Nunca más.
Darleen.
Nunca más.
Darleen.
El grito que salió de mi garganta me quemo, pero su intensidad provoco que mi cabello blanco se tornó del mismo tono que el de Abbey. Café oscuro. Mire directamente a los ojos a Shadow, aunque yo los tuviera cristalizados. Él ha sido capaz de arrancarme más lágrimas en una noche que Lucían cuando lo asesine. Cómo se atrevió a hacerme caer en mil pedazos, cómo se atrevió a lastimarme de esa manera, cómo tuvo el valor de arredrárteme a ella. Pude notar dentro de sus ojos que él piensa y espera que yo me vaya contra mi madre por mandar a dormir quizás a la única persona en este momento que me podría haber ayudado, aunque era un punto clave no estaba escrito que él siguiera caminando con nosotros; pero después de tanto sufrimiento que les traje a sus vidas merecen descansar un poco.
No me puedo sujetar de su cuerda, me tiene a diez pies sobre la nieve, y no puedo escuchar lo que dice por qué no puedo emitir ningún sonido, me dijo que me necesitaba luego fue y me lastimo, no puedo esperar... me dijo cientos de veces lo que sentía, pero el jamás creyó que yo sería capaz de levantarme de darme la vuelta y le diría:
—Es demasiado tarde para disculparse —susurré para mi misma—. Es demasiado tarde.
Ella siempre decía que era demasiado tarde para pedir disculpas, que siempre sería demasiado tarde. Podría haber tomado otra oportunidad y hubiera caído por él, lo hubiera intentado por él. Lo necesito como un corazón necesita que latada y bombee sangre para que pueda vivir, pero eso ya no sería nada nuevo. Lo amaba como un rojo fuego, pero ahora se está convirtiendo en azul y él no es capaz de decir: «Lo siento como el ángel que el cielo me dejó creer que eras tú».
Me pide se pie, sin importarme el tener que limpiarme mis propias lágrimas de dolor, pase la punta de mi lengua sobre mi labio inferior mojándolo un poco antes de comenzar a caminar hacia donde está el cuerpo de Amara casi inconsciente más muerto que vivo como debe de estar.
Me incline un poco hasta poderla tomar entre mis manos de nuevo sobre sus hombros y la logre poner de pie, pero su cuerpo es bastante inestable no sé puede sostener así mismas. Los ojos de Shadow se abrieron tanto que hasta mi madre parecía sorprendida por la acción que acabo de tomar. Quiero que me tenga miedo, que sienta lo mismo que yo estoy sintiendo en estos momentos después de que a él se le ocurriera la brillante idea de asesinar a mi mejor amiga frente a mí. ¿En qué cabeza cade o se hace a la ida del dolor que ahora mismo me acaba de ocasionar? Me atraiciono de la peor forma. Me lastimo dándome un gran golpe muy bajo. De amor no se muere, pero de dolor si se puede llegar a morir.
Sin más que demostrarle le dediqué una mira con odio, con oscuridad y entonces simplemente la levanté en dirección al fuego y la lance el cuerpo de Amara hacia él. Con la mirada clavada sobre el cuerpo de la mujer que lo hará perder el control de sus propias emociones mientras todos la escuchamos gritar por el dolor que le proporcionar las quemaduras que ahora mismo le deben de estar haciendo fuego, observo como las llamas la comienzan a consumir de forma lenta y dolorosa. La satisfacción que siento dentro de mí al notarlo tan afligido, tan roto y dolido al mismo tiempo me da la oportunidad de llegar hasta donde él. Me quede parada frente a él mientras rodee su cuello con una de mis manos, tenerlo tan cerca solo hace que mis ganas por exterminarlo crezcan cada segundo más. Entonces él con los ojos cubiertos de lágrimas me mira directamente a mis ojos y yo me acerco lo suficiente a su rostro y nuestras narices a penas y se rozan sin soltar mi agarra sobre su cuello hasta que me acerco a su oído y le susurró:
—Te condeno a penar por las calles de nuevo en busca de mi perdón. Serás el siguiente rey en la lista de tu reino, pero reinaras sin amor, serás amado, pero no podrás amar hasta que hayas cumplido tu condena de mil años hasta que nuestros caminos se vuelan a cruzar y hayas comprendido el daño que me has hecho —el dolor que siento al decirme esas palabras me quebró por completo mí voz antes de tiempo—. En esta vida te conocí como un traidor, pero si en otra vida nos llegamos a encontrar, Shadow Cullen, no dudes que te querer asesinar con mis propias manos; por qué mi perdón nunca te llegara, cariño.
—Es gracioso porqué siempre había soñado con nosotros —su voz rota me desarma por completo—. Y ahora estamos aquí mirándonos como si las estrellas se fueran a apagar.
—Rompiste mi corazón incluso cuando prometiste que no lo harías desde el principio. Pero supongo que eso es lo que nos llevo a llegar hasta ahora.
—Tal vez porqué el tiempo no estaba de nuestro lado —puedo notar que le duele hablarme de esa forma tan dolida.
—Esto no es un adiós —le asegure— es un simple hasta luego.
Volví a posicionar mí rostro frente al suyo, cerrando mis ojos y plantándole un beso en sus labios. Un beso que él no correspondió y eso me dolió, un beso con sabor a odio y dolor, un beso que fue corto y lo único que hacía falta para poder cerrar la condena que he puesto sobre él. Otra más con la que debe cargar por el resto de su vida eterna mientras que encuentra el perdón de su primera maldición no sé podrá liberar de la segunda que es la mía y sin mi perdón jamás le llegara por qué ni yo misma en estos momentos se si soy seré capaz de poderle perdonar semejante traición.
Comencé a retroceder con pasos seguros. Le dedique una última mirada con desprecio a hacía la dirección en la que se encuentra Jonatan. Para después dejar caer mi mirada sobre el azul de la mirada de mi madre quien tiene la boca abierta sin poder creer lo que acabo de hacer. El aire tiene ahora el aroma de la carne quemada de Amara, sus huesos se han hecho cenizas y el fuego por fin ceso dejándonos solo con la luz de la luna.