Es Rico
Transcurridos unos minutos, el abogado Alonso Guevara hizo su entrada junto a mi abuela Elena. Era la primera vez en mucho tiempo que la veía en paz y sonriente, lo cual me llenó de una extraña sensación. El señor Guevara, con un acento que denotaba su origen foráneo, se presentó y nos invitó a pasar a la mesa. Una vez sentados, extrajo unos documentos y comenzó a leer el testamento de mi abuelo, Antonio Rivera.
El testamento indicaba que la casa donde residían quedaría en manos de su esposa, Elena De Rivera. Además, se establecía una suma de medio millón de dólares a ser dividida en partes iguales entre sus dos nietas, Nayara y Aurora Rivera. La cabaña de la playa, junto con la carta que contenía las escrituras, pasaría a ser propiedad de Nayara. Por otro lado, Aurora heredaría el bote de pesca y el ahorro de la jubilación sería para la señora Elena que había acumulado su abuelo.
El abogado después de leer aquel documento, pregunto que faltaba una tercera persona y mi abuela de forma seria dijo, Ella aparecerá cuando sea necesario no se preocupe por eso.
Tras finalizar la lectura, el abogado nos solicitó firmar los documentos que oficializan nuestra participación en la repartición de bienes. Luego de esto, se despidió y se retiró.
Después que el abogado se retirara, Elena agarró su bolso de forma abrupta y se retiró de la casa Nayara, confundida y preocupada, intentó detenerla, pero fue en vano.Elena, estaba visiblemente molesta, se marchó sin decir palabra. Nayara, sin saber qué hacer, decidió quedarse un rato en la casa.
Impulsada por la curiosidad, comenzó a hurgar entre los rincones, buscando cualquier pista que la condujera a su abuelo o a su pasado. Aunque no creía que en esa casa pudiera encontrar algo relevante, su intuición le decía lo contrario.
En un viejo estante polvoriento, Nayara encontró un álbum de fotos. Con manos temblorosas, lo abrió y comenzó a pasar las hojas. Su sorpresa fue mayúscula al ver una fotografía de su abuelo junto a los gemelos de la foto anterior. su mente se llenaba de interrogantes.
Con el corazón acelerado, Nayara siguió ojeando el álbum. En otra fotografía, vio a Elena junto a una mujer que era su viva imagen. ¿Acaso la abuela tenía una hermana gemela?Nayara se quedó con esa interrogante en la mente. El álbum de fotos había abierto una nueva puerta a un misterio familiar que ella estaba decidida a resolver.
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Editado: 02.07.2024