Tormenta

Prólogo

Una tormenta es un fenómeno meteorológico, provocado por la aproximación de dos masas de aire de diferentes temperaturas. Desembocando en una inestabilidad caracterizada por lluvias, vientos, relámpagos, truenos, entre otros.

Eso estaba escrito en la pizarra por el maestro Dean quien estaba de espaldas con una mano en la barbilla. La pelirroja miro a su costado encontrándose con el pelinegro copiando apresuradamente lo escrito en la pizarra, se quedó observándolo fijamente, él movía el lápiz que sostenía su mano, tenía el ceño fruncido y sus labios resecos estaban ligeramente abiertos. La ojimiel sintió sus mejillas arder y un cosquilleo se presentó en todo su cuerpo al recordar lo que pasó ayer, sus cálidos labios del chico sobre los de ella. Fue un beso lleno de ternura, pero con momentos de intensidad que la hacía querer probar más. Al parecer él sintió su mirada, pues alzo sus ojos azules del cuaderno y le ofreció su total atención. Esbozó una sonrisa haciendo que sus dos hoyuelo se marcaran.  A ella una cálida sensación le embargo haciéndole sentir segura, su mirada que decía que ella era lo más hermoso que sus ojos hayan visto. Sus orbes se conectaron varios segundos donde millones de recuerdos pasaron por su mente, se amaban aunque no tuviesen una etiqueta que definía lo que ellos tenían.

Él era infinito como el aire, ella también, cuando sus almas se conectaron una tormenta se originó y junto con ella dieron paso a las inestabilidades.

Lluvia: cuando empieza a llover, nos envolvemos en nuestro propio calor para poder conservarlo, no sabemos si el agua nos va a limpiar o arrasará con lo que tenemos. Cuando ella lo conoció, envolvió su corazón para protegerlo, tenía miedo de que lo destruya, sin embargo él hizo lo opuesto, limpio cada herida que tenía y lo cuido como si fuese suyo.

Viento: existen vientos leves o fuertes como los huracanes. Él era su huracán, de cierta forma arrasó con todas sus inseguridades y le hizo ver que era más que una tonta maldición de pelirrojas.

Relámpago: él era un relámpago, ella era un rayo y como tal él la acompañaba para ambos iluminar su propia tormenta. Pero se necesitaba de un detonante, la voz de su amada, él decía que su voz era como el trueno que detonaba la tormenta convirtiéndola en una inestabilidad.

Él era lo todo y a la vez la nada. La amo más que a sí mismo, a pesar de que su corazón estuviese roto de tantas mierdas que le sucedieron, sin embargo, el corazón de una persona herida puede amar más que cualquiera, pues este conoce el verdadero dolor.

''Incluso un corazón roto aún puede seguir latiendo y dar todo por la persona que ama''

''Es curioso como todas las cosas que cambiarías son todas las cosas que a mí me resultan encantadoras''

 




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