TAN CERCA Y TAN LEJOS

Bea conducía a la casa de Roch en el auto de Clarice y ella como pasajera, no sabía que hacer ya que no quería llegar más tarde de lo que iba para la cena de bienvenida de Rosine, la tía de Víctor.

Ya llevaban bastante tiempo de camino cuando Clarice empezó a sentirse mal y se vomitó encima, añadiendo aún más la angustia de Bea.

Al llegar a la casa se bajó rápidamente y entró, buscando a Roch.

-¡Roch, ayúdame!-

-¿Qué sucede Bea?-

-¡Acompañarme!-

-¡Voy!-

Al salir Roch vió a Clarice en un mal estado: ebria, sucia de vómito e inconciente.
Pronto la cargo a su habitación, aprovechando que su madre y Víctor estaban en la cocina, ya que no quería que la vista en ese estado.

Le pidió a su empleada que lavará y secara lo más pronto posible la ropa de Clarice.
Bea se encargó de desvestirla con los ojos cerrados para no verle nada pues estaba segura que Clarice le reprocharía el haberlo hecho.

Luego de dejar limpia y descansando a Clarice se dirigieron a la cena esperanzados que Clarice despertaría hasta la mañana, Roch le había pedido a Bea que la dejará allí, que él se haría responsable de ella y le explicaría todo.

Al terminar la cena Víctor y Bea se fueron a su casa, la madre de Roch fue a prepararse para dormir y Roch fue a su mini gimnasio.

Clarice despertó y comenzó a ver a su alrededor, desconoció totalmente el lugar, se preocupó de no estar en su apartamento, por un momento pensó que estaría en la casa de Bea pero recordó que ella le había dicho que no vivía en un lugar tan costoso.

Se levantó y se percató que estaba vestida con una prenda que ya había visto, era un regalo que rechazó de Roch hace mucho tiempo, se dirigió a la ventana ,vio un hermoso y espacioso jardín así que dedujo que estaría en la casa de Roch.

Decidió salir y preguntarle por qué razón se encontraba vestida así y en su cama, sería que él se aprovechó de su estado y la tocó o no.

Abrió la puerta, vió a un lado del pasillo y llamó a Roch al no tener respuesta se dispuso a mirar hacia el otro lado cuando su vista se congeló al ver una señora en medio del pasillo, aunque parecía ser amistosa sus ojos parecían verla como una intrusa, Clarice se metió nuevamente y cerró la puerta.

Después de un par de minutos, tocaban a la puerta y ella no sabía si abrir o dejar que se aburriera y se fuera, pero no contó con otra opción: que ella abriera la puerta que es lo que pasó.

-¡Hola hija!
¿Cuál es tu nombre?-

-Clarice Herr
¿Y el suyo?-

-Rosine Cost
¿Quieres ir donde esta Roch?-

-¡Si!-

-¡Te llevaré, sólo ponte algo encima, puedes enfermarte!-

Clarice miró a su alrededor y no supo que utilizar,Rosine se dirigió a unos de los roperos y le dió una bata de Roch el cual le quedaba grandísima.
Luego ambas se dirigieron al mini gimnasio donde Roch se encontraba le señalo la puerta a Clarice para que entrara.

-¡Clarice!
¿Ya te sientes bien?

-¿Me dirías por qué estoy aquí?-

-Bea te trajo, estabas sucia e inconsciente, se están encargando de tu ropa, te pusimos esa prenda por que te enojarías mucho si te dejaba desnuda o peor aún con alguna ropa mía.

-¿Tu me desvestiste?-

-¡No, fue Bea y lo hizo con los ojos cerrados según me dijo!
¿Pero, como supiste que aquí estaba yo?-

-¡Yo la traje hasta aquí!-respondió Rosine mientras entraba.
Roch se puso pálido al escuchar a su madre pues no le había hablado sobre ella aún.

-Madre ella es Clarice mi novia y Clarice ella es mi madre rosine.-dijo Roch.

-¡Yo no..!-alcanzo a decir Clarice cuando fue interrumpida por Roch.

-Ella quiere decir que no recordaba que yo le había dicho que tú estarías aquí.-dijo Roch.

-¡Eso no es lo que quería decir, si no que lo que iba a decir es que Roch y yo no..!-volvió a intentar responder Clarice pero nuevamente Roch la interrumpió.

-Clarice quiere decir que ella y yo sin no estábamos seguros si presentarlas hoy o después-dijo Roch.

-¿O eres telepático o no quieres dejarle hablar?
¡Habla hija!
¿Qué quieres decir?-

-¡Creo que aún no debía levantarme de la cama, me duele mucho la cabeza!-dijo Clarice.