Tormenta [almas perdidas]

Capítulo 21.

El pacto. 

Darleen. 

Tener que viajar con la presencia del idiota de mi padre me frustra demasiado. Lo único bueno que le saco es que no tengo que viajar sola con él, si no también con Shadow y con eso ya es suficiente para desgraciarme la vida. Gracias a que tuve el gran ingenio y lo amenace con que no iría a ningún sitio sin que Dimitri me acompañase él tuvo que aceptar que él viajera con nosotros y así me siento mucho más segura y no tengo tantas ganas de asesinar y ser una completa estúpida egoísta frente a las personas que estoy a punto de conocer.

Saber que tengo que conocer a otra familia de lobos me pone la piel de gallina. La última familia de lobos que conocí fue cuando tuve que someterme a sus dos juicios por asesinar a sus líderes y aunque suene raro no eran para nada buenos en su trabajo en mí defensa se lo merecían. Pero nadie los mando a que se metieran con mi madre, ¿verdad? Yo solo hacía lo que creía que era más convenientes para mí y para mi familia, aunque ahora viéndolo de la mejor manera no me agrada en lo absoluto haberme entrometido en donde no me llamaban.

Por lo poco que he podido escuchar hablar por Alex es que la familia Fleming lleva muchos años fuera del radar como muchas otras familias, no tanto por su sangre o esas cosas, no, sino porque las profecías siempre marcan que un descendiente de esa familia será el sacrificio de miles de vivas mundanas y odio a los héroes, pero aún está en duda si esa profecía sea cierta o no.

—¿Cómo crees que sean? —pregunto Dimitri irrumpiendo mis pensamientos.

—Cómo personas normales, ¿o cómo es que tú te los estáis imaginando? —gire un poco mi cabeza para observarlo pensar. Realmente se lo está imaginando él y su maldita creatividad.

—Con bastante pelo por todos lados —confeso—, así es como me los imagino.

—Vaya imaginación que te cargas —me burle.

—Al menos tengo imaginación, ¿no lo crees?

—Y una bastante llamativa en mi defensa.

No lo negare, yo también me lo intento imaginar como una gran manada, sin tener que esperar una orden para transformarse o atacar.

—¿Qué tienes? —me volvió a pregunta preocupado—. Te noto distinta, bonita, sabes que puedes decírmelo, ¿verdad?

—¿Mmm? ¿Decirte qué?

—Lo que te tiene tan distraída, ¿qué tienes? —insiste. Bien si tengo algo, pero no es nada de lo que me apetezca hablar con tantos oídos.

—Nada importante, solo lo mismo de cada luna llena —miento y él lo sabe.

—Mentirosa —se burla de mí.

—Entrometido —le respondo.

—Por que me importas.

—Nadie te dijo que te tenía que importar —bromeo.

—Lo sé —habla con simpleza.

—Y aun así lo sigues haciendo —sonreí a medias.

Durante el resto del camino solo nos quedamos callados. Hasta que mi padre me dio la orden, no quería destrozar mí ropa, pero no me quedo de otra entonces comencé el proceso de transformación como lo hace llamar Dimitri, la sensación de que todos mis huesos se rompan, que todo rastro de mundanidad desaparezca y solo exista un lobo es bestia que vive y reina dentro de ti queriendo salir a cada rato queriendo tomar el control, uno con el pelaje más blanco e incluso mucho más que la misma nieve, no lo pude evitar y le tuve que aullar a la luna y gruñirle a mi padre y es que en mí defensa se lo merece más que a nadie en el mundo. Esa fue la parte más divertida ver como casi quería corría por su vida.

Tardamos unos minutos más antes de llegar a la propiedad. Entre nerviosa y segura de mi misma temo por qué algo vaya a salir mal en todo esto y tenga que proteger al rey, pero claro que no quiero hacerle daño a ninguna de estas personas si no me dan indicios de querer pelear se controlarme.

Al poner literal una pata dentro de su propiedad puedo sentir todo y escucharlo que es lo peor de todo tener que escuchar hasta el más mínimo sonido, queja y demás cosas. Dimitri no les tiene miedo, pero tampoco es como que sea una de las mejores situaciones en la que lo he arrastrado conmigo —por lo regular siempre nos pongo en peligro pero juntos—. Todas las miradas caen sobre mí más que sobre mi padre y su arrogancia. Todos hacen sus respectivas reverencias y algunos niños le susurran sus madres «tiene un hermoso pelaje», «tan blanco la nieve y tan único como el invierno». Es curioso que los pequeños tengan curiosidad de saber porque es único ya que yo también la tengo.

Mi mirada cayó ante la esposa del jefe de la manada, Liam Fleming y su esposa Violeta Marshall. Estoy muy segura que si no fuera porque también suelo ser algo curiosa mi mirada no hubiera caído sobre su pansa de... Está embarazada. Puede escuchar su pequeño corazón latiendo dentro de su madre, sin pedir permiso, sin tomarme el atrevimiento, mis huesos se volvieron a romper, pero esta vez para poder regresar a mi cuerpo, suelo tomar este tipo de decisiones cuando le quiero llevar la contrario este es uno momentos de esos en dónde se la quiero llevar en contra. Hacerlo enojar es una de mis más grandes aficiones en la vida.

Dimitri se acercó rápidamente hasta mí para cubrir mi cuerpo desnudo con mi capa roja que en estos momentos debo utilizar más como un vestido que como una capa todo por qué mí señor padre no me dejo tomar otra muda de ropa para poderme vestir.

Por un instante dude si acercarme sería una gran idea y alertaría a sus guardianes, pero entre más cerca estaba más sentía como el bebé me llamada, escucharlo pensar es una de las curiosidades que más me llamo la atención en un principio es tan... maravilloso que describirlo no será nada fácil teniendo en cuenta aun está dentro de la pansa de su madre. Y eso me llevo a acercarme tanto que peligrosamente sentía la necesitas de tocarle la panza. Mi presencia lo alerto tanto que se comenzó a mover, Vi comenzó a sonreírle a su vientre y luego a mí, curiosa ella también de la reacción de su bebé.



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En el texto hay: vampiros lobos, brujas y demonios

Editado: 23.01.2022

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