En enero del año nuevo una familia llegó a una vieja mansión heredada por los abuelos en Line Falls, un pequeño pueblo muy antiguo que se creía que tenía muchas historias por contar. No tenían más a donde ir y decidieron mudarse allí mientras podían venderla. Les contare la historia, con escalofríos aunque sin pelos en la lengua, porque a pesar de las amenazas, no dudare en sacar a la luz todos los secretos que empecé a conocer de Line Falls e incluso sobre la familia Davis.
La familia estaba compuesta por Nicholas Davis, padre, doctor y ambientalista que estaba quebrado por fallos en el hospital donde trabajaba al cual culparon de robarse analgésicos e instrumental médico. Mary Davis, madre y psiquiatra, dejó de trabajar por el trauma que le ocasionó uno de sus pacientes quien se suicidó frente a ella cortándose la garganta de lado a lado. Matt Davis, hijo menor de 14 años, expulsado de varias escuelas por mal comportamiento y golpear a sus compañeros. Chloe Davis, hija mayor con 17 años, estudiante de último grado y supuestamente la más normal de la familia.
Viviendo en la nueva casa mi familia la no estaba muy feliz, ya que venían de la gran ciudad de Washington D.C y ahora estaban en un pueblo muy lejos en Luisiana, el tan pequeño y frío Line Falls.
Los padres decidieron enviar a los muchachos a estudiar en Line Falls High School, la única escuela en el pueblo y la cual quedaba muy cerca de la gran y vieja mansión, ya que esperar a la venta de la casa iba a ser muy lento pues nadie había hecho una oferta aún.
Chloe estaba de acuerdo con la decisión, estaba muy interesada en conocer gente nueva y hacer amigos nuevos, trataba de conocer a sus vecinos e incluso horneaba galletas para obsequiarles, pero nadie abrió sus puertas y tuvo que comerlas sola. Por otro lado, Matt solo quería quedarse en casa esperando a que alguien fuera a poner la red wifi.
(POV CHLOE)
El pueblo era demasiado chico, podría conocerlo todo en un día caminando, pero a mis ojos era bastante interesante, sabía que en estos lugares existía mucha historia y yo no iba a perder la oportunidad de conocerla.
-Chloe podrías convencer a tu hermano de ir a la escuela por favor- dice mi madre con una sonrisa en el rostro y mirando a mi hermano quien estaba sentado en la mesa junto a ella.
-Mamá no importa lo que diga Chloe, no iré- dice metiéndose una cucharada de cereal a la boca.
-Entonces porque te levantaste tan temprano hoy, si no vas a ir- dice mamá cruzándose de brazos.
-Voy a conocer el pueblo con el vecino, dijo que iba a hacerme el tour pero que debía ser temprano porque no podía estar de noche fuera de la casa, es bastante raro- dice levantándose de la mesa para llevar el plato al lavabo.
- ¿Vecino? ¿tenemos vecinos? - pregunte extrañada ya que había ido muchas veces con galletas y mi grandiosa sonrisa a las casas vecinas y en ninguna me habían abierto la puerta.
-Sí, yo estaba afuera en el patio lavando mi bicicleta y el vecino se acercó a saludar, tiene mi misma edad.
- ¿de casualidad no tiene una hermana? necesito amigas aquí- también me levanté de la mesa. Soy una persona muy sociable, pero al parecer nadie en este lugar quería asociarse conmigo, y ya me empezaba a deprimir, puesto que no soy como mi hermano que prefiere quedarse en casa jugando video juegos y viendo su telefono, yo soy de salir a recorrer nuevos entornos y hacer amigos para charlar, odiaría estar encerrada en casa.
-No lo sé, de hecho, no se nada de él- un silbido se escuchó venir de afuera -solo que vive al lado y que acaba de llegar, ya me voy mamá vuelvo antes de que anochezca.
-Espera, ¿no vas a almorzar en casa? -dice mamá metiéndose la mano al bolsillo buscando dinero.
-Tranquila ¡llevo un sándwich!- grito antes de salir por la puerta.
Mamá se levantó de la mesa y se puso a lavar los trastes mientras escuchábamos música en la radio, ella era bastantemente alta, rubia y con el cuerpo que desearía tener cuando tenga su edad, pero también era bastante insegura. Nunca se ponía ropa ajustada o que mostrara de más y su cabello siempre estaba recogido, tenía anteojos y pecas lo cual la hacía ver demasiado tierna.
-Mamá ya me voy a la escuela, ¿sabes dónde está papá para despedirme?.
-Tu padre fue al hospital del pueblo a ver si podía conseguir trabajo ahí- respondió dándome un abrazo y dinero para el refrigerio - le diré que pase por ti cuando salgas.
-No mamá puedo venir sola, además eso no me ayudaría a conseguir amigos.
-Está bien cariño, que te vaya bien en la escuela.
Camine tres cuadras seguidas hasta llegar a la gran escuela del pueblo, y sí que era gigante a pesar de lo pequeño que era el pueblo. Había muchas personas afuera de la escuela viéndome raro, aunque sabía que yo era la nueva y extraña chica para ellos.
Al entrar fui directo a la rectoría para que alguien me enseñara la escuela y me diera el horario de clases, el lugar era demasiado grande y se veía antiguo, me recordaba bastante mi escuela de antes en la capital. tenía casilleros, gente típica de escuelas, porristas, deportistas, nerds, los darks, los drogadictos, había todo ese tipo de gente lo cual me parecía muy normal.
Una señora muy amable me recibió en la rectoría y me dio mi horario, me asignó un casillero y llamo a alguien por un micrófono, que probablemente toda la escuela había escuchado su voz chillona llamando a un tal Liam, esa persona iba a enseñarme la escuela y acompañarme a mi primera clase de el día que era calculo.
-Señorita Davis, él es Liam Jackson está en el comité de bienvenida y va a acompañarla a conocer la escuela- era un muchacho bastante delgado y de tez blanca, vestía ropa oscura y tenía los ojos más claros que había visto en toda mi vida, de no ser porque me acerque a él, de lejos hubiera creído que sus ojos eran totalmente blancos, pero la verdad es que eran como de un color azul celeste demasiado claro, como los de un gato los podría comparar.
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Editado: 27.03.2020