-Sam Blake-
-Hola vengo por Noah Blake ¿Donde se encuentra el?- Le digo a la recepcionista.
-Lo siento no puedo darle esa información-Esta mujer tiene que estar jugando conmigo.
-Soy su madre, ahora dígame ¿Donde esta mi hijo?- En todo este momento siento la mirada de Luke en mi.
-Lo lamento no lo sabia, piso 4 habitación 314- Le agradezco y me voy rápido al ascensor, espero que April, Tomas y Luke entren para poder subir.
Al salir lo primero que escucho es el llanto de Maddie, lo podría reconoces en cualquier lugar, voy rápido hasta la habitación y entro.
-Por fin llegas- Dice Melisa.
-Mami, tengo miedo- Miro a Maddie tiene los ojos muy hinchados, habrá llorado mucho, miro a su lado y allí esta sentada Mack con cara seria.
-Linda tranquilízate todo estará bien- Escucho como Tomas trata de calmarla.
- ¿Donde esta Noah?, la recepcionista me dijo que estaba aquí ¿Porque no lo veo?- Le digo inquieta a Mel.
-Una enfermera se lo llevo para hacerle un estudio, se fueron hace quince minutos ya debe estar volviendo, el esta bien, no me dieron mucha información por no ser familiar.
-Claro, gracias por llamarme inmediato Mel, si quieres puedes irte.
-No me voy a ir ya les avise a mis padres que llegaría tarde.
Melisa Anderson es la hija de mis vecinos, tiene 18 años recién cumplidos, es una chica muy buena.
-Esta bien, April y Tomas me pueden hacer un favor y llevar a Mack y Maddie a casa, no quiero que estén en un hospital, hay muchas enfermedades, yo les pago el taxi, porfavor.
-Las llevaremos, salimos siempre con dinero Sam, no hace falta- Los acompaño hasta a afuera de la habitación y los despido, saludo a mis hijas y les aclaro que todo esta bien, veo como se van y vuelvo a entrar a la habitación.
-Mel linda porque no compras unos cafés y algo para comer, ven toma- Digo entregándole dinero.
-Claro.
Me quedo sola con Luke, en su rostro se puede ver confusión y eso me da mucho miedo.
- Si quieres puedes irte, encerio gracias por traerme- Digo mirándolo fijo.
-¿Tienes tres hijos?- Dice confundido- Me dijiste que nada había cambiado en tu vida- Dice sonriendo.
-Es una larga historia, enserio no creo que te interese- Trato de decir divertida.
- ¿Cuantos años tienen?- Esa pregunta me dejo helada.
-Mami- Escucho decir a mi hijo en brazos de una enfermera.
-Noah mi vida- Digo agarrándolo y sentándome en la camilla.
-Buenas noches soy Karen supongo que ustedes son los padres, su hijo esta anemico por eso el desmayo, a su cuerpo le falta hierro, por suerte presento síntomas tempranamente y con unos medicamentos y una alimentación mejorada, el estará bien, recién fuimos a hacer unos estudios para ver cuanto hierro necesitaba, solo se tendrá que quedar esta noche, por seguridad, mañana temprano ya se podrán ir a su casa.
-Muchas gracias- Digo sonriendo le, estoy mas tranquila, no es nada muy grave.
-Mami las doctoras me pincharon, me dolió mucho- Lo miro y amo los gestos que hace cuando habla, son iguales a los de el- ¿Quien es el?
Miro a Luke, el no hace otra cosa que mirar a Noah, cualquiera en su sano juicio se daría cuenta a kilómetros que son muy parecidos.
-Un amigo mío Noah, ahora quiero que descanses ¿Si? Ya es muy tarde- Lo hago acostarse, el pobre niño no tarde un solo segundo en dormirse.
Le hago una seña a Luke para que me acompañe afuera, allí me encuentro a Mel con una cara de enojo tremendo.
-Un estúpido me choco y volqué los cafés, lo siento- Dice apenada.
-No hay drama Mel, Noah esta bien solo necesita quedarse esta noche por un control de rutina nada mas que eso, así que ya puedes irte a casa si quieres.
-Me alegro mucho Sam, claro llamare a mis padres para que me vengan a buscar- Se para y me saluda al igual que lo hace con Luke, sigo sin entender porque no se fue, una vez solos, me mira y por fin habla.
-¿Cuantos años tienen? ¿Donde esta su padre?- Dice con un tono enojado, se que de nada sirve mentir, se que el ya lo dedujo, solo quiere escucharlo de mi boca.
-Cuatro años y medio-Le contesto firme, mirando sus gestos, son muy evidentes, en ellos puedes ver lo que piensa y siente, al igual que en los de Noah.
-¿Su padre?-Pregunta sin sacar sus ojos de los míos.
Suspiro y le contesto -No lo conocen- El cierra los ojos por un momento.
-Sam quiero que seas sincera conmigo ¿Son mis hijos?- Me mira directamente a los ojos.
-Si- Solo eso puedo decir, tengo miedo, siento algo que es inexplicable.
-¿Porque no me lo dijiste?
-Te ibas a otro país, cuando me entere ya era tarde, ya te habías ido, nada podía hacer.
- ¿Nada podías hacer? Y las redes sociales, no estamos en el siglo quince Samanta, tenias muchas formas de contactarme- Me dice alterado.
-Yo, no sabia como ibas a reaccionar, yo podía, digo puedo cuidarlos sola, son mis hijos.
-Y mis hijos, no tenias derecho a alejarme de ellos.
-Estoy muy segura que tu no querías hijos y que tampoco los quieres ahora, mira yo no te voy a obligar nada, puedes irte si quieres no hay problema.
-Me estas haciendo un chiste Samanta son mis hijos, no iré a ningún lado, ya demasiado me perdí de ellos, pienso quedarme y cuidarlos, puede ser que nosotros hallamos tenido un error al no cuidarnos, pero ellos no tienen la culpa, ellos merecen un papa.