Somos separados por las sirvientas que acompañaban a aquellas mujeres, llegando atrás de ellas nuestro padre, el ministro Wang Feng.
—Tírenlo al estanque hasta que recobre la conciencia. —fue lo único que dijo el ministro.
Mientras Feng Er recobraba la sobriedad, fui guiado hacia uno de los salones de la mansión. Luego de que el ministro se sentara, las tres mujeres y niña hicieron lo mismo en los asientos posicionados a mano izquierda. Por mi parte, me senté a mano derecha, y mi madre y hermana, ambas al lado de mi padre.
—Lao Li y Qi Yun Rui al frente. —Nos ordena el ministro, a lo que inmediatamente obedecemos, a su vez que nos arrodillamos. —Ya que estamos todos reunidos, y antes de que partas hacia el ejército, quería notificarles, que oficialmente la las familias Wang y Qi serán una sola. Todo gracias al compromiso y posterior unión de nuestros hijos. —dice mientras toma mi mano y la de la niña y la une.
Alejo rápidamente mi mano. —padre, ¿Cómo siquiera es posible que me comprometa con una niña? —digo incómodo.
—Para su información, joven amo Wang, la señorita Qi Yun Rui tiene trece años, edad más que suficiente para contraer nupcias. —dice la casamentera, —Usted, por otro lado, tiene quince, ambas edad y fechas de nacimiento combinan a la perfección, incluso pasamos por el templo en días pasados y nos dio la mejor fecha para celebrar su matrimonio.
—¡¿Trece?! ¡Pero si parece que tiene menos! —exclamo.
—No importa que aparente de menos, ya tenemos la fecha, te casarás, te guste o no. —dice el ministro molestándose.
—Calma esposo, el médico dijo que no te podías alterar. —mi madre lo tranquiliza mientras pasa la palma de su mano por la espalda, a su vez que con la mirada y extraños movimientos en la boca, pareciera decirme que aceptara y punto.
Luego de varios minutos de mi padre intentar calmar al ministro y este hacerle poco o nulo caso, decido aceptar el arreglo matrimonial, solo si acepta tres peticiones mías.
—No estás en condiciones de hacer cualquier petición. —dice el ministro.
—Pues entonces olvídenlo. —me levanto y dispongo a ir, pero soy detenido por mi padre, quien me ordena parar. —¿Entonces? ¿Está de acuerdo?
—Está bien, ¿Cuáles son tus peticiones? —pregunta resignado.
—La primera, estoy dispuesto a casarme, solo si sucede en cinco años a partir de esta fecha. —respondo, después de todo, independientemente de que nuestra diferencia de edad sea de dos años, eso no quita que seamos siendo niños.
—Bien, se puede volver al templo y pedir una nueva fecha tomando como referencia ese tiempo. —comenta la casamentera.
—Segundo, quiero ser el heredero del título de marqués. —ya que como todo buen ministro, tiene un rango noble alto, casi tan alto como los mismísimos familiares del emperador.
—Te puedo prometer cualquier cosa menos eso, ese título es para mi primogénito.
—Bueno, entonces olvídalo. —procedo a levantarme nueva vez, pero el ministro pone su mano sobre mi hombro y me vuelve a arrodillar.
—Antes de aceptar, anteriormente no habías hecho alguna solicitud de ese tipo, ¿Por qué ahora?
—Soy más digno que mi hermano desde el momento que trajo a su primera concubina, hoy incluso trajo a la séptima. Si voy a casarme con la hija de una familia tan prominente como la Qi, al menos debo poder dar el rostro por ella, algo que no podré, si quien heredará el título es mi hermano mayor y yo simplemente me quedaré sin nada. —una vil mentira creada por mí, pues mis razones son otras.
—Está bien, acepto. ¿Entonces? ¿Cuál es el tercero? —pregunta aquel resignado ministro.
—Tercero…