El camino de la vida es largo para muchos, corto para otros y para algunos rápidos, o un infierno. Cada quien decide en qué perder su tiempo. ¿Por qué casi todos nos preocupamos por el amor?, Es la tabla que casi todos ocupan para una conversación; preguntas estúpidas y cliché como “¿Quién te gusta?” o “¿Cuál es tu tipo?” y la tensión que abruma el ambiente casi nunca falta.
Simplemente… simplemente me cansé de ese tema, no quiero saber nada más de él. Y sí, no es solo de hablarlo con amigos o con la familia, es que a veces es el cebo
de una típica declaración corta y llena de inseguridad.
Y no, aunque me presenten cualquier tipo de persona no van a obligarme a cambiar
mi bella soltería por una relación. Sí, el principio es hermoso cuando tienes un noviazgo, pero seamos realistas; no duran para siempre si eres joven y lo único que te dejan son decepciones. Hoy en día parece que todos tenemos un precio, que cualquier necesitado está dispuesto a pagar con lo que tenga a la mano y no más, ¿Por qué? Es sencillo responder esa pregunta cuando conoces a un necesitado de amor; si te desnudas frente a la persona equivocada, hay un mayor riesgo de se aburran de ti más rápido de lo que un niño pequeño cambia de juego, te utilicen o así de simple, te dejen el día de hoy como cualquier cosa desechable que alguna vez les ayudó y mañana te traten como un Desconocido.
“El amor llega a ti cuando es el momento, sólo conseguirás desilusionarte si lo buscas a prisa”, es algo que algunos saben y pocos hacen caso. Y si no es eso, es la absurda regla de tu “media naranja”, ¿quién fue el idiota que inventó eso? Hay buenos romances donde cada mitad es completamente diferente.
No necesitas comprar siempre del mismo helado y decir que es tu favorito si es que no has probado el resto de los sabores.
Creo que, aunque me aferre a la idea de repudiar las ideas del romance, dejaré todo mi orgullo cuando conozca a la persona que romperá la muralla de mis pensamientos en contra del amor. Sabré entonces que es el indicado, a pesar de que el corazón de esa persona esté incompleto y no sea el diamante más perfecto de todos, le querré sin ser exigente.