ADRIEN
Hermosa. Es la única palabra que viene a mi mente ahora que la tengo de frente mirándome con ese par de ojos celestes, sus labios rosados se ven excesivamente provocativos debido a la forma en la que muerde su labio inferior y me sonríe, y que decir de ese vestido amarillo que lleva puesto, acentúa muy pero muy bien las zonas propicias de su esbelto cuerpo.
Toda una ricura.
Cuando el concurso de ayer se dio por terminado me las apañé para acercarme a ella y sin que nadie lo notara la invité a salir. Cada uno iría por separado hasta El Gran Madeira, un restaurante muy famoso que mande a reservar solo para nosotros dos - después iríamos a un muy lujoso hotel, no iba a perder el tiempo, no con ella -, la razón se debía única y exclusivamente a la prensa amarillista; estos últimos meses he tratado de mantener un perfil bajo a causa de mi enfermedad, no quiero que se filtren las razones de mi ausencia en los escenarios y eso implica pasar desapercibido ante los reporteros, así que nuestro encuentro en cierto modo debía ser... clandestino.
¿Pero que hice yo? La deje plantada, ¿cómo fue que deje plantada a semejante hermosura? Ni yo sé, bueno, si que lo sé... Todo fue por ese recuerdo, la noche en la por poco... Muero.
-¿Entonces ella te contó todo? -pregunto volviendo a la readidad, me deslizo por el acolchado material del mueble para quedar más cerca de Tessa y tener una mejor vista de sus... de ella.
La rubia asiente levemente -Samy me dijo que se disculpó contigo por... -juega con sus manos, nerviosa -todo y que tú te ofreciste a traerla. Eso fue muy amable de tu parte, aun después de que ella fue grosera contigo tú la ayudaste, eso no lo hace cualquiera -baja la mirada hasta sus manos que siguen retorciéndose con nerviosismo.
-¿Te dijo eso? -el tono de sorpresa es muy notable en mi voz. La linda rubia alza la mirada y sonríe ante la mueca en mi cara.
-Si, puede que ella no te lo diga pero esta enserio agradecida contigo y después de que la rescataras de sus ex todavía más - arqueo una ceja incrédulo pero no paso por desapercibido el hecho de que mi compañera está más relajada que hace unos segundos atrás.
-Oh, ya veo -es todo lo que logro decir. Más rescatarla de esos idiotas, quería comérmela, y eso hacía hasta que aquel malnacido me separó de los ricos labios que estaba degustando.
Quien me viera, pensando en una y estando con la otra. Que puedo decir, los viejos hábitos son difíciles de romper.
-¿Te sientes bien? Esto no se ve muy... agradable -habla después de un prolongado silencio, al mismo tiempo, lleva su mano a la altura de mi pómulo y lo acuna con delicadeza.
-Se ve peor de lo que se siente -respondo disfrutando de su cercanía y la vista que me ofrece, una muy buena.
-¿Se puede? -se escucha la voz de Saramy al otro lado de la puerta, pongo algo de distancia entre la rubia y mi persona y respondo afirmativamente, se abre la puerta dejando ver a la morena, esta da unos cuantos pasos hacia nosotros -. No es que quiera andar de metiche ni nada ¿ok? El desayuno está listo -anuncia -, los demás nos están esperando afuera en el patio par de tortolitos -nos guiña un ojo -Ah, por cierto, les tuve que decir a todos que estabas aquí, Tess. Después te cuento los detalles del... asunto -su expresión de disculpa cambia a una de complicidad, la rubia a mi lado se limita a asentir.
Enarco una ceja ante ese último comentario y las miradas fugaces entre ambas mujeres.
-Bien, yo me estoy muriendo del hambre -me pongo en pie seguido de Tessa para salir de la pequeña oficina tras la morena. Aún no me creo que sean familia, es de locos.
Las chicas inmediatamente empiezan a hablar sobre la fiesta de anoche y los acontecimientos recientes ignorándome por completo.
Esto es increíble, me ignoran, a mi, Adrien Dachs.
-Saramy -las dos se giran para mirarme.
-Dime.
-Eh, recuerdas lo que te preste esta mañana -recibo una parte de miradas confusas -, lo necesito.
-Pero si no... -ladeo la cabeza y le doy una mirada de "cuidado con lo que vas a decir y sígueme el juego" -. Ah, si, si, ya recuerdo... Eso.
-Si quieres te adelantas -le regalo una sonrisa -ya te alcanzamos, hermosa.
-¿OK...? -responde dudosa la rubia, antes de perderse por la puerta que da al patio le da una mirada interrogante a su prima, esta solo se encoge de hombros.
-¿Enserio? Lo que te preste esta mañana -hace una mala imitación de mi voz haciéndome reír.
Subo las escaleras sin contestarle e ignoro sus quejas.
-Ya, ¿puedes abrir la boca y decirme lo que sea que quieras? -se cruza de brazos una vez entramos a su cuarto.
-Se lo que haces, pequeña -tomo su mentón para hacer crecer el contacto visual -. No te vas a deshacer de mi tan fácil.
>No te escaparás de mi, pequeña.<
-¡¿Disculpa?! - su rostro se contorsiona en una mueca entre el disgusto y la sorpresa, ahora se ve más feita de lo normal aunque debo admitir que ayer me dejo boquiabierto, se veía espectacular y más que sexi en ese traje azul, en cualquier otra mujer diría que se ve ridícula pero en ella... Uff, ese estilo le queda.
¿Quién pensaría que debajo de esa ropa de machito se escondía un tremendo cuerpazo? Por algo dirán eso de "No juegues a un libro por su portada..." Y ella si que tiene una.
-Dime ¿Por qué le dijiste a...?
-¡Ah! Eso. OK, puede que adorne un poquito los hechos pero... ¿y eso qué? No entiendo que te molesta si a ti te gusta Tess ¿no?
-Tal vez.
-¿Tal vez? Estás de broma ¿cierto? Convencí a Tess para que viniera, les dejé incluso usar la oficina de mi tía para que aclararán sus... cosas, y tú, ANIMAL, me dices que tal vez ¿de verdad? Solo trato de ayudar y me sales con esto -declara haciéndose la ofendida.
> Tomarte tantas molestias por "ayudar", si claro. ¿Me crees tan iluso? Se que estás utilizando a tu prima para distraerme y alejar mi atención de ti, lo que no sabes es que con ello logras el efecto contrario.<