Tres Otra Vez

Capítulo Dos: Amberly

Escucharlo hablar era algo realmente encantador, todo estaba perfecto, este momento era perfecto, mis amigas lo aman, yo lo amo, me encanta verlo sonreír y reír con lo que hace, pero aun así el tiempo es el único obstáculo para la completa felicidad de ambos.

Y lo admito, estoy enamorada de mi mejor amigo, y sé que es algo cliché, pero aun, así como no enamorarme cuando en su rostro se crean dos hoyuelos tiernos cuando sonríe, como no enamorarme si cuando sus ojos color miel me ven, brillan como si fuera un sol.

Peter Hawke, el chico más guapo y el más tierno del grupo The Beatles es mi completa adicción, siempre juntos en las buenas y en las no tan buenas.

The Beatles es el nombre que le pusimos a nuestro grupo de amigos, en donde mis mejores amigas están junto a los amigos de Peter, los chicos también son lindos con todas nosotras, y aunque a veces son un poco torpes, todos nos adoramos.

Pero sé que esto no durara mucho tiempo, todos se irán a finales de las vacaciones, todos a diferentes países, y aunque duele separarse, sé que al final nos encontraremos todos otra vez, ya que nada podrá separarnos, los tontos jóvenes de quince años que odian las matemáticas.

— ¿Entonces qué opinas Amberly?

Su dulce voz me hace sonreír, y simplemente lo miro con cariño.

—Es perfecto Peter— le dije tomándolo de la mano.

Su calidez en mi mano me hizo sumamente feliz, él ya sabe que soy muy cariñosa con todos mis amigos de confianza, por lo que el aprieta su mano sobre la mía como respuesta haciendo latir mi corazón.

— ¿Tú crees? — sonrió de lado incrédulo.

— ¿Y por qué no? Sé que puedes lograrlo, se lo mucho que te encanta la guitarra eléctrica. —dije con una sonrisa de orgullo.

—Sabes mucho sobre mi Wilson. —dijo riendo dándome un leve empujón.

—Tú también Hawke, no te quejes.

Estallamos en carcajadas mientras nos paramos y nos dirigimos a la salida del garaje en donde estábamos hablando, éramos vecinos, lo que, hacia nuestra comunicación más especial, lo tome del brazo y corrimos hacia la heladería cerca del parque.

Ambos tenemos una rutina que siempre seguimos, a las dos de la tarde nos ponemos a charlar de nuestro día, jugamos a algún juego y las cuatro vamos por un helado o una golosina, o simplemente entramos en la casa en la que estemos y vemos una película en la sala, ya cuando es la hora de la cena, hay veces que nos quedamos a cenar o rara vez nos vamos a nuestra casa.

La Señora Hawke nunca me deja ir sin haber cenado ya que sabe que mi padre regresa tarde por sus turnos de doctor, rara vez es la que me voy y me preparo algo yo misma cuando siento que ya abusé mucho del tiempo, aunque la madre de Peter Hawke es un amor, ella trabaja en casa como compositora de música clásica, de ella aprendí a tocar el piano, aunque estoy mejorando todavía.

Peter cuando se queda a cenar a mi casa, solamente somos los dos, y son pocas las veces pues siempre término cenando en la suya, siempre me deja en la puerta de mi casa a pesar que solo son unos cuantos pasos, eso hace que me guste mucho más.

Aún tengo la esperanza que el también sienta lo mismo, pero somos jóvenes, puede que mi enamoramiento cambie de dirección, él no es el único chico que veré por mi camino hacia mi destino, soy muy sociable y tímida en raras ocasiones, conoceré gente, algunos se irán, otros volverán y así sucesivamente.

Pero por el momento él es el único a mis ojos, con ese pelo negro rebelde y un poco largo, sus pestañas más grandes que las mías a las cuales le envidio, él no debe ser tan perfecto, sus hoyuelos chiquititos, y sus increíbles ojos miel, casi ámbar.

Mientras reímos, disfrutamos nuestros últimos días juntos antes que él se vaya, se vaya de mi lado, de mi vida, de mi corazón.

Todavía no supero que el Señor Hawke se quiera ir de Rotherham para irse a otro lado, llevándose a mi otra mitad, sé que cuando estemos en el aeropuerto seré un mar de lágrimas, soy muy sensible a las despedidas, y quizás se deba porque mi madre se fue con otro hombre cuando tenía cinco años, pues yo no entendía nada, del por qué nunca regreso y del por qué se despidió. Pero adoro a mi padre, que es un hombre cariñoso y amable, un amor de hombre justo como Peter, quizás por eso me gusta.

Mi padre tan fuerte como es lo acepto, se dio cuenta que él no podía darle lo que ella quería, ¿y qué era eso? Ni yo misma lo sé, pero al fin y al cabo todavía se comunica con nosotros para charlas breves como simples conocidos, mi padre dice que ella me ama, que yo soy la luz de sus ojos, que, aunque lejos de nosotros aun quedamos en su corazón.

Aunque extraña situación, no le guardo rencor a ella ni a su nuevo esposo, Christoph Brandt que es como la tía Alison, cariñosa y amable solo que versión hombre, nunca lo conocí en persona, pero mamá me había prometido presentarlo algún día, y por extraño que fuera mi papá está de acuerdo con eso.

Llegamos a la heladería del señor Pablo, y como si supiera que éramos nosotros que entramos nos sonrió y empezó a prepáranos nuestros conos de helado.

Nos acercamos al mostrador con una sonrisa observando como colocaba las bolas de helado en un cono doble, el mío era de vainilla y coco y el de Peter de chocolate y menta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.