejor? Entonces se mejor.



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En el texto hay: vampiros lobos, brujas y demonios

Editado: 23.01.2022

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