Capítulo 10: ¿Puedo... besarte?

SARAMY

Lo veo escanear la pantalla de mi teléfono con suma atención, como si quisiera encontrar algún dellate oculto. Solo cuando su mirada azulada conecta con la mía soy consciente de los alterados latidos de mi corazón; el peso de esos ojos brillantes me hacen sentir incómoda, nerviosa y expuesta, y esa última sensación no me agrada para nada.

Hay cosas que es mejor mantener bajo las sombras, ocultas.

-Radiante -musita -. Aunque... es una pena que no sea yo el que sostiene tu mano -por cada palabra que sale de su boca se va acercando lentamente, como un depredador acechando a su presa para después, sin previo aviso, hincarle el diente -, pequeña -esto último lo dice en tono más bajo, saboreando cada letra, arrastrando cada sílaba con esa voz ronca y sensual. Porque si, por mucho que me cueste reconocerlo, su voz es tremendamente sexy, y su físico, para morirse.

Los vellos de mi nuca cobran vida por si solos, mis piernas al parecer se creen de gelatina y si no me está dando un ataque al corazón pues es algo bien parecido porque el muy canalla y traicionero está retumbando en mi pecho. No debería sentir esto, esta extraña sensación cálida en el cuerpo, es mas, no debería sentir nada, pero es difícil. ¿Cómo puedo estar frente a este hombre divinamente espectacular y no sentir por lo menos el temblor de una de mis pierna? ¡No se puede! ¡Soy humana, por Dios! De carne y huesos, con una vista excepcional, cabe mencionar...

-Quiero besarte -suelta de repente -¿Puedo... besarte? -pide en un susurro ronco mirándome con esos grandes y bellos ojos azules.

-¿Q-qué? -me atraganto con mi propia saliva por lo que empiezo a toser sin reparo, siento que la cabeza me va a explotar de tanta sangre que se acumula en mi cara -Yo... eh...

Trato de encontrar mi voz para pedirle de una vez por todas que desista de este jueguito suyo, que no tiene caso, que nada ocurrirá entre él y yo. A pesar de todo lo que quiero decir, en mi garganta no nace ningún sonido; la intensidad de ese mar cálido en sus ojos, su cercanía... todo él hace que cualquier pensamiento e idea coherente, que pueda expresar con palabras, se disuelva como vaho al aire.

-Con que una simple amiga, ¿eh? -indaga el pelirrojo provocando que Adrien y yo demos un respingón de la impresión. El cantante se vuelve hacia su amigo con una risa nerviosa mientras yo me escondo tras su espalda maldiciendo por ser tan idiota y descuidaba. ¡Olvidé por completo que estábamos acompañados! Que pena. Tierra trágame, por favor -. Esto es demasiada tensión sexual para mi. ¿Soy el único que se esta sintiendo sofocado? -cuestiona seriamente en lo que se abanica el rostro, sin embargo, hay un tono juguetón en su voz más que notorio. Habiendo dicho lo anterior, empieza a desatar el nudo de su impecable gabardina negra y proceder a desabrochar dos botones para finalmente deshacerse de la misma.

¡Dios mio santísimo! ¿Soy yo o la temperatura subió 10 grados en 2 segundos?

Si antes se veía imponente con aquel retazo de tela negra, ahora, sin ella, se ve exquisito enfundado en ese traje azul marino hecho a la medida que marca perfectamente su trabajada musculatura, casi dos metros apetecibles de puro músculo. Repaso, sin pudor alguno, mis ojos sobre esa escultura de hombre. Creo que ya logro captar la famosa frase "el divorcio hecho persona".

Que belleza hombre.

¿Aceptaría hacer striptease por un par de horas? Quien quita y si lo llevo a la despedida de soltera de Angela esa tonta queda flechada con este súper grandote y no se hecha la soga al cuello con el imbécil de Julian...

-Asclepsius -la voz gruesa del cantante interrumpe mis pensamientos maquiavélicos de como impedir una futura boda destinada al fracaso y uno que otros algo libidinosos. Despego los ojos del grandote para fijarme en la mandíbula tensa del ojiazul, la sonrisa que lo acompañaba ya no está.

-Les pido me discúlpen, no fue mi intención importunar sus... "amigables" muestras de cariño. Hagan en cuenta que no estoy aquí y sigan en lo suyo. Fue un gusto conocerte, linda -y sin decir más el grandote pelirrojo hecha a andar hacia la salida principal con el atisbo de una sonrisa en los labios. Y yo como toda acosadora de la belleza masculina no le quito los ojos de encima hasta que la puerta se cierra a su espalda.

¡Tiene más nalgas que yo! Eso es una verdadera injusticia de la naturaleza.

-Cierra esa boquita que estás por hacer un charco, pequeña.

-¿Qué? Yo... yo no lo estaba mirando de esa manera, ¿ok? -me defiendo, el cantante se vuelve rozando su hombro derecho con mi izquierdo en lo que acerca sus labios a mi lóbulo, un escalofrío involuntario recorre mi espina dorsal al sentir su respiración juguetear en aquella zona sensible.

-Eso espero, pequeña, porque sino...

-¿Sino qué? -indago con la mirada fija en la salida pero con el restos sentidos atentos a su presencia.

Lo oigo inhalar lentamente, los segundos se deslizan a una velocidad increíblemente monótona en lo que solo nos quedamos así, uno al lado de otro sin mediar palabra. La incertidumbre y la curiosidad me ganan, giro mi cuerpo para encararlo mas mis ojos quedan estancados con la espectacular vista de enfrente. Luces led en colores violeta y azul iluminan con intensidad las múltiples mesas y apartados que se distribuyen estrategicamente por el amplio espacio, a la derecha hay una inmensa barra con diversas variedades de licores en tonos azules, y sobre esta, hay una majestuosa lámpara en forma de cascada que se roba el protagonismo debido a la brillante luz azul que proyecta, en el centro se ubica la gran pista de baile hecha con alguna clase de material reluciente que lo hace ver inmaculado y al fondo se encuentra un grandioso escenario bien equipado con todo tipo de instrumentos y un mixer Behringer.

-Wow, este lugar si que está increíble -chillo con emoción -. Ahora si que le hace justicia a su nombre -en mis anteriores visitas se veía diferente.