Traduciendo un alma

Deja de evitarte.

Deja de ignorarte, de llamarte a una esencia que ya no existe.

Te rompieron, sí, te cambiaron, también. No llames más a esa esencia vieja que ya no se puede mover porque está en las últimas, rechazas el cambio negándole la posibilidad de florecer, de transformar, negas su presencia como si así fueras a cambiar lo que pasó.

Cuesta un montón desacostumbrar la nostalgia que persigue a esa presencia ausente del yo que eras, lo sé, sé que duele que no te puedas llamar a gusto porque no sabes quien va a venir, ya que te desconoces, pero opacar la duda, silenciar el cambio y aferrarte al muerto no lo revive, no te convierte en la vos que perdiste ni devuelve el amor sin fronteras y la libertad sin prejuicios. Sos un nuevo dolor, desperdigada por todo el lugar sos un nuevo desorden y tenes que llamarte, que conocerte, preguntarte, deja de fingir cegueras y llamate al descanso de la fachada que se cae a pedazos.

Pintate de un nuevo color y arranca el pedacito que duele para que ya no se caiga, arranca el dolorcito que pica para que ya no se esconda, miralo a los ojos, mira lo poco que queda de la vos que eras y empeza a descubrirte otra vez, vas a destapar nuevos miedos, rencores, envidias y oscuridades, está bien, es hasta que lo llores, lo enojes, lo sueltes, hasta que ese pedacito que te queda ya no sea más que polvo en el ambiente, es por eso que arde, porque es un pedazo que ya no tiene lugar.

Te estas duelando a vos misma, y esta perfecto, porque ya no sos la que eras, no sos la nena que extrañas, o la adulta que esperabas ser, o la señora que soñabas, estas en un mundo donde las cosas lastiman y las personas te cambian, quema saber que al final la burbuja era tan voluble como tu mismo ser, que el brillo al final es por el resplandor de las luces y que hay momentos en los que la oscuridad existe.

Perdonate por dejar que un cualquiera arrancara las flores de tu campo y deja descansar la tierra para volver a sembrarte, de cosas distintas quizás, de aprendizajes, deja que la lluvia riegue y se lleve las penas, que las lágrimas limpien el nudo en la garganta y dejen por fin pasar el sollozo que estas escondiendo, perdonate por el amor que te permitiste entregar y deja de culparte pensando que elegiste mal, uno se enamora de la esencia que el otro demuestra, ¿cómo ibas a saber que eran malos si fueron todo un engaño? 

Permitite creer de nuevo en tu instinto, no lo odies por el error que hoy no cesa tu dolor.




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