Tristan Devoe

2


Todo fue muy lento y me daba miedo, era algo intimidante la fuerza y pesadez en el aire, era tan denso todo lo que podía ver normal ahora era tan oscuro que me consumía. A lo que dijo su nombre todo se estabilizó hasta yo.  

Dorian.  

Mi vida se estaba convirtiendo en un infierno y así lo recuerdo, es culpa de mi madre…  el dejar que esas personas entren y me hagan daño estoy asustada. Cada mañana que despierto estoy desnuda y mi cuerpo está caliente.  

Despierto una voz en agonía me hace estar de pie y estabilizarme.  

“no te muevas” 

“no te rías” 

“mantén la cabeza en alto” 

“solo tienes que ser perfecta «siempre»” 

Eran reglas que debía seguir, cada vez que nos vestían, sentía que la ropa era cara y que siempre estaba planchada y perfecta y siempre al final nos ponían un collar específicamente del mismo color. Siempre que estábamos listos, todos los del proyecto las puertas se abrían y todos salíamos al mismo tiempo, cada habitación quedaba en un largo pasillo y cada puerta estaba con números la mía tenía el número 0.  

En el largo pasillo estábamos veinte personas la mayoría tenía mi edad, y todos estaban detrás de mí. En el orden de siempre el paciente 0, el 001, 002 y 000.2 y los demás. Al llegar a la puerta principal nos esperaban varias personas parecían tener dinero y sus caras poseían un poder inimaginable.  

—Paciente 002, Dorian ilumina el camino para todos…  

Ese era Dorian, el paciente 002,uno de mis amigos al igual que Ian. En mi cara se veía curiosidad, miedo familiaridad, y tuve una ahora visión sobre el pasillo en el que siempre salíamos como robots, no quiero volver ahí, tengo miedo.  

Tengo miedo 

Esas palabras siempre me atormentan, siempre he tenido miedo hasta ahora no pienso ni puedo volver a ese lugar.  

—001 y 002 ¿000.2?— pregunté sin poder moverme.  

—Conoces nuestros nombres, somos Ian, Dorian y Ares… —intervino Ian, al darse cuenta que Dorian iba a hablar—, Ares vive en California, gracias a Dorian seguimos el rastro y ahora trabaja en una agencia y está de vacaciones en Nueva York con su novia Cry. —agregó Ian.  

—No te asustes— la voz de Dorian era ronca y gruesa había algo más en ella—, somos tus amigos, nosotros también llegamos como tú lo hiciste sin recordar nada—explicó sentándose sobre una mesa—; ellos nos obligan a olvidar lo que vivimos y soy el único que lo puede controlar como el paciente 002— me da una sonrisa de boca cerrada—, se que una de las razones que no puedes llamar a Melanie mejor amiga es porque te recuerda a nuestra Ares— cuando dijo mejor amiga hizo comillas con los dedos—. Melanie no lo sabe pero con ella también experimentaron, el problema es que ella se convirtió en la mitad de Ares, quiere decir que fue la paciente 000.3 sin embargo sólo hicieron un lazo entre ella y Ares pero resulta que salió mal y Ares se debilita y no podrá vivir muchos años, ella está muriendo dolorosamente…  por más que querríamos no podemos pero si ella muere se funcionará con Melanie y no se quien sabe. 

—No lo entiendo— fue lo único que dije.  

Entonces lo sentí miles de águilas en mi cerebro, con mis manos apretó mi cabeza pensando que el dolor se ira: ilusa. Pero no, de repente mi nariz empieza a sangrar y siento como todo se detiene, veo al reloj que colgaba sobre la pared y solo sentía como me movía retorciéndome de dolor en el piso, sentí como Ian venía hacia donde mí.  

Me duele. 

—Lo sé, lo siento yo también y también Dorian— susurra en mi oído—,  Bon bon  

Bon Bon  

Él me decía eso cuando estábamos juntos en el campamento en  Sidney, recuerdo que no fuimos todos, recuero que estábamos Ares, Dorian, Ian, una chica llamada Melissa, Shannon y yo. El resto dumio completamente una semana entera, los mantenían así envueltos en una bolsa de plástico como en el video de Katy Perry Bon  solo que ellos completamente desnudos y con tubos para respirar, intravenosas y siempre los mantenían cómodos podría decirse que nadie despertaba ni tenía pesadilla era tonto si pero si bien lo recuerdo somos experimentos.  

Recuerdo el viaje a Sidney y fuimos perfectos a una gala de personas muy importantes y adineradas, parecían observarnos y fascinados la mayoría eran muy viejos era asqueroso de la forma que nos miraban, y nosotros no podíamos sonreír solo podíamos decir las palabras: «si, no, talvez y gracias» y si la pregunta que nos hacían no podíamos responder solo la evitábamos.  

Recuerdo que no podíamos tener ojeras ni tener trabajos pesados, entrenábamos y nos manteníamos en forma, hasta ellos, se que algo estaba raro era como un recuerdo bloqueado. 

Sin embargo el dolor desapareció me levante sin evitar miedo y estar paranoica, el tiempo volvió a tomar su curso pero ellos ya no estaban, algo me ocurre estoy alucinando.  

Al salir de la preparatoria le escribí a Aisha que pasaría a la cafetería que nos encontremos allí, eso fue lo que hice, camine hacia la cafetería y luego empecé a dibujar con los cementerios, era el mismo lugar de siempre en la lápida de mi abuela que estaba en la cripta familiar, era un lugar grande pero con un significado que me hace sentir paz.  

Espere unos minutos para sentirme cómoda y empezar a dibujar pero unas chicas de la preparatoria con el uniforme de porristas se sentaron conmigo en mi mesa, ni siquiera las conozco y no me interesan un montón de chicas que no confían en ellas mismas.  

—Oh… tu eres la hermana rara de nuestra presidenta escolar, Amelie ¿verdad? —pregunta la chica que era rubia y de ojos azules.  
—¿Qué quieren? —me limite a preguntar con la vista a mi libreta. Sentí el peso de sus miradas y alce la mirada.  

—Muchos de los chicos de la escuela que son muy populares están preguntándose sobre ti, porque este año viniste más bella que nunca— responde y las otras dos chicas pusieron los ojos en blanco—, queremos que te unas a nuestro equipo —su voz era neutra y mandona  

—No— respondí y negué con la cabeza 

—Mira nosotras estamos hablando contigo solo porque queremos que tengas más amigos y salgas de tu burbuja de niña rara… —dijo la rubia molesta  

—No, no lo necesito perdieron su tiempo— respondí y me levante de la mesa.  

Mi hermana llegó a la cafetería y no me preguntó nada, llegamos a casa. Estaba agotada, después de lo de la preparatoria no se que pensar y aún así no recuerdo nada de la semana pasada, es como que yo haya dormido por un año entero, solo recuerdo pequeñas cosas: fragmentos no estoy lista para prepararme a lo que viene y no se que es lo que vendrá, solo se que es peligroso.  

Al entrar a mi habitación me quite la sudadera y me quedé con mi blusa de tirantes. Tenía que tomar mis medicinas, y lo haré de una forma muy extraña no se como.  

Debo relajarme…  

—¡Ian no te necesito aquí! —grite  

—¿crees que es fácil alejarme y dejarte aquí en medio de la nada? —pregunto molesto. Sus puños apretados y las venas de su cuello se notaban mucho.  

—Ian… dime ¿hay una mejor opción? —pregunté con un nudo en la garganta.  

—Si, pero no será justo para ninguno ¿lo quieres así?  

—No. Debo morir por eso. Ian estaré en paz y todos serán libres…  

El camino hacia donde mi y retrocedí, sus ojos eran tan azules y no quería mirarlo, su cabello tan rubio estaba revuelto, su piel blanca estaba con algunas manchas de sangre, algo me sorprendió sus ojos se veían profundos y aterrados. 

—Por favor no te alejes— suplicó dando pasos hacia mí 

Esta vez no lo hice, no retrocedí y lo miré confundida, no pude evitar no llorar mientras el me miraba lloraba, lágrimas gruesas rodeaban por mis mejillas—, Ian estoy asustada en casa, mi mamá es tan… —apenas logró hablar y solloce—, me da miedo ella, ella me vendió no vendió a todos por eso siempre nos rodean gente grande y adinerados no venden… 

Deje caer el tubo con medicamentos ante aquel recuerdo. ¿Quién era Ian para mí? En el recuerdo me sentía muy cómoda hablando y triste era una emoción extraña y no se a que me refería con «mamá nos vendió» no lo entiendo. 

—¿Qué pasa? — era una voz que no reconocía nunca la había escuchado 
Me di la vuelta y pude ver a un chico con los ojos completamente negros, su cabello negro era largo hasta los hombros, su piel era de color marfil, tenía barba, era intimidante ¿Quién era? 

—me conoces mi nombre es Oliver y técnicamente no estoy aquí solo tengo que darte un mensaje— agregó poniéndose de pie. 

No me podía mover, no podía mover nada, parecía estar congelada. Pero logré hablar: 

—Lo siento yo no te recuerdo— vi voz era fría y no mostraba el miedo que tenía ahora. 

—lo sé mi mensaje es asesinarte, Ares no te quiere viva— se acercó más a mí. 

Intente moverme sin éxito alguno, el se levantó y de su gabardina negra sacó un cuchillo. 

Respira 

Muévete 

Lucha 

Con esas palabras logra golpearlo con la silla que estaba en mi tocador, lo golpee fuerte y la silla se rompió, logré correr un poco y el me agarró del brazo con fuerza. 

—Por favor— suplique y empecé a llorar 

Con el cuchillo corto un poco mi brazo, y logré soltarme, salí de la habitación, el venía detrás de mi, tengo miedo, corrí sosteniendo mi brazo sangrante no me dolía mucho pero si dolía. 

Corrí por el pasillo por donde estaban las escaleras, llegando a ellas me di la vuelta pensaba que lo había perdido, no fue así. 

—Ares no te quiere viva—dijo y me lanzó por las escaleras. 

Caí por las escaleras, dolió mucho la caída de repente lo vi bajando. 

—¿Qué pasa tienes miedo? —lo escuché decir. 

Logré levantarme y escuché voces desde lejos, creo que mi hermana estaba en el cuarto de juegos. 

—Tristan— se acercó una voz era Aisha. 

Me levante y salí corriendo de la casa, mi brazo sangraba un poco y la caída fue fuerte que tengo un raspón en la frente, tropecé con alguien. Se que lo conocía, conocía ese olor y lo abrace mientras lloraba.  

Era él, creo que en algún pasado él y yo teníamos algo complicado. 

Ian… 
 



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En el texto hay: suspenso drama, amor dolor

Editado: 06.06.2020

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