Me he dado cuenta de lo absurdo que puede ser
Esa extraña maravillosidad que logra hacerme creer
Que en algún momento de esta vida lograrás notar
Ese extraño cosquilleo que a mí me hace cantar.
Tengo que aclarar que no te amo, te admiro.
Te admiro tanto y me inspiro, de verdad me inspiro,
Cuando tu bello arte haz de relucir
Y me dejas boquiabierta, sin nada que decir.
Eres sencillamente asombrosa, ¡Qué dulzura!
Tu arte casi tan magnífico como una escultura
Y amo que sea así de sencillo.
De sencillo y atrevido como amorcillo.
Tu magnífica mano me atrapa y me seduce.
Me deja sin palabras y solo me conduce
A una clase de admiración, de un profundo anhelo
De ser tan genial como tú, mi más grande modelo.
Lo he dicho antes: no es que yo te ame.
Te admiro y haces que mi atención en ti se derrame.
No quiero, ni pienso rebasar esa línea invisible existente
Porque, sobre todo, contigo mi fanatismo es decente.
Me preguntaba si alguna vez...
¿Podrías notar mi falsa intrepidez?
No es que quiera ser tu allegada, ni una amiga...
Solo quiero tan siquiera de tu atención una miga.
Quiero que veas que yo también me esfuerzo.
Que en el arte también es que ejerzo.
Que también creas que llegará el día
En que puedas notar mi sonrisa de alegría.