OLVIDADO

–¿Ella?
¡Me busca a mi!–

–¡Sólo ven pronto!–

Su colega no le dio tiempo de responder, colgó rápidamente.

Roch sintió un extraño presentimiento, acaba de escuchar a Anyel decir que había terminado con Clarice y ahora ella estaba buscándolo en el hospital.

¿Buscaba consolación de su parte?

No tenía tiempo para seguir preguntándose, así que se subió rápidamente a su auto y se dirigió al hospital .

Al llegar busco rápidamente a su amigo quién justamente estaba saliendo de una habitación.

—¿Dónde está?
¡Dime!—preguntó Roch.

—¡Primero relájate!
¡Te noto un poco exaltado!

—¡Me dices que venga pronto, y ahora quieres que espere?—dijo Roch perdiendo un poco los estribos.

—¡Te encuentras en un hospital!
¡Que no se te olvidó eso!—

—¡Dime ya!—un poco ya más relajado Roch.

—Mujer de 26 años de edad, que fue víctima de un accidente automovilístico provocándole politraumatismo, fundamentalmente con traumas múltiples en el macizo facial con fractura malar, fractura de tabique nasal, mandibular y ambos maxilares.

Ingresó intubada por vía orotraqueal con tubo anillado del nº 7. Se realizó una incisión de 1 cm. en la región submentoniana, y a través de la misma se introdujo una pinza hemostática curva hasta la cavidad oral por donde se traccionó la extremidad proximal del tubo endotraqueal. Al finalizar el tubo fue fijado por medio de una sutura—

Roch al escuchar lo que su amigo le decía comenzó a decaer su rostro supo que Clarice no se encontraba para nada bien.

—¿Puedo verla?—rogó Roch

—¡Sabes muy bien que no puedes!—

—¡Te lo pido como amigo no como su médico!—

—¡Como tú amigo te digo que no puedes verla!
¡No te hará bien!—

Su amigo prosiguió describiendo el estado de la paciente pero Roch ya no lo escuchaba sólo pensaba en los momentos felices que a pesar que fueron pocos se convirtieron en recuerdos inolvidables para él.
Luego un comentario lo sacó de su pensamiento.

—Según los paramédicos la persona que presenció el accidente y quién fue el primero en acercarse , escuchó que llamada tu nombre...—

El saber que pensaba en él en esos momentos tan críticos le hizo sentir imponente a Roch.

El doctor le pidió a Roch esperar hasta que ella reaccionara a los medicamentos y no apresurarse.

Roch esperó horas, días, lo que para él resultaron un tanto eternos, pero no dejó de estar al tanto de la condición de Clarice.

Luego de casi cumplir una semana de tan solo saber de ella por medio de su doctor decidió arriesgarse u entrar a la habitación y examinarlos él mismo.

Se aseguró que nadie lo viera y entró.
Al verla tan distinta a ese día cuando la conoció hizo que su corazón se estrujara.

Se acercó a ella y cuando estaba a punto de acariciarle una mejilla, Clarice comenzó a abrir los ojos, Roch sintió que le cortaba la respiración.

—¡Roch!—exclamó Clarice con un brillo en sus ojos que denotaba una enorme felicidad—¿Dónde estoy?

—En el hospital general—

—¿Qué sucedió?—

—Conducías sobre la carretera frente a Struj Valtra, perdiste el control sobre la curva Burs y tu automóvil volcó—

Clarice al escuchar lo que Roch contaba se congeló pero luego volvió en sí y quería sentarse en la camilla pero él no se lo permitió.

—¡No recuerdo nada de lo que me dices!—

—No te preocupes luego lo tendrás muy presente—

Roch sabía que podía ser descubierto y podrían tener consecuencias graves, el ver ya despierta a Clarice lo alegró mucho, así que decidió salir.

—Debo irme—

—¡No, no lo hagas!
¡No me agrada los hospitales!
¡Dame el alta ya!—

—¡No puedo!
¡No soy yo médico!
¡Estás muy mal, no te la darán pronto!—

—¡Pues sé mi doctor y ya!—

—¡No puedo!—

—Haces esto por que aún sigues enojado conmigo—

—No estoy enfadado—

Clarice se quedó mirándolo fijamente como si estuviera pensando en algo y luego dijo algo que haría que Roch cayera de nariz al suelo.

—Roch, sé que lo que te diré es algo que solo los hombres hacen pero luego de esa conversación con tu madre creo que mi felicidad depende de esto:
¡Quiero que me des una oportunidad para que me enamores!–