Para Leonie el concepto de amor propio tendrá que conocerlo una vez que descubra que no todo gira alrededor de su padre, que no debe aferrarse a las personas que les muestran solo migajas de amor, que hay gente que la aman por ser ella misma y que ella misma tiene mucho que demostrar, entendiendo por fin que lo único que faltaba no era recibir el amor de alguien, era recibir su propio amor para empezar a amar a la gente que la aman y la aprecian.
Para Amberly el experimentar por primera vez el rechazo de alguien que creció con ella y que le demostraba algo que la hizo ilusionarse, la hizo volver loca por saber que no sentía lo mismo por ella, esa intensidad que sentía ante un amor no correspondido, una situación que no es fácil de afrontar, pero ella sabrá salir adelante, porque el amor no es algo que tiene que forzar y así descubrirá que alguien está dispuesto a salvarla de su agonía.
Para Zoey amar a su madre es muy fácil y amar a sus nuevas hermanas es su adoración, aun si parece no darse cuenta que eso la consume, para ella sus hermanas son su todo, ser la mayor y cargar con el peso de que sean felices, aun si parece perderse, pero ella aprenderá y pondrá en práctica que aun si su amor no es reciproco, tiene a personas que darían todo por ella y que su historia será considerada un amor verdadero.
Para ellas que no conocían lo que era la amistad, la complicidad, las travesuras que trae consigo la hermandad, y desde el momento en que llega a nuestras vidas, se convierte en una presencia constante, alguien que siempre nos arranca una sonrisa en los momentos en que más lo necesitamos y nos ofrece un abrazo cálido cuando buscamos consuelo.
Aunque no podemos negar que también hay peleas y diferencias, siempre encontramos la manera de resolverlas, porque hay un lazo que los une de manera irrompible y porque ellas siempre debieron estar juntas.