Me encuentro yendo rumbo a la casa de mi papá. La noche anterior, en la cama acolchada de nuestro descanso, mi esposa me relató la sucesión de los hechos de mi padre, minutos antes de que me empiece a fecundar el sueño, me dijo: desde que estuviste en la cárcel Mason no ha pisado este hogar bajo ninguna circunstancia. Tampoco ha llamado para preguntar por sus nietos al menos. Me sorprende que los haya olvidado. Supuestamente, siempre los ha amado con locura, y también siempre alardeaba que te amaba mucho a ti y a tu hermano. Yo que soy tu mujer, bueno, puedo entender que no quiera verme a mí ya que no formo parte de su linaje. Tampoco me considera como de la familia, pero que no quiera saber de ti, ni de tu hermano, ni de sus nietos. Eso sí que jamás lo podré soportar, mi cielo. Antes parecía quererme mucho, ahora no entiendo que mismo está sucediendo. Dijo mi esposa estando anonadada.
Dato curioso que me ha estremecido ya que papá nunca deja de visitarnos. Antes de salir de casa para acompañar a mis hijos al casting de modelaje, marqué su número en mi teléfono y me cortó la llamada de inmediato, sentí que pudo haber colgado por accidente, no obstante cuando repetí el suceso seis veces continuas recibí la misma cantidad de cortes bien intencionados.
¡No entiendo que acontece! Mi cerebro no puede procesar su innatural comportamiento. Quizá haya tenido momentos inoportunos en su empresa, y es normal. Todos en algún momento cometemos errores, ya que cuando planteamos una idea primero resulta muy fácil, pero después, cuando ya se pone en práctica el conocimiento, lo que armamos con sabiduría se desbarata igual como si hubiéramos dedicado mucho tiempo a armar una torre de cartas que podría ser derribada fácilmente.
Al llegar cerca de donde vive mi papá y estacionar mi vehículo fuera del Starbucks encontré un solo parqueo libre como si hubiese estado separado para mí. Estuve de suerte. Al caminar por aquella calle oblonga de adoquines grises. Sentí un aura incomprensible ya que personas que eran desconocidas para mí, mientras leían su periódico no me despegaban la mirada de encima. Por un momento sospeché que me estaban señalando.
En consecuencia comencé a pensar que quizás mi acontecimiento se volvió viral. No obstante ya habían pasado muchos meses como para estar creyendo en algo absurdo. Si hubiese sido recién la noticia de que hubiera matado a dichos animales. Entonces, quizás mis pensamientos se volverían más acertados. Sin embargo, pienso que quizá no se trata de mí y lo estoy suponiendo solamente. Siempre suelo imaginar cosas. En consecuencia decidí no prestar atención al círculo de mis imaginaciones y seguí el trayecto de mis pasos.
Para venir a acá me puse mi mejor sombrero para visitar a mi padre. Me encanta mi sombrero texano color beige que él me regaló, tiene calidad 4X con forro satinado. Su tafilete es de piel recuperada. No me lo había puesto nunca. Es que tengo muchos, pero este a mi papá le va a dar mucho gusto vermelo puesto. A decir verdad, antes no me gustaba demasiado, siempre ponía pretextos para no ponermelo cuando mi papá me hacía preguntas sobre el, sin embargo ahora me fascina en gran manera.
Lo tuve que combinar con un pantalón marrón oscuro, cinturón negro. Camisa de cuadros con líneas verticales beige y cuadros marrones oscuros hasta en las mangas. Mis botas texanas son negras con pasadores beige. Me parece una muy buena combinación para mi sombrero. Luzco genial, no puedo vestir diferente, lo texano lo llevo en mis venas.
Al llegar a casa de mi papá toqué el timbre y salió Emma a recibirme. Ella es de joven edad con cabello negro y de piel blanca. Le calculo la edad que puede tener, parece cercano a los 25 años, quizás menos, más no creo.
—Don Joseph, ¿cómo está? Me dijo Emma.
Hola, Emma. Mi papá no debería de hacerte pulir mucho el piso. Me parece un enorme castigo.
No se preocupe Don Joseph, me siento a gusto trabajando aquí. No trabajo todo el día y cuando termino antes mis labores su papá me libera y me dice que vaya a mi casa a descansar. Siento que no trabajo demasiado ya que él tiene todas las máquinas necesarias para hacerme la vida más fácil.
Bueno, si tú lo dices, entonces me parece perfecto que estés a gusto.
Ah, si, y con respecto de pasar. Su papá me dio la órdenes que no lo dejara pasar. Lo siento mucho. Me dijo que se vaya de regreso por donde vino.
Tonterías, meses pasé en la cárcel y ni siquiera tuvo la gentileza de irme a visitar allá y ahora me dice que me devuelva.
No te creo. Emma, si esto es una broma te confieso que es de muy mal gusto.
Broma, no, eh. No se trata de ninguna broma, yo jamás me atrevería a faltarle al respeto de ese modo, don Joseph. Yo solo cumplo órdenes.
Pues sabes qué. Igual voy a pasar ya que es la casa de mi padre. No soy ningún extraño que va a entrar a su casa, soy su hijo.
Ya varias veces ha venido del mismo modo para luego portarse agresivo don Joseph y no entiendo por qué no puede comprender que su papá ya no quiere verlo.
Cómo que varias veces si recién ayer salí de la carcel. ¿Qué estás diciendo?
Él no se digna a contestar su teléfono. Recién por la mañana traté de contactarlo.
Don Joseph, por favor. No me vaya a hacer daño. Yo, solo hago soy una empleada común y tengo familia que me espera en casa. También tengo una hija de 1 año de nacida.
¿Daño? ¿A qué te refieres, Emma? Yo jamás te podría un dedo encima. No me tomes por animal ya que insultas mi inteligencia y ofendes mi capacidad de autocontrol. Sí, es verdad que asesiné unas mascotas. Lo hice, pero jamás le pondría un dedo a un ser humano. Y no significa que las mascotas valgan menos que nosotros ya que también son seres vivos, no se trata de eso. Solo que, perdí la razón en aquel día. Pero no por eso pueden sospechar que tengo ganas de matar a todo el mundo. Yo no soy violento, solo que en aquel día se extravió mi noción. Los problemas me sacaron de quicio. Pero ya estoy bien, Emma, no tienes por qué temer.
#241 en Thriller
#108 en Misterio
#90 en Suspenso
misterio, misterio amor muertes, misterio asesinato suspenso
Editado: 11.03.2025