Trinidad Sagrada

Capitulo 2: Percepcion

Tras un intercambio de miradas el encapuchado sale de la casa por la ventana huyendo hacia el bosque.

Arman sin pensarlo agarra el báculo de su maestro que está conformado de un bastón de madera y un orbe de cristal

Al entrar Laura solo se dio cuenta que Arman perseguía a alguien, pero lo que le llamó la atención fue ver a su maestro recostado en la cama revisándolo y dándo se cuenta que no tenía signos vitales así que decide seguir a Arman.

 

//EN EL BOSQUE//

 

Después de unos minutos de persecución, el encapuchado se tropiezas cayendo al suelo, Arma aprovechó esto lo logra adelantar y acorralarlo 

 

Ahora dime qué hacías dentro de mi hogar –dijo Arman tratando de sacarle información-

 

Lo que yo haga no es de tu incumbencia –respondió el encapuchado-

Entonces te obligare a decírmelo –dijo para empezar a acumular maná en el báculo

Este objeto se carga de energía justo para lanzar un ataque, pero en ese momento Laura llega para detenerlo.

 

Arman déjalo hay que regresar con el maestro -dijo Laura con una voz decaída

¿Qué?, qué le pasa a mi padre – respondió Arman algo desconcertado

 

Laura le susurra algo en el oído, en el momento en el que se lo contó la empuja hacia un lado y pronuncia con un tono enojado

 

¡Tu! eres el culpable de esto -dijo Arman volviendo a cargar energía desde su báculo lanzó un gran rayo de luz

 

Este iba en dirección al encapuchado y era tan grande que cubría todo su cuerpo, sin tiempo a responder fue arrastrado a través del bosque por el ataque de Arman

 

Acosta de todo esto se dejó un gran desastre y no quedó nada del encapuchado solo un rastro de trozos de tela. Tras procesar todo y que la adrenalina provocada por ese momento de su ira o estrés haya pasado, Arman se llenó de angustia y por la desesperación empezó a correr a las profundidades del bosque

 

¡Arman! espera –mencionó Laura para empezar a seguirlo-

 

//MINUTOS DESPUÉS//

 

Laura logra alcanzarlo para impedir que siga avanzando

 

Laura apártate, no quiero hacerte daño –dijo Arma adaptándose a una pose de combate-

Tranquilo no lo harás -con una sonrisa apuntándole con su arco y flecha-

  

Antes de disparar desviando su flecha apuntando al suelo en medio de los pies de Arman, al ser clavada la flecha empezó a brillar de un color verde claro y expulsar unas esporas que al entrar en contacto con la nariz de Arman se durmió al instante

 

Por ahora no –dijo Laura que empezó a cargar a Arman en su espalda. 



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En el texto hay: aventura, magia, mitología demonios monstruos

Editado: 16.03.2024

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