Capítulo 1: La tragedia

Nos encontramos en un prado con un sol radiante, a dos niños de aproximadamente once años jugando. Sin embargo, por el cansancio, deciden recostarse en un árbol cercano.

—Oye, ¿aún recuerdas el día en el que nos conocimos? —dijo la niña a su amigo—.

—Sí, cómo olvidarlo. En ese momento cambiaste mi destino —respondió el chico—.

//HACE 4 AÑOS//

Se podía ver a un niño que estaba almorzando solo en la mesa, cuando de repente la puerta se abre y entró su padre, pero alguien lo acompañaba: era una niña de su misma edad.

—Atención, Arman, ella es Laura y desde hoy vivirá con nosotros, así que cuídala bien —dijo el hombre mayor, sonriente—.

Se podía ver que ambos niños intercambiaban miradas y un destello en sus ojos.

//EN LA ACTUALIDAD//

—Niños, vengan a comer —los llamaba el padre del chico—.

Se ve que los dos niños se levantan para ir a comer.

—Padre, ¿vas a salir? —dijo el chico, viendo a su padre con un morral con algunas de sus cosas—.

—Sí, pero volveré más tarde. Hasta entonces, pórtense bien. Su comida ya está servida —terminó de decir para comenzar a retirarse de la casa—.

Los niños comenzaron a comer sin preguntarse nada, porque hace un tiempo el hombre siempre salía a la misma hora todos los días.

//5 AÑOS DESPUÉS//

Se veía a dos adolescentes caminando por un sendero en dirección a su casa. Uno de ellos era un chico de 1.75 cm con el cabello castaño y buen estado físico llamado Arman, que traía puesto un uniforme que está compuesto de una camisa blanca y un pantalón azul oscuro, además de una túnica con capucha que solo cubría la espalda. A su lado había una chica de 1.60 cm con el cabello rubio, figura delgada y desarrollada, de nombre Laura, que traía el mismo uniforme del chico, solo que en vez de pantalones llevaba una falda que le llegaba hasta las rodillas.

Arman dio un bostezo algo fuerte.

—Descuida, ya casi llegamos y podrás descansar —dijo Laura—.

Al llegar a su casa y al entrar, notaron que todo estaba oscuro y había un gran desorden en la sala: la mesa volteada, sillas, platos y vasos rotos, además de muebles rotos y rasgados como consecuencia de la pelea que ocurrió en ese lugar. Laura decide verificar el estado de los demás cuartos, mientras que Arman, al entrar al cuarto de su padre, lo ve echado en la cama, además de un encapuchado justo sentado al lado suyo.