TOS INFERNAL

No cuento con la bendición del Descanso, ni de noche, ni de día. Aquella tos infernal que mi hermano Averett ostenta, está consumiendo cada fibra en mi interior. Mi cerebro se encuentra desubicado y aprisionado por la superstición y las alucinaciones.

Dentro de mis bases internas permanece una irritación fulminante, en que la amargura de mis percepciones oscurece y altera las fibras causales de mis reacciones motrices. En cambio, por mi exterior surgen espigas filosas y horrendas que parecen perforar mi piel. Su Cof, cof que sale de su boca, a mí me suena como a. "Contamino, destruyo, aniquilo y desaparezco todo lo que se me ponga en frente".

Aquel sonido violento, prejuicioso y arrebatado tiene la semejanza de un tornado. El virus antes parecía controlable y se daba en mi hermano sucinto. Luego, con el pasar de las horas y los días se hizo vorágine. El altar de fuego posicionado en su garganta está siendo sustentado por una combustión interna que parece infinita. Cuyo tormento seguramente se atribuyó a mi hermano por ejecución atribuida al castigo impostado por la fornicación. Es bien sabido por mí que mi hermano es bien prostituto. Cambia de mujer como cambia sus prendas interiores. En sus días de descanso acude a bares y siempre una nueva víctima cae rendida ante sus pies.

Alocadas mujeres se tropiezan ante la imagen angelical de su rostro, donde las palabras salen sobrando y los discursos sucintos y enmarañados, susurran palabras envueltas de placer al oído que se vuelven muy tentadoras. Acto seguido, tras el elipse mágico de la bebida, se ejecuta la grandeza del diablo cuyo poder hipnotiza y embeleza. Un día le reclamé a Averett que si iba a coger por la noche en su habitación, que calle los gemidos de sus mujeres ya que mis hijos se encontraban durmiendo en cama. Ahora está pagando el precio de sus pecados, consumido por la miseria.

Anteriormente su tosido se daba cada 30 o 60 minutos con un sonido más que moderado, en cierta medida. Ahora se volvió extremadamente intenso. Tengo la sensación de que una aviesa serpiente se encuentra envuelta en su cuello y tiene prendido sus colmillos en el interior de su garganta para acabar toda su toxina disponible.

Sin embargo, recientemente su maldición se intensificó, al momento presente eyecta sus microorganismos patógenos de sus fauces cada tres segundos. Parece que se reprodujeron dentro de su cuerpo un ejército de infernales seres microscópicos, con la fina intención de poder infectar a toda la humanidad si fuese necesario.

La perfecta delicadeza de mi comportamiento se está evaporando y mi cuerpo da tumbos tras caminar. Parezco un ebrio perdido por la bebida. Mi mente se sofoca y se desorienta por la incapacidad de no poder pensar y descansar de la manera correcta. El templo de mi cuerpo se balancea cual terremoto remece la tierra y derriba lo que se encuentra a su paso.

Mi hermano Averett se asemeja a una orquídea que presume de forma airosa sus delicados pétalos. En que a todos enternece ya que muestra al mundo su desmesurada belleza. No obstante, entre aquella innata e inmensa vanagloria ocupada por la inmaculada divinidad. Jamás pudo sospechar tan orquídea presumida que a los gusanos tambien le habían advertido de su presencia.