Antes de la caída.
Parte 2.
Narración omnisciente.
Darleen siguió por el largo pasillo sollozando, con el alma echa miles de pedazos. Ella jamás pensó que una despedida de esa forma le fuera afectar de tal manera que su lagrimas se desbordan por sus mejillas son cesar, intenta no sollozar en voz alta mordiendo su labio inferior también para editar que este le tiemble tanto. Todo a su alrededor siente que se le comienza a caer encima pero solo así logro salir del pasillo empujando con todas las fuerzas restantes que le quedan la gran y pesada puerta que la separada del castillo. La primera persona que verla en tal estado fue Aleska quien no lo pensó dos veces y se acercó a ella atrapándola al aire libre llenándola directamente a su pecho dejando que ella se desahogara entre sus brazos. Sus gritos de dolor son ahogados en silencio, se ahoga sobre sus propias lágrimas y su dolor.
Mientras tanto Shadow ha salido en busca de Amara, pero mientras camina por el camino de piedra fuera del bosque el alma se le cae en miles pedazos, es incapaz de no poder traer a sus recuerdos el color de sus ojos al verlo ese color rojizo lleno de lágrimas, el recordar con cuanto dolor le dijo esas palabras que lo marcaran de por vida ese adiós. Él la ama como nunca a nadie en sus 500 años ha podido amar a alguna persona excluyendo que Amara lo atrapo entre las redes de su deseo carnal y de que su corazón late y bombea la sangre que lo alimentaria en cuando ella se descuidara él podría perder el cuidado y tomar su vida entre sus manos sin embargo, con Darleen el control es lo único que no le hace falta pero el tiempo se le termino y mejor que nadie sabía que ese adiós, ese fin le dolería más que cuando le demuestra indiferencias pero esas veladas nunca se le olvidaran a él por qué son parte de su interior de su corazón y siempre latera por Darleen. Aunque tuviera que decirle adiós de esa forma.
Darleen sigue abrazada al pecho de Aleska, aferrándose al dolor que le provoca saber que tarde o temprano tendrá que dejarlo salir. Tenía en cuanta cuando era el sufrimiento que un corazón roto le dejaba, pero jamás pensó que no tenerlo le dolería más que haber matado a Lucían.
—¿Qué fue lo que paso? —le pregunta Aleska en voz bajita.
—Se termino —fueron las dos únicas palabras que Darleen le pudo decir, pero Aleska comprendió a la perfección.
—¿Crees que era lo mejor para los dos? —le volvió a preguntar la rubia.
Por la cabeza de Darleen solo pasan las imágenes mentales del color de sus ojos enrojecidos que le suplicaban que no lo hiciera que no lo dejara, pero en el fondo sabía que solo era un fator de distracción que los iba a hacer perder. Y ya estaban perdiéndose entre ellos mismo jurándose amor en silencio mientras afuera, en el mundo real era una tormenta que se estaba acercando y si no rompían ese lazo que tenían ambos iban a terminar siendo el sacrificio del otro o mucho peor que eso.
—Nadie merece ser amado a medias —dijo con un poco más de fuerzas en su voz—. Y yo necesitaba saber si es que nos estábamos enamorando muy rápido, nos estábamos enamorando como las estrellas...
—¿Serías capaz de salvarlo si se perdiera en medio de la oscuridad?
Ella sonrió con tristeza sus lágrimas seguían cayendo por sus mejillas. Ella lo sabe mejor que nadie...
—El caminaba dentro de la oscuridad y jamás se perdió o tuvo miedo de ser consumido por ella... las estrellas enamoradas brillan más en caminos cerrados que abiertos luchando por no dejar que su otra mitad se apague, aunque esto al final nunca funcione.
—Debemos irnos ahora, Leen —Aleska intenta no sonar tan notoria, pero lo hace entonces Darleen se levanta, se limpia sus lágrimas.
—Ve por Alex y Dimitri los veré en el almacén —le pide volviendo a su expresión fría y Aleska asiente como la cabeza desapareciendo de su vista. Ella volvió a tomar una postura firme mientras camina con pasos seguros hasta la habitación de su madre que es en donde ahora mismo se encuentra una vez frente a ella se termina de deshacer de sus lágrimas, pero ambas saben que están del otro lado de la puerta y solo una de las dos será capaz de hablar a lo que Darleen espera ya que alrededor de toda la habitación hay demonios que se comienzan a disipar.
—No te queda nada por qué más lucha ¿eh? —la voz arrogante de Adalyn solo la hace sonreír.
—Un duelo, Adalyn, sé que mueres por enfrentarme, ¿qué opinas?
Del otro lado Adalyn no se esperaba eso por parte de su hija. Siempre la creyó tonta pero no al punto de querer enfrentarse a ella misma a la reina de los vampiros, su madre y la mujer que más fuerte la hizo, pero la misma que no conoce sus puntos débiles dentro del campo de batalla ya que nunca se toma la molestia de descubrirlo por ella misma.
—¿Y si yo gano que harás por mí, Darleen? —se interesó por el premio.
—Seré la reina.
—¿Y si tú ganas...?
—La asesinó. —Decreto con frialdad.
Adalyn trago grueso, asesinara a Abbey y por esa razón ella no puede dejar que su propia hija la haga perder. No puede ver como su hija destruye a su otra hija eso jamás se lo perdonaría por lo que Adalyn está dispuesta a ganarle así tenga que matarla con sus propias manos no dejara que le ponga una mano encima a Abigail.
—Acepto, Darleen.
—No esperaba menos de ti, Adalyn.
🩸🖤🦇
Cuando ambas se prepararon para su enfrentamiento Darleen pareciera una persona diferente, su oscuridad era mucho más densa y más fuerte, algo dentro de ella comenzaba a nacer y no se tendría hasta verla caer. Al viento era mucho más frío que antes, los copos de nueve seguían cayendo. Darleen miro hacia la luna en busca de una respuesta que ella misma ya conoce, el poder de la luna comienza a correr por sus venas mientras hace círculos con su espada que sostiene en su mano con suficiente fuerza del mago. Dimitri, Aleska y Alexia pueden notar que su mirada no tiene nada de vida, sus ojos están apagados y oscuros como la oscuridad de la noche abrazándola. Está cayendo. Lentamente, pero lo hace.