Traición y redención

Capítulo 2: El irremediable dolor del corazón

La luz del sol se colaba en la pequeña cocina a través de las cortinas de muselina, Sophia estaba ocupada preparando el desayuno para su hijo, sus movimientos eran hábiles y agudos, pero había un cansancio oculto y preocupación entre sus cejas.

«Mamá, ¿vamos hoy al parque?». Lucas, de siete años, levantó la vista, con los ojos llenos de expectación, como pequeños rayos de sol proyectados en su mundo.

Sophia forzó una sonrisa y se arrodilló, acariciándole la cabeza: «Por supuesto, hace un día soleado precioso, justo el día ideal para salir a jugar».

Lucas saltó feliz y corrió hacia el salón, pero los ojos de Sophia se clavaron en los billetes que había sobre la mesa, su ceño se frunció ligeramente mientras una impotente opresión la recorría. La vida era dura, e intentó que su hijo no se diera cuenta.

«Isabella, ¿a qué hora volverás esta noche?». preguntó Sofía en voz baja mientras se dirigía a la puerta de la habitación de su hermana.

La voz de Isabella llegó desde el interior de la puerta: «Hermana, todavía tengo que hacer horas extras esta noche, así que puede que vuelva tarde». Había una pizca de disculpa en su tono.

Sofía asintió, conteniendo a la fuerza la amargura de su corazón. Desde que sus padres fallecieron, su hermana pequeña Isabella había estado a su lado y al de Lucas, compartiendo en silencio la presión de la vida, y sabía que el cariño que Isabella le profesaba en el corazón iba mucho más allá.

Cuando cayó la noche y llegó la hora de cenar, ella y Lucas eran los únicos en la mesa. Sofía tiró un trozo de pescado y sonrió: «Lucas, ¿qué cosas nuevas has aprendido hoy en el colegio?».

Lucas contaba emocionado historias interesantes de clase, y Sofía escuchaba pacientemente, respondiendo con dulzura, pero el hueco de su interior se extendía en silencio. De vez en cuando, miraba por la ventana sin pensar, sus pensamientos vagaban en silencio hacia aquel pesado pasado.

«Mamá, a veces sueño con papá». La voz de Lucas llegó suavemente, haciendo que el corazón de Sofía se estremeciera, obligándose a contener sus emociones y respondiendo suavemente: «¿En serio? Debe ser un sueño maravilloso».

Lucas asintió y continuó con su pequeña y sentida historia. Sofía lo observó en silencio, con una mezcla de alivio y tristeza en los ojos. Quería que su hijo tuviera una familia completa, pero la crueldad de la realidad la obligaba a cargar sola con toda la responsabilidad.

Ya entrada la noche, Sofía se tumbó en la cama, los recuerdos inundaron su corazón, sus ojos se humedecieron poco a poco, no pudo evitar murmurar suavemente: «Te protegeré y no dejaré que nadie te haga daño». Abrazó fuertemente a su hijo a su lado, las lágrimas resbalaban silenciosamente.

Fuera de la ventana, la luz de la luna se derramaba sobre su rostro, reflejando las heridas insanables de su interior. Respiró hondo e hizo una promesa silenciosa al cielo nocturno: «Carlos ...... Intentaré perdonarte, pero aún necesito tiempo».

En el silencio de la noche, la figura de Sofía parecía fuerte y frágil. Sabía que, por duro que fuera el futuro, conseguiría una vida mejor para su hijo y para ella misma.



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En el texto hay: romance, aventura, suspenso

Editado: 06.11.2024

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