Parte I

Introducción

Desde pequeño escuche "Si tu ser amado no te hace caso o se fue, la solución es que le hagas un amarre y lo tendrás a tus pies"

 Parte I

Verano de 1997, el calor se hacía sentir, el cielo estaba despejado, ráfagas de aire fresco llegaban por momentos, el tráfico lento, me encontré con Mirtha (por discreción le diremos así) en las intersecciones de Luis Gonzalez y Elias Aguirre. Tomamos la misma dirección al sur, fuimos conversando temas triviales, para hacer más corta la caminata y me dijo "En la otra cuadra vive mi abuela, te invito agua?... como que la saludo" Me pareció tan buena idea que no lo dude ni un instante.

Rápidamente llegamos y pasamos a la sala, me invito el agua y me pidió que la espere mientras ingresaba a saludar a su abuela, esos 5 min. bastaron para ver los cuadros y adornos de la casa y en eso pude ver unos frascos de vidrio en la mesa (10 aproximadamente) donde contenían una especie de "amarre" con los nombres de dos personas y algunas Hierbas, me quede totalmente asombrado que había podido ver por primera vez un amarre, mi corazón empezó a latir rápidamente de la emoción, pude entender que lo que muchas veces escuche, era verdad... empecé a buscar más señales de "BRUJERIA" y la encontré, era un puerta no habitual, parecía una ventana a la altura del piso, un biombo o algo así, cubría la vista, pude ver que no estaba cerrada; estaba oscuro, mirando más de cerca vi una luz tenue, como si fuera iluminado por velas - Me dirigía a una de las cosas más extrañas que ví en mi vida. Me detuve por un momento, tenía dos opciones, regresar a sentarme como si nada paso, preguntarme toda la vida, que había en detrás de esa puerta... Así qué; con el corazón muy acelerado y la respiración en un ritmo anormal tome la otra opción como un detective privado, que seguía las pistas que le llevarían a descifrar su caso, empuje la pequeña puerta con la mano derecha, muy oído escuchaba a los lejos a mi amiga que hablaba con su abuela, no podía entender de que - De una manera tan suave la puerta se abría descifrando el misterio, para que ninguna bisagra pueda sonar y delatarme, lo que vi fue sorprendente...