Trinidad Sagrada

Capítulo 3: Enfrentamiento

Ya estaba anocheciendo. En medio del bosque, nos centramos en un refugio improvisado donde está Arman durmiendo plácidamente, cuando de pronto se escucha un ruido que hizo que despertara. Pero cuando miró hacia la entrada, solo vio a Laura.

—Bien, ya despertaste. En unos momentos vamos a comer —lo decía con una canasta con varios pescados entre sus manos—.

Arman no dice ni una sola palabra y se acomoda para comer. Después de comer pescado asado en la fogata, Laura decide comenzar la conversación.

—Lo que sucedió no es culpa tuya —dice para tratar de tranquilizar a Arman—.

—¿Cómo que no fue mi culpa? Le disparé con la intención de matarlo —dijo Arman, algo alterado—.

—Bueno, no lo sé completamente, pero se te olvida que puedo ver la energía de los seres vivos —trató de calmarlo con unas sencillas palabras—.

—No, ¿por qué? —respondió Arman—.

—Bien, porque la energía de ese sujeto no desapareció. Eso significa que no murió, sino que tal vez lo mandaste a volar. De seguro está bien —con esas últimas palabras, Arman se calmó—.

—Está bien, te creeré por esta vez. Vamos a alistarnos para ir a dormir de una vez, porque al parecer ya va a anochecer —dijo Arman para volver a dormir, al igual que Laura—.

//EN LA MAÑANA//

A la primera hora de la mañana, Arman y Laura se alistaron para regresar a casa a través del bosque, pero cuando estaban a mitad de camino, algo o alguien los ataca.

—¿Pero qué fue eso? —dijo Arman, que apenas logró esquivar la flecha que apuntaba a su cabeza—.

De un árbol baja un chico pelinaranja que, sin previo aviso, comienza a atacar a los dos creando de sus manos dos dagas de magia de agua. Ambos chicos esquivan sus ataques con dificultad, pero lograron tomar una distancia segura.

"Bien, supongo que tienen habilidad", pensó el desconocido pelinaranja, "pero no será suficiente". A continuación, gracias a la distancia, comenzó a atacar con su arco con una ráfaga de flechas.

Laura ha hecho crecer unas raíces del suelo para protegerse a ella y a Arman.

—¿Qué le pasa a ese tipo? —dijo Arman, confundido—.

—No lo sé, pero ¿cómo nos deshacemos de él? —respondió Laura, algo inquieta—.

—Ya sé —a Arman se le ocurrió algo y se lo comenta a Laura—.

Al instante, Laura hace crecer raíces que van en dirección al desconocido, haciendo que este retrocediera. Al mismo instante, Arman aparecería atrás suyo. Este, al darse cuenta, se daría la vuelta para atacar con una de sus dagas, pero a último momento, del suelo saldría Laura con una semilla en la mano y, tocando con esta al desconocido, la hizo crecer. Gracias a la ayuda de Arman para potenciarla, lograron atraparlo dentro del tronco del árbol.

—Te atrapamos —dirían Laura y Arman al unísono, chocando los cinco—.



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En el texto hay: fantacia

Editado: 01.08.2025

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